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Bitácoras desde Finlandia (día 1)

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Las 6:00 AM de la mañana de un lunes 4 de agosto de 2014. 

Acabo de cerrar las últimas gestiones de una noche que, todo sea dicho, ha sido movidita y traicionera en el puesto laboral. Pero es algo que dejo ya atrás pues, con la mochila a la espalda, salgo del edificio de 8 plantas de mi trabajo en el centro de la ciudad, dispuesto a tomar un taxi que me lleve al puente hacia la felicidad: el Aeroport del Prat.

Todos, o casi todos los viajes que he hecho hasta el día de hoy empiezan ahí. El cuerpo lo nota, la mente lo sabe. Así que recorrer las por esas horas desérticas carreteras en dirección al aeropuerto me convierten poco a poco en el ser más feliz de la tierra. Atrás queda un fin de semana de trabajo intensivo y el estrés de una ciudad al borde del colapso veraniego.

6:30 AM de la mañana, al haber tan poca gente he podido hacer el check-in sin problemas a través de las máquinas automáticas que Norwegian Airlines tiene distribuidas en la vieja Terminal 2. Tengo en mis manos el billete al cielo. Tuiteo las primeras palabras a l@s más madrugadores/as y me dispongo a pasar el arco de seguridad.

Al otro lado un rápido desayuno energético ya que no se muy bien a qué hora llegaré a mi destino, cómo lo haré y si tendré mucho hambre por entonces.

7:40 AM, últimos vistazos al teléfono móvil. La puerta de embarque se abre y en la pantalla del televisor, junto al mostrador, ya aparece ese nombre tan extraño y a la vez familiar. Lo relacionamos con el frío, con la nieve o incluso con Rusia, se trata de Helsinki, la capital de Finlandia. Un país allá arriba, muy arriba. 2300 km hacia arriba.

Tras las comprobaciones propias, las instrucciones (por aquello de tener una accidental muerte segura) y los nervios previos al despegue, las ruedas del Boeing se desprenden de la pista, volamos ya en dirección a nuestro destino. Quizás por costumbre, decido apagar el teléfono móvil antes de despegar y encenderlo nada más llegar al lugar de aterrizaje, aunque en esta ocasión veo, guardado en el respaldo que hay frente a mi en la fila 3, un folletito que me alegrará las largas 3 horas y media de viaje. Pocos minutos después os transmitía mi alegría rápidamente a través de Twitter:



Efectivamente. Una de las cosas que definirán sin duda el resto del viaje, desde el lunes hasta el viernes, es la presencia importante y reiterada del wi-fi como sistema de comunicación gratuito. Empezamos a entrar en una era donde disponer de él se torna prácticamente en una obligación, no sólo ya por el ocio, sino por el hecho de consultar reservas, información práctica o mapas online.

Sin más, de manera puntual y sorprendentemente corta, aterrizamos cerca ya del mediodía en un lejano aeropuerto de Vantaa, al noreste de la ciudad, a unos 20 km aproximadamente:
Mi única compañía es la mochila. Una mochila que de sobras sabéis ya con qué suelo llenarla y a la que en esta ocasión hay que sumarle el peso extra de una cámara GoPro equipada con su arnés y su armazón de metacrilato. Pero ya llegaremos a ese punto. Salimos del interior del aeropuerto y hay que encontrar la manera de llegar a Helsinki, al centro de la ciudad concretamente.

Pequeño inciso que os será útil para el resto de bitácoras y entradas sobre Finlandia: tomad cualquier precio que conozcáis en España, doblad su valor y obtendréis exactamente lo que cuesta algo en tierras finesas. ¿Que en Barcelona o Madrid trasladarse del aeropuerto a la ciudad cuesta unos 3 euros? Aquí al lado tenéis una muestra de lo que costaba el billete de autobús que nos lleva directamente a la Helsingin Rautatieasema, o lo que es lo mismo, la estación central de trenes de Helsinki.

Unos 20 minutos más tarde y tras un par de paradas secundarias, llegamos al centro neurálgico de la ciudad finlandesa. Antes de tomar el autobús (proporcionado por la compañía Finnair) me encargué de cargarme la mochila un poco más con un par de folletos y mapas 100% útiles para cualquier escapada de este tipo, como por ejemplo el mapa de la ciudad:
Una vez más la constante se repetía, el wi-fi y los cargadores de dispositivos eléctricos no sólo estaban presentes en el aeropuerto, sino que también hacían acto de presencia en el mismo autobús. ¡Qué placer poder decir a los tuyos que has llegado bien! O en este caso, poder expresar tus deseos más internos...



La Rautatieasema no deja de ser una estación central más, sin demasiadas florituras en sus galerías interiores, forradas a lado y lado de tiendecitas y puestos de venta diversa. Pese a todo, el encanto luce en su exterior, con fachadas de art decó y una arquitectura exquisita de Eliel Saarinen que la ha hecho valer premios a una de las estaciones de tren más bonitas del mundo en varias ocasiones.
Es momento de orientarme. Ni siquiera me he fijado en la hora que es, mi somnolencia y agotamiento físico y mental (pensad que a esta hora del día ya se cumplían 24 horas sin dormir, por el trabajo) hacen que solo piense en llegar al albergue que tenía reservado para dos noches y dormir plácidamente hasta el día siguiente.

Saco de la mochila el limpio e impecable mapa de la ciudad, donde localizaré mi situación, mi destino y el camino que tendré que seguir hasta él. Previamente al viaje había mirado un poco el sistema de transporte de la ciudad ya, pero con un mapa grande delante siempre se hace mucho más fácil.

Helsinki presenta dos medios de transporte público principales: el tranvía y el metro. Olvidad taxis (o despedíos de un riñón) y olvidad autobuses ya que son muy escasos y alejados del bullicio céntrico.

Lo primero que debía hacer era localizar el metro para desplazarme hasta una parada que me dejaría a medio camino entre la estación y el albergue, para así caminar un poco y aprovechar para ver parte de la ciudad a pie. En la miniatura del mapa que os he colgado aquí os he marcado el recorrido entero que debía hacer.

El servicio de metro en Helsinki es muy cómodo, rápido y pese a que tiene un precio elevado, tampoco lo es tanto como podríamos suponer. La calidad de los trenes es aceptable, suele tener una regularidad de 2-3 minutos y como tan solo ofrece una línea única con una bifurcación al final, perderse aquí es prácticamente imposible si leéis bien los carteles situados en la estación.


Tras tomar la parada de Railway Station, debía recorrer unas cuantas paradas más hasta poder llegar a Hakaniemi, donde debería salir al exterior y continuar mi camino, de unos 30 minutos, a pie.
Tras abandonar esta zona de la ciudad me adentraba en un parque natural rodeando un gran lago central, bordeado también por las mismas líneas de tren que llegaban a la Rautatieasema. Tras unos 15 minutos caminando por maravillosos parques y avenidas repletas de arboledas me pareció vislumbrar algo.

Espera un momento... ¿no es eso una torre de gyro-drop?¿Y eso una torre de observación?¿Y...? Efectivamente, había encontrado el cofre del tesoro que desviaría por completo los planes para el resto del día, me encontraba a escasos metros del parque de Linnanmäki, mi objetivo para el martes, no para ese lunes, recordemos:
Definitivamente, creo que a los que nos apasiona este mundillo, aquellos o aquellas que vivimos al máximo las emociones, el descubrimiento de nuevas estructuras, de nuevas rides, de nuevas sensaciones, los que nos alimentamos de theming y adrenalina a partes iguales, tenemos algo en el ADN que hace que cuando estemos a apenas un centenar de metros de la verja de cualquier parque, nos entre un gusanillo, un hambre, una vibración en el corazón especial.

Y no pude (ni quise) evitarlo. El parque cerraba a las 21:00, eran las 16:00 así que ni corto ni perezoso, pocos minutos después de pasar por el lado del parque, tenía ya en mis manos el preciado billete que me daba acceso a todas y cada una de las rides del parque a través de su wristband.

El sistema de acceso y tickets de Linnanmäki se asemeja mucho al sistema tradicional de parques de atracciones antiguos europeos: puedes elegir entre pagar cada ride por separado mediante tickets individuales o puedes adquirir la wristband (aquí llamada Hupiranneke) que te da acceso cuantas veces quieras a todas las rides que tiene el parque, sin distinción. En este caso la Hupiranneke sale por 39€, un precio elevado si tenemos en cuenta que es un parque relativamente pequeño pero olvidad los estándares del sur, en Finlandia todo es algo (o mucho) más caro:
Armado ya con mi pulsera plastificada, es momento de hacer un primer barrido del parque (¡y qué primer barrido, nada más y nada menos que 4 horas largas!).

Linnanmäki es un parque con relativa antigüedad (data de 1950) y pesan en él ciertas marcas inequívocas del paso del tiempo, sobretodo en theming o en el uso de viales estrechos, edificios de estilos arquitectónicos pasados, grandes zonas ajardinadas (en pos del aburrido cemento de hoy en día) y, lo más importante, una colección de rides y coasters que resume a la perfección la evolución de este mundillo en los últimos 50-60 años:
Trata de conservar figuras ornamentales y temáticas dignas de admirar, entremezclándolas con coasters de rabiosa actualidad y homogeneizando un espacio en el que tan buen punto puedes sentarte en un banco con 40 años de edad como contemplar una señal puesta a principios de esta misma temporada:
Pese a que las coasters son su fuerte (en la bitácora del día siguiente ya os haré partícipes de ello) el parque presenta una variedad de rangos de edad, características y detalles que hacen que prácticamente toda la família pueda beneficiarse de él, incluso los más mayores. Y si el calor apreta, no es problema, disponemos de un par de buenas rides acuáticas para refrescar un poco el cogote:
Por no hablar de su mítica Vuoristoriata, tratada aquí como todo un elemento diferencial e histórico y, a decir verdad, sin temor a decir una barbaridad, creo que estamos frente a la mejor coaster del parque (pese a tratarse de una clónica de la anciana Rutschebanan, del anciano Bakken (Dinamarca):
Linnanmäki ofrece también algunos combos interesantes (que me ocuparé más bien de comentar en la siguiente entrada correspondiente a la visita exhaustiva del parque) que son el resultado de una inversión de cara a las nuevas generaciones, con rides punteras o únicas en su momento y un aprovechamiento razonable del espacio. El problema con el parque de atracciones de Helsinki no es el espacio (pues prácticamente está rodeado de zonas ajardinadas y terrenos vacíos) sino la orografía del terreno, tremendamente rocoso y lleno de enormes bloques de piedra que dificultan al máximo el asentamiento de soportes, cimentaciones fijas o excavación de cualquier tipo:
Llevaba muchas horas sin ingerir nada de nada más allá de líquidos y azúcares (por aquello de que a 32º de temperatura el cuerpo lo necesita). Así que decidí dar una oportunidad a uno de los 3 grandes restaurantes que presenta Linnanmäki en toda su extensión. El elegido fue el Jarrumies, un restaurante basado en el mundo del submarinismo y los viajes de corsarios, pero que tampoco presenta un nivel de theming extremo, apenas un par de estatuas decorativas y poco más. 
Menú de un solo plato con refresco (se podía hacer refill sin problema), el plato elegido fue una especie de variedad de los demás menús, con nuggets de pollo, albóndigas aromatizadas, aros de cebollas, tomate fresco y sticks de pepino, acompañado de una salsa tártara muy rica. Este restaurante presentaba unas vistas directas a la zona de Vuoristorata, que hacían muy amena la ingesta.
En resumen, un primer encuentro con los parques finlandeses la mar de productivo, con un montón de información recopilada a lo largo de las 4 o 5 horas que pasé en el parque y que me ayudó tremendamente a poder visitarlo al día siguiente con mucha más seguridad y sabiendo bien dónde estaban situadas las cosas más interesantes.

Me familiaricé con los precios, con el sistema de rides, con su attendance, sus ciclos y con la actitud en general del personal (que he de decir que fue cordial y muy efectiva en todo momento). La siguiente jornada prometía mucho:



La jornada termina cuando al salir del parque por el acceso sur me desplazo apenas a unos 800 metros de distancia por una de las avenidas que bordean el parque y en dirección al albergue que había reservado y pagado para dos noches en Helsinki. ¿Porqué albergue? Porque los altísimos precios de alojamiento de la ciudad me tiraban para atrás a la hora de poder reservar una habitación en hotel (que es lo que acostumbro a reservar) y se convertían en prohibitivos.

Decidí aventurarme y reservar un espacio privado en una habitación con 8 habitáculos, separados por cortinas de un pasillo central (lavabos, duchas, cafetería y cocina en zonas comunitarias) en un hostel llamado Vuokrahuone Design Accomodation y a un precio igualmente caro, pero no tanto como los hoteles.

Pese a que en un principio tuve problemas con el código de acceso a la zona de habitaciones, una rápida gestión tras el pánico de quedarme en la calle esa noche hizo que pudiera acceder finalmente. 

Las 23:00h del primer día del viaje. Mi cuerpo descansa ya en la cama/litera del Vuokrahuone. Podríamos decir que el día acaba de manera exitosa, ya estoy en Helsinki, ya tengo alojamiento y ya he podido visitar el primer parque de atracciones del viaje. Queda mucho por delante...


Hablamos mañana...
(Nähdäänhuomenna...)

Bitácoras desde Finlandia (día 2)

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Segunda jornada. Entran directos a mi habitáculo (porque no olvidemos que me hospedo en un hostel, no en un hotel) los potentes rayos del sol de un nuevo día. Empieza un caluroso día en el que el objetivo principal, sin más, será el de completar el máximo número de rides posibles en Linnanmäki, un parque de atracciones situado a apenas 800 metros de nuestra posición en estos momentos y del cual ya pude hacer una "preview" el día anterior.

Me levanto sin prisas, a eso de las 8:30. Linnanmäki abre sus puertas a las 11:00, por lo que me da tiempo de sobras de ducharme, asearme, buscar un lugar para desayunar e incluso explorar algún lugar cercano al propio parque.

Entorno a las 9:30 me encontraba ya en un parque de senderos y rocas situado a varios centenares de metros del parque, haciendo pruebas con la nueva adquisición (la cámara GoPro) y estudiando el mapa del parque (cuáles son los mejores senderos, qué rutas tomar, qué orden seguir, etc.).

A las 10:30 me acerco al Alppila Alphyddan, un parque natural pegado a Linnanmäki y junto al cual también se sitúa el parking del propio parque. Aquí encontramos la puerta norte, el acceso a través del cual entraré en esta jornada, ofreciendo ya unas vistas más que reveladoras:
Antes de empezar os comento el sistema que seguí la jornada anterior para poder conseguir la entrada de este segundo día. Como ya os comenté, la entrada al parque es de 39€ (¡precio finlandés, no lo olvidéis!) y para poder disfrutar de un segundo día en él podéis adquirir una segunda wristband para disfrutar del parque por sólo 8 euros más. Es decir en total por 47 euros tenéis dos días seguidos en el parque.

¿Económico?¿No económico? De nuevo estamos ante el mismo debate de siempre: es económico si lo comparáis con los precios regulares de los productos aquí en Finlandia, pero parecen precios estratosféricos si los comparamos con los parques de atracciones de España (donde incluso en ocasiones el segundo día ha llegado a ser gratuito).

Sea como sea, yo pude conseguir finalmente la wristband del segundo día en las taquillas del parque (situadas junto a Kirnu, la 4D de Intamin de colores anaranjados que veremos más tarde).

Vale la pena comentar también que el parque es de acceso gratuito para todo el mundo, el parque como recinto me refiero. Puedes acceder totalmente gratis sin pagar nada y pasearte por sus calles, disfrutar de su ambiente o tomar un refresco rodeado de rides y coasters. Adicionalmente el parque facilita incluso rides gratuitas para sus visitantes (creo que en total eran 8), aunque como intuiréis son rides kiddies y que para nada son las más atractivas. Pero si un día vas con tus hijos a Linnanmäki y te apetece riddear el carrousel, por ejemplo, puedes hacerlo sin pagar ni un solo euro, por la cara. La cara y la cruz de unos precios tan elevados.

¡Volvamos a la entrada! Nos habíamos quedado a las puertas de Linnanmäki, exacto, justo aquí:
Si necesitáis en algún momento sacar dinero en el parque (momento frívolo, pero siempre necesario), tenéis un cajero justo en este punto.

Pasando unos tornos de control de acceso nos adentraremos en una zona de acceso con tiendas de chucherías, arcades y granizados a nuestra izquierda y a la derecha encontraremos otro de los reclamos de Linnanmäki y, por ende, de la propia ciudad. Se trata del Sea Life, que como sabréis es una franquícia de museos acuáticos y marinos que controla la todopoderosa Merlin Entertainment y que tiene aquí un ejemplo más en forma de acuario y museo:
Este Sea Life no es más que producto del intento de Merlin Entertainment por presionar a la hora de tener opciones de compra del parque años atrás, cuando Linnanmäki pasó por un breve periodo de crisis identitaria. Estrategias empresariales, ya sabéis.

Dejamos atrás Sea Life y deberemos alzar la vista de repente porque a decenas de metros de altura encontraremos dos elementos de gran envergadura y altura. Por una parte la siempre llamativa Ukko, una sky-loop de Maurer construida en 2011 y que revalidó la presencia del mismo en el panorama internacional de parques: 
Y a apenas 30 o 40 metros de distancia un elemento presente ya en un buen puñado de parques: Raketti, una power shot de S&S que os ofrecerá unas vistas privilegiadas del parque en todas sus caras, pero que como ocurre con este tipo de rides siempre, vista una, vistas todas:
Como os dije, las taquillas están junto a Kirnu y es precisamente sobre las mismas taquillas (un edificio circular de una sola planta) donde podemos encontrar Kehrä, una enterprise que curiosamente data de un próximo 2009, por lo que es la demostración de que esta ride sigue viva aunque pasen las décadas:
Cómo no, la anteriormente mencionada Kirnu está presente en todo momento con el lanzamiento lento pero constante de trenes que giran alrededor de su layout. Cuando llegue el análisis completo de Linnanmäki (que llegará en breves, no os preocupéis), me encargaré de hablaros un poquito más de ella y ver si la malograda Inferno, de Terra Mítica, iguala o no el poder de esta bestia naranja y azul:
Frente al área de Kirnu y las taquillas encontramos una curiosísima dark ride de relativa nueva generación (muchos sensores, movimiento powered y animatronics relativamente trabajados) llamada Kyöpelinvuoren Hotelli y que fue la novedad del parque en 2013:
Y a su lado un elemento imprescindible para todos los parques de atracciones con más de 50 años a las espaldas (en el caso de Linnanmäki llegará a la jubilación el año que viene, con 65 años). Se trata de Vekkula Fun House, que es eso exactamente, una fun house con un montón de elementos divertidos, juegos de luces y un tobogán de madera con airtime al final, similar al que pudimos encontrar tiempo atrás en Gröna Lund:
Me ocurrió durante la noche anterior, la del primer día de estancia en Helsinki, una anécdota curiosa que por supuesto compartí con vosotros a través de la red social del pajarito azul:


Exacto. El día anterior yo sabía que el parque me tenía que ofrecer 8 coasters y yo durante mi previa visita solo pude visionar un total de 7, por lo que durante la noche entré en RCDB (la web de consulta por obligación del park-freak) y encontré la solución: Linnunrata, una coaster indoor de Zierer metida dentro de un gigantesco tambor de ladrillos y con una terraza repleta de plantas, verde e incluso pequeños árboles. Visto desde fuera parecería un pabellón de espectáculos o incluso un pequeño circo, pero no, es un credit y está muy bien escondido (obviamente de Linnunrata os hablaré mejor en el futuro análisis del parque).

Siguiendo nuestro recorrido y bordeando el parque pude volver a disfrutar (y os aseguro que lo hice en repetidas ocasiones) de Vuoristorata, la woodie con más de 60 años de edad que se extiende en esta parte del parque y que domina con su presencia: 
Es en esta parte del parque, la más antigua de todas, donde podemos encontrar pequeños caprichos temáticos e históricos que pueden gustar a los más nostálgicos del lugar (inclúyanme, por favor), como es este jardincito repleto de elementos decorativos y estatuas:
Y un poco más allá nos encontramos con la protagonista de este 2014: Kingi. La nueva adquisición del parque es una gyro-drop de Moser (sí sí, no es de Intamin) que domina por completo el cielo del parque con sus 75 metros de altura (que sumados a la altura natural del terreno llegan sobradamente a los 100) y que os ofrecerá unas vistas de la ciudad y del parque totalmente privilegiadas. Os hablaré más de ella en un futuro próximo:
El parque también ofrece un ingrediente clásico que podemos encontrar en casi todos los recintos de este tipo, pero que no lo explota al máximo y mucho menos lo convierte en el protagonista de su programación (como sí hacen otros parques), se trata de los espectáculos, que en esta ocasión quedan reducidos a un pequeño escenario situado a escasos metros de la gyro-drop y que presenta este aspecto:
Precisamente aquí fue donde paré en esta segunda jornada de visita a probar el segundo de los 3 grandes restaurantes del parque (restaurantes de menú y mesa, porque de snacks y hamburguesas había otros 3 o 4 repartidos por el recinto). En esta ocasión el elegido fue Funky Kitchen, un restaurante metido en un edificio en forma de tambor cilíndrico, acristalado y con vistas panorámicas a la ciudad y con una temática meramente deportiva (camisetas, cascos y elementos deportivos del país).

Mi elección en este caso fue una ensalada cesar y unos nuggets de pollo con distintas salsas caseras. ¡Deliciosa ensalada!:
Al salir de Funky Kitchen (y para no darle un disgusto al cuerpo tras tamaña comilona) decidí pasearme por la zona más tranquila del parque, un lugar donde podemos encontrar una más que digna área kiddie distribuida en distintos niveles de altura y donde nos encontramos con pequeñas joyas como es este Taikasirkus, una dark ride que recorreremos a bordo de una especie de telesilla suspendido y que ofrece una esencia oldshool más que importante:
Hecha ya la digestión (más o menos) me dispuse a deshuesar punto por punto la última zona que me quedaba por recorrer al detalle y que, dicho sea de paso, es una de las zonas más intensas del parque (salvando la de Ukko, la power shot y Kirnu). Me refiero a la zona correspondiente a la entrada sur (por donde accedí la primera jornada) y donde podemos encontrar bestias tan salvajes como la divertidísima pero a la vez muy intensa spinning de Maurer llamada Salama:
La infernal y devastadora Kieppi, una de las flats más intensas y duras que he podido probar jamás y de la que os hablaré con más detalle en el futuro:
La entretenida pero excesivamente incómoda Tulireki, un producto de la época en la que Mack se debatía entre dar el salto a las construcciones grandes o seguir con la política reducida y discreta de sus anteriores años (tod@s sabemos ya por dónde decidieron tirar, afortunadamente):
Otro producto más de Mack, en esta ocasión una clásica powered llamada Pikajuna y que nos ofrece un recorrido con interesantes vistas al resto de credits (que en este lugar quedan enlazados en un trio de ases):
Los regulares pero siempre necesarios rápidos que en esta ocasión reciben el nombre de Hurjakuru y que no vienen a ser más que un zig zag continuo de canales de cemento que sirven como excusa para ver el genial trabajo de soportado que hizo Maurer en 2008 (10 años después de la construcción de los rápidos, ojo):
Y una de las joyas del parque, quizás la de más valor hasta hace poco (con permiso de la anciana Vurositorata): Vonkaputous. Una water coaster nada más y nada menos que de Premier Rides, que no olvidemos que hasta que no plantó la bandera en Holiday Park no tenía ningún otro credit más que este en Europa. Uno no puede dejar de pensar en ejemplos como Poseidón o Atlantica SuperSplash cuando riddea un bicho como este, pero ya os digo que en el análisis futuro de Linnanmäki ya os hablaré al detalle de esta curiosísima (y húmeda) Vonkaputous:
Con la llegada a Vonkaputous, situada en uno de los puntos más bajos en cuanto a la altura total de los terrenos del parque, llegamos al final del mismo. Dejando atrás varias decenas de otras rides que no he podido añadir en esta bitácora (porque recordad que esto es una bitácora, no es un análisis detallado del parque), no quiero cerrar la bitácora sin antes mostraros la impresión general que me llevé ese día de un parque de atracciones como Linnanmäki:


Efectivamente: un parque muy completo, muy maduro y en el que se nota un montón la experiencia de los años y la construcción y crecimiento orgánico de sus calles y sus viales, pero donde también se nota cierta dejadez en el trato al cliente a nivel de operativas y control de gente en rides. Da la sensación de que, como en otros parques con esta misma edad, la directiva del parque ya se ha acostumbrado a una dinámica de trabajo que implica añadir una big ride cada 2 o 3 años y, mientras tanto, esperar que la gente visite el parque sin más, sin recibir experiencias gratificantes extraordinarias.
Entorno a las 21:00 de ese mismo día abandonaba definitivamente las instalaciones de Linnanmäki para dirigirme directamente al Vuokrahuone Design Accomodation y pasar la segunda noche en él, descansando el cuerpo de semejante trote (visitar un parque plano cansa, pero visitar uno con tantos desniveles os aseguro que os deja las piernas taladradas por completo).

La siguiente jornada pasa por un viaje a la segunda ciudad más importante de Finlandia (Tampere) y la visita al que resultó ser el mejor parque, a mi elección, del país: Särkänniemi. Pero ya llegaremos a todo eso, mientras tanto me despido de vosotros y vosotras y os invito a leer la siguiente bitácora desde Finlandia.

Hablamos mañana...
(Nähdään huomenna...)

Bitácoras desde Finlandia (día 3)

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Tercera jornada del viaje. Tercer día en el que doy los buenos días a la lejana ciudad de Helsinki y en el que estoy dispuesto a seguir completando punto por punto los objetivos de mi ruta por este país situado al norte de Europa.

Este tercer día es de los que clasifico como de "relativa dificultad" ya que implica un transporte entre ciudades, un cambio de ciudad, un cambio de alojamiento y pasar una noche lejos de el punto original, pero dentro de lo que cabe estoy más o menos acostumbrado a este tipo de movimientos así que no os preocupéis, porque todo al final sale a pedir de boca.

Suena el reloj pronto, entorno a las 8:00 de la mañana. Salgo del Vuokrahuone, el albergue/hostel que me ha cobijado durante dos noches. Mi primer objetivo es desayunar y para ello me desplazo a unos 300 metros, donde encuentro un McDonald's (apuesta más que segura en este tipo de viajes). Posteriormente tomo el metro para desplazarme al centro de la ciudad y allí encontrar la Rautatieasema, la estación de tren central de Helsinki y donde tomaré el tren que me lleve directamente a Tampere, mi próximo destino en el viaje.

Al ser un viaje relativamente común (consulté los horarios previamente al viaje) decidí adaptar la hora de tomar el tren a mi horario, sin tener que ir con prisas por llegar a tiempo o no, así que llegué a la estación entorno a las 10 de la mañana y vi que el siguiente tren con dirección a Tampere era un Intercity que salía a las 11:06, por lo que aproveché a dar una vuelta por la estación y observar su preciosa arquitectura.

Y a las 11:06, previo pago de casi 35 escalofriantes euros (recordad la norma de los precios finlandeses: doblar el precio de aquí), tomaba puntual el tren con dirección a Tampere para llegar poco antes de las 13:00:
En general la impresión que me llevé con los ferrocarriles finlandeses fue perfecta (como suele ocurrir a medida que nos desplazamos al norte de Europa). Puntualidad exquisita, servicio exquisito y trenes equipados con una tecnología punta. Silencio total, suavidad, comodidad en los asientos, monitores con información de noticias y meteorología y lo más importante: wi-fi gratuito, gracias al cual os pude escribir desde el mismo tren y a través de Twitter:


Efectivamente, a las 12:52, tal como marcaba el ticket que compré en Helsinki, me encontraba estacionado en uno de los numerosos andenes de la sobria pero servicial estación de trenes de Tampere:
Mi intención era la de dirigirme directamente a mi objetivo ese día, el parque de atracciones Särkänniemi, situado en la misma ciudad en una pequeña península alejada del bullicio del centro.

Previamente había consultado horarios de autobuses o algún servicio shuttle que ofreciera el propio parque, pero como ocurre con el resto de parques finlandeses, el mismo parque no se ocupa de ofrecer un servicio directo y sólo te ofrece alternativas o empresas exteriores que ofrezcan servicios de transporte, por lo que la manera más rápida y directa de llegar al parque (en apenas 10 minutos) fue cómo no, tomar un taxi.

En tan sólo unos minutos y con una amabilidad exquisita, el taxista me dejó en la misma puerta del parque previo pago de los 13,70€ que costó el trayecto.

Y entonces ya por fin, alrededor de las 13:15h del mediodía hacía acto de presencia a las puertas de un (esperadísimo) Särkänniemi:
Como podéis ver en la fotografía superior, el sistema de entrada del parque es el típico de acceso gratuito para aquél que quiera entrar a las instalaciones y tarifa por tickets para acceder a las diferentes rides y coasters del parque. Luego si uno quiere ya disfrutar de todo el pack completo con libertad de movimiento (lo que viene a ser una visita regular completa) hay que adquirir la wristband clásica que te dará acceso no solamente a todas las rides del parque, sino también al delfinario, a la torre de observación y al acuario del parque.
El precio total de esta wristband es de 37€ (recordad, ¡precios finlandeses!) pero la verdad es que sale bastante rentable dada la cantidad de rides además de las ofertas añadidas al precio total y que os he nombrado.
La estructura de Särkänniemi es alargada y en forma de media luna, por lo que las taquillas y entradas se sitúan en el centro y una vez accedes, frente a la imponente Nässineula Observation Tower, de 168 metros de altura, debes decidir si tomar el camino de la izquierda o de la derecha. En mi caso y guiándome por el mapa que facilita el parque decidí hacer un barrido de izquierda a derecha, empezando por el extremo izquierdo encontramos un área kiddie en la que, sorprendentemente, no encontramos ninguna ride mecánica sino un conglomerado de edificios y recintos dedicados al mundo de las granjas y los animales domésticos. 

En este área (llamada Koiramäki) podemos pasear en caballo por sus calles, podemos observar animales de granja o podemos disfrutar del entorno natural de cualquier granja que se precie. Una tematización muy sobria pero perfectamente aceptable, adecuada para que los más pequeños y los mayores disfruten de un entorno limpio y relajado:
Justo al salir de Koiramäki nos encontramos con la primera ride importante del parque que, además, ocupa una extensión de terreno considerable. Se trata de Koskiseikkailu (ya veréis que los nombres aquí van a ser de bombo y platillo) que como intuiréis, se trata de los clásicos rápidos de Intamin aunque en esta ocasión vale la pena decir que son de los más tranquilos que he probado jamás, sin apenas zonas de salpicadura y, eso sí, con un layout completísimo y lleno de elementos típicos (cascadas laterales, olas laterales, zonas de velocidad, túneles):
A escasos metros nos encontramos otra de esas estructuras que nos llamarán muchísimo la atención, no solo por la espectacularidad de la coaster en sí, sino por lo único de su naturaleza ya que en Europa no tenemos nada parecido (más allá de la versión de Disneyland Park París). Hablamos de Half Pipe, la coaster con el modelo del mismo nombre y producto de Intamin también:
Os hablaré de ella en un futuro, cuando analice a fondo Särkänniemi, pero os puedo asegurar que es muy divertida, pese a la incomodidad del arnés en las zonas verticales (y especialmente para el sector masculino, ya me entendéis). Me pareció muy divertida aunque, quizás, un pelín aparatosa para las sensaciones que ofrece finalmente, que no vienen a ser más que las de una disk'o de Zamperla pero con el aliciente de llegar a la verticalidad total en varias ocasiones.

Acto seguido volvemos al centro del parque (ya véis que la zona izquierda es ligeramente más pequeña que la derecha) y nos volvemos a encontrar con la Nässineula Observation Tower, una figura que se impone en todo el skyline del parque (en todo momento está presente) y a la cual se puede acceder previo pago o de manera gratuita en caso de tener la wristband del "todo incluído". Como os dije, 168 metros de altura, una cabina circular en la parte más elevada en donde podréis encontrar una heladería y la posibilidad de observar no solo el parque desde las alturas sino también 20 kilómetros a la redonda en un día soleado como fue el caso. Os recomiendo totalmente la visita, merece la pena (si no tenéis vértigo, claro):
Pasada la Nässineula Observation Tower nos encontramos ya con el núcleo principal del parque y el grueso de coasters y rides que más nos pueden atraer. La primera con la que nos encontraremos es la famosa Tornado, que viene a ser la hermana  mayor de la Tornado de Parque de Atracciones de Madrid y que desde YA os puedo decir que se parecen en absolutamente nada. 

Ni el layout, ni la comodidad de trenes, ni la capacidad (en todo momento los 2 trenes existentes circulando), ni la suavidad. La Tornado de Särkänniemi se convierte en uno de esos credits que llegas a amar por completo y a situar en altos puestos en tu ranking personal:
Recorriendo la totalidad del parque (recordad que al ser una bitácora no os voy a nombrar absolutamente todas las rides y rincones, sino lo más destacado), llegamos al extremo opuesto, a la derecha. En este extremo encontramos un pack Zamperla de sobras conocido, por una parte nos encontramos con Tyrsky, o lo que es lo mismo, una disk'o coaster con unas vistas realmente espectaculares al lago Näsiselkä:
Y por otro la desgraciadamente rompedora Trombi:
Que como ya me ocupé de hacéroslo saber, tiene un layout muy similar a las otras dos que había podido probar hasta el momento, pero no se muy bien si por culpa del diseño o del mantenimiento, resulta ser la peor de las tres con diferencia, tal y como me ocupé de dejarlo claro en el Twitter de Bloggercoaster:
A nivel de restauración y alimentos el parque no es que destaque demasiado por la oferta que facilita al cliente, más allá de un par de restaurantes de gran calibre (y en uno de ellos lo que se oferta es pizza, mientras en el otro son hamburguesas). 

La pizzeria, llamada Pizzeria Pelle, suele estar muy llena entre las 14:00 y las 16:00 ya que la gente aprovecha para retrasar la hora de la comida y poder merendar-cenar en el parque, así que podéis encontrar que al llegar os facilitan mesa para dentro de 40 o 50 minutos, como me ocurrió a mi. En este caso existe el truco de ir a la parte trasera del edificio donde, en un pequeño stand ofrecen porciones de pizza sueltas y refrescos a un precio más reducido que el de una pizza entera en Pizzeria Pelle:
A mi no se me ocurrió mejor idea que, después de comer esa porción de pizza con ese refresco, pasarme por el área de las flats de Särkänniemi, un aspecto en el cual el parque sabe sacar a relucir buenos especímenes y podemos probar lindezas como High Voltage, o lo que es lo mismo, la novedad de esta temporada 2014, una power surge de Zamperla de vistosos colores y cuya reducida temática está basada en la electricidad y en los generadores eléctricos:
Aunque ya me ocuparé de nombrar una por una las flats que pueblan esta zona del parque en un futuro análisis completo del mismo, por nombrar un par aquí podemos localizar Troika, que como su nombre indica es una troika de Huss o Take Off, que es un shake off de Huss también. Mareo para todos los gustos, vaya.

Es curioso porque después de la intensidad y maldad en forma de mareos y fuerzas G que podemos encontrar en este área, lo siguiente con lo que el parque nos sorprenda es la archiconocida Angry Birds Land, que como os comenté en la red social del pajarito azul:

Con un cuidadísimo aspecto, una cantidad bastante decente de rides, un montón de rincones temáticos (excelentemente llevados) y una ambientación digna del más jugón o jugona, Angry Birds Land es posiblemente la mejor reconversión en kiddie land que haya visto en la nueva hornada de este tipo de áreas temáticas infantiles:
 Como no podría ser de otra manera, en el interior de este área es donde nos podemos encontrar la coaster kiddie del parque, llamada Vauhtimato y consistente en una clásica tivoli de Zierer y que pese a que presenta un aspecto renovado y fresco gracias al toque de la franquicia de los pajaritos, carga a sus espaldas una edad de 30 años, toda una veterana:
Volviendo ya de nuevo en dirección al centro del parque y saliendo de Angry Birds Land, nos encontraremos con Tukkijoki, o lo que es lo mismo, el flume de Särkänniemi, que fuera de ofrecer una originalidad pasmosa, se dedica a regalarnos un buen paseo alrededor de los bosques centrales del parque y enredarse en algunos puntos con el layout brillante de Tornado, con un final drop fotográficamente indispensable:
Como ya me encargué de comentaros en tiempo real vía redes sociales, en Särkänniemi fue el momento de experimentar varias primeras veces (mi primera half pipe de Intamin, mi primera power surge de Zamperla) y por primera ocasión algo que tenía muchas ganas de experimentar y que aquí se encuentra bajo el nombre de Speedboat:
¿Qué es Speedboat? Pues bien, pagando un suplemento de 15€ y previo paso por una consigna donde podemos dejar gratuitamente todos nuestros objetos personales, nos enfundaremos un chaleco salvavidas rojo y un instructor nos dará varias explicaciones previas. 

Acto seguido nos subiremos a bordo de una lancha motora sobrealimentada que alcanza la nada despreciable cifra de 85 km/h y nos desplazaremos al gigantesco lago Näsiselkä, donde de repente nos harán un tour destinado únicamente a descubrir el potencial de este tipo de lanchas con giros, acelerones, frenadas, "derrapes" y demás lindezas que nos harán experimentar la velocidad de una manera totalmente diferente a lo que hayamos podido experimentar hasta el momento:
La verdad es que para un amante de la velocidad y de las fuerzas G, una vueltecita en una de estas lanchas es una auténtica gozada. Un aviso importante: te mojas y te mojas MUCHO (de ahí que te faciliten las consignas previamente para poder dejar todo lo que quieras dejar), pero la experiencia de poder llegar a esa velocidad sin notar fricción alguna más allá que la del agua, es realmente algo que solo te puede ofrecer una embarcación de este tipo. Recomendable 100%

Empapado pero satisfecho, me propuse descubrir el último credit que me faltaba por riddear en Särkänniemi y si hace apenas unos minutos experimentaba la velocidad punta a bordo de una super lancha, ahora era el turno de hacerlo sobre una moto o, como Zamperla hace tiempo que nos viene vendiendo, sobre una moto-coaster a través de MotoGee:
Poco más os puedo decir de un credit que ya pude experimentar en JinJiang Action Park. Buena velocidad, giros bastante bruscos, peraltes muy marcados y un par de twisties dignos de guardar en el baúl de las buenas sensaciones. Un credit muy sencillo y compacto pero que puede resultar básico en según qué parques de pequeño o mediano tamaño, como es el que nos ocupa en esta bitácora.

Momento ya de poner punto y final a nuestra visita a Särkänniemi y qué mejor manera de hacerlo que subiéndonos a la Nässineula Observation Tower para sacar un buen puñado de espectaculares fotografías desde la altura:
La verdad es que este parque, sin tener unas pretensiones previas demasiado grandes, me dejó con muy buen sabor de boca. Sencillo en algunos aspectos, complejo en otros, resulta ser un pequeño y delicioso bombón para una región que ya de por si se nota que sabe disfrutar de las novedades y de las rides de última generación, tal como dejé claro a través de Twitter:
De la misma manera que ocurrió años atrás con Gröna Lund, parece ser que Särkänniemi pide a gritos que una woodie ocupe sus terrenos y se convierta en la sexta coaster del parque. Desconozco exactamente las políticas de construcción y mantenimiento de este tipo de estructuras en Finlandia, pero una discreta woodie de Gravity Group o de GCI a medio camino entre tierra firme y las aguas del lago Näsiselkä podría convertirse rápidamente en un bombazo internacional de calibre.

Tras mi salida de Särkänniemi, a unas 20:00h largas, repetí el proceso de apenas unas horas antes, tomando un taxi desde la propia salida del parque (donde encontraréis siempre un par de taxis aparcados esperando por si alguien quiere tomarlos en dirección a la ciudad) y dirigiéndome en esta ocasión al Dream Hostel, un albergue/hotel localizado a apenas 400 metros de la estación central de tren de Tampere, una proximidad vital de cara a la siguiente jornada del viaje (y descubriréis porqué en la siguiente bitácora).

El balance del día no podía ser mejor: viaje de 2 horas a una ciudad distinta, descubrimiento de un nuevo parque, 5 credits más a la saca y un montón de experiencias descubiertas por primera ocasión. ¿Nos deparará la misma suerte la bitácora de la cuarta jornada?

Hablamos mañana...
(Nähdäänhuomenna...)

Bitácoras desde Finlandia (día 4)

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Y aquí damos inicio a la cuarta jornada del viaje. Durante el día anterior tuve el placer de poder visitar uno de los parques que más me ha convencido en los últimos tiempos (Särkänniemi) y, tras un viaje de 2 horas desde Helsinki y la posterior visita a dicho parque, mi cuerpo y mi mente estaban completamente agotados, por lo que desfilé en taxi en dirección al albergue que me iba a dar cobijo esa noche.

En principio mi reserva era de una cama en una habitación compartida con otros 16 huéspedes, un sistema de hospedaje muy común en Europa y que permite al viajero ahorrar más de la mitad del importe de una habitación simple en un hotel, por ejemplo.

Pero conocía los riesgos y desventajas de un albergue (ruido, poca intimidad, incomodidad, inseguridad, olores, etc.), por lo que decidí preguntar al Dream Hostel (donde estaba reservada mi "cama") si tenía alguna habitación mejor. Y BINGO, esa misma semana el Dream Hostel inauguraba su nuevo edificio, el Dream Hotel (sin "s"), un hotel sencillo y de diseño que, como es natural, ofrecía un montón de habitaciones libres al ser su primera semana de rodaje y no aparecer todavía en los buscadores de hoteles.

Pagué unos 30 euros más (precio finlandés, no olvidéis) y por ello tuve derecho a una habitación individual con baño propio, todo un lujo comparado con el albergue que me esperaba inicialmente:
En un futuro os hablaré del Dream Hotel, un lugar muy recomendable y asequible si os encontráis en la ciudad de Tampere visitando Särkänniemi, por ejemplo.

Dicho esto, me levanté sobre las 7:30 para tomarme una refrescante y cómoda ducha, ordenar mi mochila, salir del hotel y desplazarme a la estación de tren de Tampere (la misma que pisaba el día anterior cuando llegué de Helsinki). Allí debería esperar al primer tren del día, que salía de la estación pasadas las 9:00 de la mañana:


Esta cuarta jornada era, sin duda alguna, la más compleja del viaje ya que había unas cuantas etapas que cumplir y todo debía salir a pedir de boca, sin fisuras, sin riesgos (y estando a casi 3000 kilómetros de casa, lo que menos quieres es correr riesgos), por lo que la clasifico, dentro de mi escala personal de dificultad de viajes, en un nivel alto o muy alto, ya que el parque a visitar no es nada fácil de localizar si viajas en transporte público.

El planning era el siguiente: salir de Tampere con un tren Intercity que me dejaría, dos horas después, en la lejana y perdida población de Kauhava, rodeada de absolutamente nada alrededor. De allí tomaría un taxi en dirección al parque, disfrutaría del parque y a media tarde volvería a tomar un taxi de regreso a Kauhava y desde allí subiría a un tren que, durante 4 horas, se desplazaría de regreso a Helsinki.

Por lo que me dispuse a tomar el tren inicial dirección a Kauhava, con este aspecto:
Y de nuevo se repetía la misma historia que el día anterior, tren con wi-fi, enchufes en cada asiento, pantallas con película, hilo musical disponible y una comodidad digna del precio pagado por el billete (37,50€). Y al tener conexión libre para internet, me dispuse a compartir con vosotr@s las pintorescas sensaciones que me estaba aportando aquel apacible viaje:
Puntual al máximo, el tren paraba en la norteña estación de Kauhava a las 11:00, por lo que el primer tramo del día estaba completo. Una estación muy pequeña con un solo andén y con un parking situado en el lateral al que me dirigí en la búsqueda de un taxi que me pudiera acercar al parque, situado a unos 25km de la estación:
Pegado a la estación encontramos un conjunto de casitas con jardines y algunos negocios, uno de ellos es evidente a qué pertenece:
Tomado ya el taxi, emprendía un corto y amable viaje charlando con el taxista en dirección a Powerland. Hablando con él me enteré que esos días se celebraba en el complejo PowerPark (cuyo interior alberga PowerLand) una especie de reunión de camiones tuneados, un evento que juntaba a moteros y amantes del motor en general, por lo que los alrededores del parque gozaban de bastante presencia de personas. Hicimos un repaso a la meteorología (me dijo que por la tarde podía encontrarme lluvia) y me deseó suerte para la dura jornada. ¡Gracias Mr. Albert!

Me presento ante las puertas de Power Park. Lo primero que me llama la atención es que el parque únicamente presenta 3 pequeñas cabinas de taquillas, lo cual puede ser muy buena señal a la hora de tener en cuenta el attendance de un parque (cuantas menos taquillas, menos gente prevista) y si a eso le sumamos que sólo una de las 3 estaba abierta, mejor todavía:
Pagados los 37€ de rigor (¡precios finlandeses!) y armado con el mapa y la wristband, me dispongo a entrar a un parque que, de buenas a primeras, trae a mi nariz aromas de costa italiana y de campos romanos:
La primera impresión que uno se lleva en PowerLand es que todo está prefabricado y absolutamente todo lo has visto antes en otros parques. Tienes rides de Zamperla hasta decir basta, tienes edificios de colores pastelosos, tienes incluso un edificio de oficinas con aspecto similar al de un castillo de Camelot Park. Todo es reconocible pero, como suele ocurrir la mayoría de ocasiones, todo varía un pequeño ápice para ser único y adquirir ese tono de identidad que muchos parques guardan.

El primer credit se localiza temprano, a los pocos minutos de indagar y sumergido en el interior de un espeso bosque de troncos altos y rectos como grandes torres. Su nombre es Mine Train y se trata de una kiddie de (redoble de tambores) Zamperla:
Absolutamente deleznable y prescindible, pero ya se sabe que como cada bocado llena el buche, cada credit llena nuestra mochila de credits. ¡Uno más a la saca!

PowerLand se caracteriza por ofrecer un stock de flat rides y kiddie rides bastante considerable y terriblemente completo. Podemos localizar por ejemplo una réplica de la actual Kinji de Linnanmäki en forma de gyro-drop de vistosos colores y que aquí toma el nombre de Dragon Tower (con también 75 metros de altura, como su hermana de Helsinki):
A apenas unos metros de distancia nos encontramos con otra ride de alturas y de emociones fuertes, un clásico ya de muchos otros parques de atracciones europeos. En PowerLand no se complican la vida y le llaman como la conocemos todos, Booster:
Pegados a Booster encontramos una ride y un credit que también pintan imprescindibles hoy en día para cualquier recinto de ocio. Por una parte encontramos Giant Wheel, una enorme noria de 40 metros de altura que nos permitirá sacar buenas instantáneas del parque y por otra parte nos topamos con Joyride, un curiosísimo credit facturado por L&T Systems, una empresa italiana especializada en facturar versiones low cost de credits de marca (como powereds o familiares sitdown como es esta misma Joyride):
La verdad es que ni siquiera sabía de la existencia de este credit, pero como comprobásteis a través de la cuenta del pajarillo azul, me llevé una grata sorpresa tras completar una decena de ciclos durante todo el día:


Vista y probada la primera parte del parque, me dispuse a seguir visitando la zona boscosa de la entrada y allí encontré un grandísimo restaurante llamado Sybilla Burguer, un local ambientado en el lejano oeste (y es que PowerLand ofrece, de manera muy difusa y pobre, una variedad temática que va desde el far west, pasando por Italia o Alemania).

Allí probé la que os puedo asegurar que tras años de viajes ha sido la mejor hamburguesa que he comido en mi vida. Jugosa, hecha al punto y con un toque de salsa rosa con aromas de barbacoa. Servida con unas patatas extrañamente cortadas y con una ensalada previa de quesos y mezclum, os aseguro que por poco menos de 20€ comí como un auténtico rey (atendido además de excelente manera por sus simpáticas camareras):
Y para dar fe de la buena gastronomía de este parque (rica en heladerías, carne a la brasa y salsas) de nuevo nos encontramos uno de esos personajillos de fibra que perturban con sus miradas perdidas y su alucinógena antropoforma. Este, de hecho, presenta serios trastornos caníbales pues es un cono de patatas fritas que se está comiendo su propia patata frita. ¡Brillante!:
Haciendo la digestión ya y pasando por una enorme plaza rodeada de edificios tematizados y restaurantes, nos encontramos con uno de los grandes credits del parque: Cobra, una boomerang de Vekoma que presenta como única característica diferencial el hecho de usar unos trenes que Vekoma intentó extender a modo comercial ya por 2005 (una estrategia que ha ido repitiendo en varias ocasiones desde entonces) y que, sinceramente, no le añaden absolutamente nada de nuevo a un ciclo doloroso, lleno de transiciones duras y con apenas un par de momentos de intensidad agradable:
Atravesando en su práctica totalidad el parque de punta a punta, nos plantamos en el límite del mismo, al otro extremo, localizando una de las rides más características de todo el recinto: Kwai River, una extraña splash de la británica Interlink LG, ambientada como su propio nombre indica en la película El Puente sobre el río Kwai ya que parte de la estructura transcurre sobre y bajo un puente que imita a la perfección la estructura de aquél puente de madera que aparecía en el famoso film bélico:
A apenas un centenar de metros más allá nos encontramos el cuarto credit que nos ofrece este parque y que aquí recibe el nombre de Neo's Twister, una spinning de Fabbri que ofrece la característica de estar medio tematizada en una especie de comic-manga finlandés llamado "Neon and Nellien" y de que, a diferencia que el resto de spinnings que estamos acostumbrados a ver (principalmente de Reverchón), los trenes de ésta empiezan a girar desde el primer momento que empiezan el layout y no dejan de hacerlo hasta el final:
Una ristra enorme y casi inacabable de mareo gratuito por doquier. Disfruten de las vueltas.

Tramitado ya este penúltimo credit fue el momento de ponernos serios, de enfundarnos el traje de gala de los park-freaks y de disponerme a probar una de esas exquisiteces que le suelen dar muchísimo sentido a esta locura basada en viajar para descubrir parques remotos como este PowerLand. 

Hablo de Thunderbird, la flamante GCI que rompe absolutamente todos los esquemas y que tarde o temprano me comprometo a analizar en el blog mediante una entrada exclusiva dedicada sólo a ella (porque sí, obviamente, merece un espacio en la galería de BGC Classics), una maravilla hecha de madera y con el sello personal e inconfundible de la compañía de Pennsylvania:
Diversión, airtimes, velocidad, intensidad, comodidad, desahogo, gritos de placer, manos al aire y bueno, todos esos ingredientes que conforman el clásico menú "Great Coasters". Uno no deja de preguntarse qué tipo de mala fortuna nos ha tocado por tener estructuras de madera tan y tan malas en España teniendo joyas como estas repartidas por todo el mundo...

Vistos todos y cada uno de los credits y riddeadas la práctica totalidad de las rides del parque, lo último que me quedaba era visitar el lugar donde, se comenta, en 2015 tendremos una infinity coaster launched de la alemana Gerstlauer. El espacio, repleto de estacas de colores y a medio camino entre una llanura de verde césped y el pequeño lago que forma la ride acuática de Kwai River, se presenta como un buen lugar para montar uno de estos bichos, con mucho espacio para construir y un entorno envidiable. El único problema es que queda bastante lejos de, por ejemplo, la entrada del parque (de hecho queda en el lado opuesto a la misma):
Visitado este último detalle, era momento de poner ya el broche final a una visita impecable a un parque que me dejó una sensación agridulce, un parque que pese a tener 12 años de vida ya a sus espaldas, tiene esa extraña cualidad de hacerte creer que está acabado de inaugurar, que todo reluce como el primer día, que las rides apenas han recibido un par de ciclos justo antes de llegar y probarlas tú.
¿El problema de esta situación? El parque parece nuevo en muchos otros aspectos: operativas, restricciones, seguridad, normativas absurdas o aspectos visuales o de marketing. El mapa, sin ir más lejos, es un puro despropósito, así como la guía en la que viene incluído. Y lo mismo con la señalización de las rides o el uso del inglés (que sí está generalizado en parques vecinos como los recientemente visitados Linnanmäki o Särkänniemi).

Lo dicho:

Pocos minutos antes de abandonar el recinto de PowerLand/PowerPark, llamé a la compañía de taxis que había utilizado por la mañana para desplazarme al parque, en apenas 15 minutos tuve ante mi el taxi que me llevaría de vuelta a la inhóspita Kauhava. Vale la pena indicar que en los últimos momentos por el parque el cielo se encapotó y empezó a llover de manera cada vez más intensa, por lo que llegué a la estación de Kauhava bastante empapado y, para ser sinceros, con muchas ganas ya de encontrar la calma de una cama recién hecha y una habitación propia:
Pese a todo, como os dije antes, me quedaban 4 horas de viaje, el tiempo que tarda el tren Intercity a viajar desde Kauhava hasta Helsinki, por lo que me relajé, aproveché las comodidades vistas ya antes de los trenes finlandeses y planifiqué las pocas horas que me quedarían ya en la capital finlandesa para el día siguiente.

Entorno a las 23:00h llegaba a una oscura pero bulliciosa Helsinki, por lo que únicamente tuve que desplazarme unos 500 metros hasta encontrar mi "hotel". Y lo pongo entre comillas porque en la siguiente entrada os explicaré qué tal fue mi experiencia en el Kongressikoti Hotel. Sé que se suele decir de algo tan malo que "no se lo desearía ni a mi peor enemigo" pero... ¡qué demonios! A alguno de mis enemigos les regalaría una nochecita en él.

Ya solo nos queda una última etapa de este arriesgado y loco viaje...

Hablamos mañana...
(Nähdäänhuomenna...)

Bitácoras desde Finlandia (día 5)

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Quinta jornada del viaje. La aventura llega ya a su final y apenas transcurren las últimas horas de estancia en la lejana y desconocida ciudad de Helsinki, al sur de Finlandia.

Llevo a mis espaldas 4 días de viajes, trenes, taxis, parques, rides, coasters y un sinfín de sensaciones y anécdotas en la mochila, por lo que es momento de tomarme con calma la vuelta a mi querida Barcelona.

Como sabéis desde que os lo expliqué en la anterior bitácora, llegué a la capital Helsinki tras un largo y pesado viaje a través del centro del país durante 4 horas y mi llegada se produjo alrededor de las 23:00h, por lo que no llegaba a la típica hora que uno tiene previsto llegar a un hotel. Pero aún así me di prisa por llegar al Kongressikoti Hotel. Y en ese momento os dije "hotel" porque en realidad se trata de una estafa en toda regla. Sí, pagas por una habitación individual y tienes tu cama para dormir, pero hasta ahí todas las facilidades de cualquier hotel.

En realidad el hotel es una planta de un edificio que bien podría ser un piso en el que todas sus habitaciones tienen huéspedes (no se vosotr@s pero en mi pueblo a eso le llaman pensión). Un solo baño para toda la planta, una sola ducha, un cuarto piso a través de un ascensor antiguo de aquellos de rejilla extensible y, eso sí, el precio de una noche en este cuchitril asciende hasta más de 50 euros. Por lo que en esta ocasión el desvarío es por culpa de los precios finlandeses, sí, pero también por una excesiva inflación en los precios de estos locales, cercanos al centro de la ciudad.

Dicho esto, a la mañana siguiente me levanté alrededor de las 9:00 para aprovechar la mañana y darme un pequeño paseo por la zona céntrica de Helsinki, antes de tomar el bus que me llevase hasta el aeropuerto de la ciudad.

El primer edificio que pude admirar desde los alrededores es el Säätytalo Ständerhuset, o lo que es lo mismo, el edificio del estado, una especie de palacio neoclásico muy cercano al hotel donde me hospedé (de hecho apenas un par de manzanas más allá):
 Siguiendo por la Snellmaninkatu, la calle donde encontrábamos el anterior edificio, vamos a parar a uno de los puntos más fotografiados y visitados de Helsinki, una enorme y amplia plaza coronada con un gran edificio blanco en lo alto de unas escalinatas y que se trata del Senado de Finlandia, un lugar de gran importancia política y económica en uno de los países más desarrollados del mundo:
Después de las 2 o 3 fotos de rigor, me dirigí a través de la Alexandersgatan, la avenida que atraviesa la ciudad de punta a punta para acercarme poco a poco hasta la Rautatieasema, la estación de tren central donde también se encuentra el servicio lanzadera al aeropuerto. Como podéis observar, los tranvías están presentes siempre en Helsinki, con más de una docena de líneas disponibles, dibujan un círculo completo por toda la ciudad y tomando la línea 10 podemos llegar desde el centro hasta Linnanmäki, aunque desconozco las tarifas porque yo preferí caminar en vez de tomar este transporte público:
 Las calles perpendiculares a esta Alexandersgatan alojan algunos de los comercios más exclusivos y las tiendas más exquisitas de la ciudad (pensad que el nivel adquisitivo de un finlandés medio es ya elevado, imaginad cómo es el de un finlandés de la capital). Yo me pude encontrar con el Fazer, una de las cafeterías más exclusivas de toda la urbe y famoso porque siempre podemos encontrar en él figuras destacadas de la sociedad finlandesa, famosos e incluso alguna estrella internacional:
 A apenas un par de calles de distancia se abre una de las vías verdes que podemos localizar en pleno centro de la ciudad, el Esplanadparken, una gran avenida de un centenar de metros de ancho y poco menos de 500 de largo donde la vida ajetreada de la ciudad da paso al descanso, la sombra y el paseo de los nativos de la propia Helsinki. Un consejo: si cuando estáis por aquí aprieta un poco el calor, nada como un buen granizado en alguno de los pequeños tenderetes que se extienden a lado y lado del alargado parque:
Alrededor de la estación central de Helsinki nos podemos encontrar con un buen puñado de centros comerciales y grandes edificios de negocios. Uno de los más importantes es el centro comercial Stockmann, un sobrio y casi cúbico edificio que en su interior alberga algo así como un Corte Inglés a la finlandesa:
 Y ya llegado justo enfrente de la estación encontré un elemento que me fue muy familiar (los seguidores del blog lo recordaréis de la inauguración de Wodan, en 2012). Aun así, se ha puesto bastante de moda ofrecer este tipo de servicio bastante exclusivo en grandes ciudades de toda Europa, como sabréis, consiste en una altísima grúa que nos suspende a unos 50-60 metros de altura para ofrecernos una vez allí arriba un aperitivo o comida, amenizado en muchas ocasiones por música en directo o un servicio de cocktails con vistas a la ciudad:
 Y estar ya a las puertas de la Rautatieasema significa que se aproximaba la hora de tomar el autobús que me llevaría finalmente al aeropuerto de Vantaa, donde empezó toda esta aventura que he procedido a relataros durante estas dos semanas.

Como en la anterior ocasión, tomar el bus significaba el pago de 6,30€ y el privilegio de disfrutar de aire acondicionado, enchufe y wi-fi durante el trayecto de unos 20 minutos desde el centro de la ciudad hasta la terminal 2, desde donde tomaba el vuelo de vuelta a casa.

Y dicho y hecho, en apenas 20 minutos me encontraba ya en dicha terminal, habiendo pasado el rápido arco de seguridad y con el tiempo suficiente como para una última comida finlandesa:
En menos de dos horas la puerta de embarque abría sus puertas y me permitía acceder al avión que, tras unas 3 horas de vuelo, me trasladaría por fin al Aeroport del Prat en Barcelona:
Con ese último tweet, publicado ya a las alturas y alejándome del país nórdico, me despedía por completo de esta última aventura veraniega, todo un reto que me propuse ya a principios de este año y que por fin hice realidad.

Cuando uno empieza a cogerle el gustillo a esto de moverse de país en país, a explorar culturas, idiomas y monedas distintas, empieza a marcar con una cruz los países recorridos y Finlandia, con todos sus pros y sus contras, era uno de esos países que tenía en mente desde hacía ya un par de años (igual que sus parques que, para qué engañarnos, era lo que más me atraía antes de empezar esta vorágine de agosto).

Una vez completada la ruta y con un montón de recuerdos en mente, concluyo satisfecho esta nueva entrega de bitácoras que espero que hayáis podido disfrutar tanto como yo escribiéndolas y plasmando la gran mayoría de grandes momentos que viví minuto a minuto en este rico país. A partir de ahora empieza un ciclo de análisis detallado tanto de los parques que visité como de las coasters más destacadas.

Os enlazo a continuación los episodios que os he ofrecido a lo largo de esta visita "guiada":
Y ahora empiezo ya a preparar las siguientes entradas que os ofreceré aquí en Bloggercoaster. Quién sabe... quizás dentro de poco tenga que empezar a pensar en escribir de nuevo alguna otra bitácora. ¿A dónde será en esta ocasión?

Gracias por vuestra lectura
(Kiitoskäsittelyssä)

Bloggercoaster Museum (#8)

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8# El Ferrocarril Aeri
(Tibidabo, 1915)


El año que viene (2015) se cumplirán 100 años de la inauguración de una de las atracciones más emblemáticas, todavía existente a día de hoy, en el barcelonés parque del Tibidabo. Restaurado y rebautizado en varias ocasiones, el actual Magatzem de les Bruixes i Bruixots se gestó hace más de 100 años ya en la mente de Marià Rubió i Bellver, el jefe de ingeniería del parque a principios de siglo y responsable de algunas de las atracciones más espectaculares persistentes todavía a día de hoy en el parque.

En mayo de 1915 Tibidabo ofrecía a sus clientes una atracción innovadora llamada Ferrocarril Aeri (Ferrocarril Aéreo) que desafiaba por completo las leyes de la lógica y mostraba una vez más la cualidad más preciada del parque: su altura con respecto al nivel del mar.

La inspiración para Rubió i Bellver venía de principios del siglo XX en forma de ferrocarril colgante y mostrado en las numerosas ferias internacionales y exposiciones internacionales que se celebraron por entonces. La primera muestra de esta tecnología la encontramos en el monoraíl de Wuppertal (Alemania) y se quiso instaurar en el Tibidabo para convertirla en una posibilidad de desafiar el vértigo y valor de los visitantes de la época (acostumbrados ya a las sensaciones fuertes dado las atracciones que poblaban por entonces la ciudad con parques como Saturno Park o Turó Park).


La ride, de diseño, fabricación y montaje 100% autóctono, consistía (y consiste) en un viaje a lo largo de unos 300 metros a bordo de una góndola suspendida por varios puntos y que discurre por un raíl superior que es sujetado por numerosos soportes a lo largo de todo el recorrido. En varias ocasiones la góndola discurre por el interior de túneles excavados en la propia montaña y que ofrecían por entonces varios dioramas (uno de la Alhambra de Granada y otro de Les Coves del Drac y la ciudad de Barcelona iluminada como si fuese pura noche). Por entonces el simple hecho de discurrir por tantos espacios diferentes en apenas unos minutos representaba toda una innovación digna de pago.

La ride cambió de nombre en 1980 junto a una restauración y adecuación completa de toda su tecnología. Los trenes fueron totalmente cambiados por una por entonces desconocida Intamin AG y adecuados a las normativas de seguridad de la época y su nombre pasó a ser Aeromàgic y que perduró en la memoria de grandes y pequeños hasta que en 2005 se le volvió a cambiar el nombre y a actualizar el aspecto al actual Magatzem de les Bruixes i Bruixots (Almacén de las Brujas y Brujos).


Es una ride apreciada y querida por cualquier entusiasta que se precie, con una evolución e historia realmente admirable y con una resistencia histórica plausible (pues no olvidemos que la estructura de los raíles y los soportes ha aguantado una Guerra Civil y varios ataques militares a la ciudad, desde su inauguración en aquél lejano 1915.

Y desgraciadamente parece que el parque no sabe (o no quiere saber) gestionarla como se merece en este nuevo siglo XXI. Historia poco atractiva, sensaciones encontradas, mantenimiento nulo y en general la sensación de que el concepto "mirador" ha sido tan explotado que el actual Magatzem, antaño Ferrocarril Aeri, ya no sabe sorprender a niños y mayores, ya no sabe sorprender y ya no ofrece el atractivo bajo el que fue concedido: demostrar que Tibidabo es el parque de Barcelona, dominante a 500 metros de altura.

Aspectos técnicos/estéticos

  • Tipo de archivo: fotografías en formato postal (b/n)
  • Fotógrafo: L. Rolsin (Fotografía Rolsin Barcelona)
  • Medidas: 14x9cm (ambas)
  • Fecha: circa 1915
  • Motivo: Góndola y estación del Ferrocarril Aeri (Tibidabo, Barcelona)
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Los Pressed Pennies

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Como ya hemos comentado en infinidad de ocasiones, posiblemente uno de los lugares con más cantidad de merchandising y elementos de colección por metro cuadrado en todo el mundo sea un parque de atracciones o temático. Obviamente la cantidad siempre varía dependiendo del tamaño, de la marca o de la relevancia del mismo, pero muy mal deben andar las cosas (o muy mal se deben estar haciendo) para que un parque no nos ofrezca como mínimo un par de elementos distintivos del mismo y que podamos adquirir en cualquiera de sus tiendas.

En ocasiones debemos rascarnos el bolsillo bastante para poder conseguir aquél objeto que tanto nos gusta o que nos encanta por sus colores, su marca, su estampado o simplemente el valor que le queramos otorgar. Pero en otras ocasiones el mismo parque nos facilita pequeños objetos que, bajo un módico pago, podemos guardar como gratos recuerdos e, incluso, coleccionar conforme visitamos otros parques o recintos de interés.

Es el caso de lo que os hablaré hoy, en Bloggercoaster, los conocidos como pressed pennies o elongated coins, que no viene a ser más que monedas de escaso valor económico que son transformadas, mediante un presionado y un moldeado, en bonitos recuerdos que nos podemos llevar de muchos parques conocidos. Hoy os hablo de ellas y os presento mi particular y modesta colección.

Un metal conmemorativo

Todo empezó a finales del siglo XIX, con la celebración de las primeras ferias y exposiciones de gran envergadura y calibre, aquellas donde el hombre demostraba su afán por la investigación y la superación a nivel, mayoritariamente, tecnológico. En la World's Columbian Exposition de 1893 es el primer lugar del que se tiene constancia que se utilizó el presionado y transformado de una pieza metálica común (una moneda de penique) con la intención de facilitar un recuerdo a todo aquél que quisiera gastarse la cantidad simbólica de 11 peniques (10 para pagar el presionado, 1 para ser presionado).
El primer pressed pennie de la historia.

Sería a partir de ese año que se crearía la exonumia, o lo que es lo mismo, el coleccionismo de moneda modificada con esta técnica.

Durante la primera mitad del siglo XX la exonumia se reducía únicamente a las exposiciones y eventos importantes que quisieran encargar moldes para poder realizar copias de monedas como recuerdo. Más tarde a partir de los años 60 esta afición pasó a formar parte de colecciones privadas y artesanos que realizaban moldes, prensas y aleaciones para poder coleccionar de manera privada o a través de intercambio postal monedas modificadas con motivos artísticos o simbólicos.

Fue a partir de los años 80, con el auge de las primeras máquinas automáticas de prensado, cuando se extendió el uso y colección de monedas a un público mucho más extendido, perdiendo quizás el valor artesanal del concepto, pero multiplicando adeptos de manera mucho más fácil y rápida a través de la instalación de máquinas de prensado en parques temáticos, de atracciones, zoos y demás locales de ocio popular.

La penny machine de Lakemont Park es de las más tradicionales que podemos localizar.

El pionero en el uso de las Penny Machines fue, como en muchos otros aspectos, Walt Disney. Desde la apertura del primer Disneyland hasta día de hoy, sus parques ofrecen una cantidad ingente de pressed pennies con todas las temáticas y variedades posibles, desde las rides, las coasters, los personajes, las marcas o incluso las festividades temporales como navidad o halloween. Todo tiene un pressed pennie en Disney y renuevan su colección año tras año e incluso mes a mes, por lo que hay una gigantesca comunidad de coleccionistas tras las monedas modificadas de los parques del ratoncito orejudo.

Monedas en los parques

Aunque parezca una tontería, no todos los parques del mundo pueden tener máquinas de este tipo en sus instalaciones. En algunos países la modificación de monedas propias del país está prohibida (como por ejemplo en Canadá), por lo que el uso de este tipo de máquinas queda reducido a monedas de otro país o a venta directa de monedas sin valor ni curso legal (los conocidos tokens).

Aún así el uso de las penny machines es general pero se encuentra focalizado principalmente en EEUU, lugar donde se han creado asociaciones de coleccionistas o incluso webs especializadas que facilitan el intercambio de estas piezas entre usuarios.

  Existen modelos como este, en Cedar Point, totalmente automatizado e instantáneo.

Pero si hay un lugar donde nos podemos topar con este tipo de objetos de coleccionismo, ese es los parques de atracciones y temáticos.

A lo largo de mis aventuras tanto en EEUU como en Europa he podido encontrar máquinas de todos los aspectos y tipos, pero el funcionamiento casi siempre suele ser el mismo: introducimos en una ranura la moneda que modificaremos (y que suele ser la más brillante y limpia que tengamos en nuestro monedero), introducimos en otra ranura el coste total de dicho souvenir (que varía entre los 20 peniques de algunos parques americanos hasta el euro de algunos europeos) y generalmente se nos da a escoger entre varios moldes o motivos que suelen representar distintas temáticas.

Tan sencillo como poner monedas, apretar botón y en 20 segundos obtenemos nuestro souvenir.

Una vez elegimos el modelo que queremos aplastar, dependiendo de la máquina deberemos girar una manivela poco a poco (en el caso de ser una penny machine manual) o simplemente deberemos apretar un botón y todo el proceso será automático (en el caso de una penny machine automática).

Sea como sea en menos de 20 segundos tendremos en nuestras manos una curiosa y estirada moneda con un relieve conmemorativo y, por un precio muy bajo, un recuerdo de nuestra agradable visita al parque.

Mi colección particular

Como os he dicho al principio, ni mucho menos me considero un coleccionista de este tipo de objetos ya que no suelen llamar demasiado mi atención durante los viajes. Como mucho caigo en el uso de este tipo de máquinas si el importe no rasca demasiado mi bolsillo y si coincide que tengo muchas monedas de bajo valor en la cartera. Pero, sobretodo en EEUU, el hecho de que proliferen de manera exagerada este tipo de máquinas (en ocasiones podemos encontrar 2 o 3 juntas) hace que uno caiga en la tentación y finalmente haya ido acumulando unas cuantas chapitas en mi cajón de recuerdos parqueriles.

No son todas las que tengo, pero sí quizás las más destacadas o curiosas, os hago a continuación una recopilación de algunas de ellas indicándoos a qué parque, ride o coaster pertenecen.

Empecemos con 3 de ellas, una muy especial a la izquierda ya que pertenece a la anciana Leap the Dips (Lakemont Park), la del centro una bonita chapa de Cedar Point y a la derecha un espectacular pressed pennie perteneciente a Cheetah Hunt, en Busch Gardens Tampa:


Ahora nos movemos primero hacia Ohio (EEUU) a la búsqueda de Magnum XL-200 (en Cedar Point) y luego viajamos hacia el sur para visionar el pressed pennie de Expedition Everest, en Disney Animal Kingdom:


No nos movemos de Florida porque aquí os muestro el souvenir perteneciente a Soarin', la espectacular ride de Epcot y a la derecha podéis ver un curioso pressed pennie que conseguí en el Bubba Gump de Universal Orlando, un restaurante tematizado por completo en la película Forrest Gump y cuyo menú está formado en un 99% por platos que incluyen gambas:


Seguimos en el complejo Universal's ya que a la izquierda podemos ver la moneda de Amazing Adventures of Spiderman, en el centro podéis observar el pressed pennie de Rip Ride Rockit (la nefasta singular coaster que localizamos en los estudios del globo terráqueo) y a la derecha volvemos a tener una chapita de Disney, en esta ocasión de Splash Mountain, la divertidísima ride acuática que localizamos en Magic Kingdom:


A continuación dos pressed pennies muy diferentes entre sí, por una parte el perteneciente a Maverick, la trepidante coaster de Intamin que localizamos en Cedar Point y por otra parte una de las chapitas perteneciente a Adventure Land, en Disney Animal Kingdom:


De nuevo juego con los contrastes ya que aquí tenemos a la izquierda la moneda perteneciente a Steel Force, la insípida hyper coaster de Morgan que localizamos en el norteamericano parque de Dorney Park y a la derecha podéis observar el pressed pennie de Seaworld Orlando, con tres simpáticos delfines:


Y por último podemos observar tres elementos más, en el extremo izquierdo el brillante pressed pennie de Indiana Jones en Disney Hollywood Studios (Orlando), en el centro uno genérico de Busch Gardens Tampa y a la derecha podéis ver un pressed pennie que en realidad es una moneda de 50 céntimos de dolar, que casi triplica el tamaño normal de un pressed pennie normal y que podemos encontrar en contadas rides pertenecientes a Disney, como en este caso se trata de la Hollywood Tower of Terror de los Disney Hollywood Studios de Orlando:


Repito, no son todas las que poseo, pero sí son quizás las que guardo con mayor orgullo o aprecio, o quizás valoro más por su cuidada estética.

El hecho es que actualmente atesoro unas 30 monedas de este tipo y la colección la voy ampliando cada muuucho tiempo, aunque he de decir que es un tipo de máquinas que escasean en la mayoría de parques europeos, no es un especímen del todo raro y podemos encontrarlas en varios parques incluso a nivel nacional, como podrían ser Parque de Atracciones de Madrid o Tibidabo, en Barcelona.

Por último vale la pena indicar que, como os he comentado, existen varias asociaciones y webs especializadas sobre el tema (por si queréis echar simplemente un vistazo o meteros poco a poco en esta enriquecedora afición). A continuación os nombro algunas de ellas:
  •  Parkpennies.com: el lugar donde encontraréis absolutamente todas las piezas de monedas modificadas referentes a parques de Disney, tanto norteamericanos como europeos o asiáticos. Os podéis perder a través de sus numerosas galerías.
  • The Elongated Collectors: una de las asociaciones más importantes en EEUU donde se encuentran centenares de coleccionistas de todas las especialidades (no solamente de parques). Es interesante echar un vistazo y ver hasta dónde puede llegar la afición por este tipo de piezas.
  • Elongando: investigando sobre este mundillo me he encontrado con la grata sorpresa de que hay una web especializada en este coleccionismo y escrita en castellano, concretamente manejada por Buhasapos, un coleccionista de monedas elongadas que creó su propio blog para compartir su afición y al cual dedica tiempo desde hace ya bastantes años. Os recomiendo su visita para conocer más a fondo una afición que, por lo visto, también encuentra importantes aficionados sin tener que cruzar el charco.
*****

Esta es otra de esas entradas que me demuestra, y por consiguiente os demuestra, que el mundillo de los parques puede llegar a generar varios submundos alrededor de ellos y es que el coleccionismo es una pieza básica en la vida de todo park-freak que se precie. Desde mapas, tazas, entradas o camisetas hasta, como en este caso, monedas de escaso valor económico pisadas y moldeadas a nuestro antojo.

Cueste de creer o no, la recaudación diaria a base de pressed pennies en un parque como Magic Kingdom (Orlando) puede ascender incluso a las decenas de miles de dólares diarios, por lo que dependiendo del parque que acoja este tipo de máquinas puede significar un pequeño e insignificante negocio, sí, pero un negocio al fin y al cabo.

Century Park

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Sé perfectamente que los domingos suelen ser días de Foto de la Semana, pero esta semana he querido salirme por la tangente un poco y ofreceros una ligerita entrada sobre uno de los parques chinos que visitamos en el RollerCoaster Team de 2013 (y que os he ido analizando muy poquito a poco, pero sin pausa).

Recordaréis si lleváis leyendo el blog tiempo que meses atrás dediqué una entrada entera a los llamados "Fails" de China, una serie de fiascos y contratiempos que nos encontramos a lo largo de nuestro periplo asiático y que mermaron o contrarrestaron la calidad parqueril del viaje (aunque supimos capear la tormenta como buenamente pudimos). En esa misma entrada os comenté por encima nuestra visita a Century Park, un parque botánico que escondía en su interior un diminuto parque de atracciones que, para nuestra desgracia, nos encontramos cerrado por completo.

Pues bien hoy, en Bloggercoaster, he decidido que ese pequeño parque de atracciones chino merecía un poquito de atención y un ligero repaso pues, aunque nos encontramos sus rides y coaster cerradas, pudimos acceder al interior y fotografiar todo sin problema alguno.


Durante nuestra visita al Century Park, como ya os indiqué en la entrada de los fails, nos econtramos con un gigantesco parque botánico repleto de plantaciones exóticas, jardines de estilo europeo y un gran lago central, en el lateral del cual pudimos localizar el parque de atracciones bajo el mismo nombre que el jardín: Century Park. El acceso al recinto es totalmente libre para cualquier visitante del jardín, no está separado por vallas de ningún tipo ya que la entrada general la pagamos al acceder a los jardines (10 yuanes, unos 1,20€). Una vez allí lo primero que nos encontraremos es un pequeño quiosco circular con ventanillas donde podremos adquirir los tickets para la ride que deseemos probar:


La verdad es que es elogiable lo claro y sencillo que aparece todo junto a la ventanita (quizás es el parque en el que vimos todo más claro de todos los que visitamos). Los precios de las rides van desde los 10 yuanes de las kiddies hasta los 20 del credit (es decir, entre poco más de 1 euro y 2,5 euros). Y sí, como podéis observar, la totalidad del parque está formada por una instalación de 10 atracciones:


La primera de ellas es Revolving Bees, una spin-ride kiddie tematizada en abejas voladoras que tiene un coste de 10RMB para nuestro bolsillo y que ofrece este aspecto:


A continuación nos encontramos con el Children Climbing Car, la clásica pista de coches en miniatura con una hélice central elevada, el ciclo de la cual nos costará 10RMB:


Nos topamos después con Peripateticism Jellyfish (¿?) otra spin-ride que en muchos parques conocemos como globos aerostáticos pero que aquí en Century Park son una especie de medusas coloridas. El precio de esta ride es de 10RMB:


Como no podía ser de otra manera, también localizamos la que creo que es la flat ride más multiplicada y distribuida del mundo: Pirate Ship, que nos supondrá un pago de 15RMB por ciclo en caso de quererla riddear:


También son todo un clásico y parece que en China todos ofrecen más o menos el mismo aspecto, hablo de los Bumper Cars, que he de decir que en este caso ofrecían un aspecto quizás menos lúgubre que el del resto de los parques visitados en Shanghai y cuyo coste por ciclo es de 15RMB:


Recorriendo el perímetro de todo el recinto y a través de unas vías de color naranja con soporte azul, a unos 4 metros de altura por encima de nosotros se alzaba el Space Walking (15RMB por ciclo), un monoraíl consistente en pequeñas cabinas con plaza para 2 personas y motor eléctrico para cada cabina, pudiendo manejar la velocidad desde el mismo panel de control de la cabina y sin ser esta constante como ocurre en los monoraíles powered:


En el centro del parque se extendía una superfície de 20 x 20 metros en la cual encontrábamos la que creo que habría sido la ride más significativa del parque (aparte de su credit que veremos más adelante), os hablo de Laser Challenger, una especie de mezcla entre unos bumper cars clásicos y unos aerodeslizadores, con plazas para 2 personas por vehículo y un enorme pneumático rodeando la barca. Ya os digo que no pudimos probarlo pero, a priori, parecía divertido. El precio de este Laser Challenger es de 15RMB por ciclo:


Podéis ver también en la parte trasera de este Laser Challenger una ride de la cual no tomé fotografía directamente pero que también merece ser mencionada, el Luxury Revolving Horse, o lo que es lo mismo, un carrousel de toda la vida (con medidas más bien discretas). Merece la pena indicar también que el parque disponía de otra ride kiddie clásica como es la piscina con barquitas de choque para los más pequeños. Ambas rides se podían riddear a un precio de 10RMB por ciclo.


Pero si en algo nos dolió en el alma al resto de integrantes del RCT y a mi (bueno, doler doler... es un decir) fue el hecho de no poder completar el único credit del que dispone el parque y que, para qué lo vamos a negar, pese a no ser un creditazo hubiera ayudado a animar un poco nuestra visita.

Os hablo de Rotating Pulley (aunque el parque la nombra como Revolving Cars), una spinning coaster ZXC-24A de Golden Horse con unos atractivos y resultones colores lila claro para las vías y verde pistacho para los soportes:


Pese a que nos la encontramos cerrada, el día anterior habíamos podido probar una hermana gemela de la misma en Jin Jiang Action Park (de hecho es exactamente el mismo modelo), así que conocíamos de sobras las sensaciones y el funcionamento de la misma. Es un credit de relleno, no necesariamente incómodo, resultón para un parque de este tamaño y características, pero apenas insulso para mayores parques de otra envergadura:


Pese a todo es una demostración más del particular monopolio que guarda Golden Horse en China, donde planta el máximo número de coasters clónicas que os podáis imaginar y, en ocasiones, de una manera descarada como ocurre en la propia Shanghai, donde podemos encontrar esta spinning misma hasta en 3 ocasiones.


También vale la pena indicar que esta Rotating Pulley ha protagonizado varias anécdotas por presentar un problema de velocidad y no poder acabar el recorrido inicial de su layout. Theme Park Review se ha encontrado con esta dificultad y ya en su día se encargó de marcar este credit como "especial" dada esa particular anécdota. Nos quedamos con las ganas de saber si a nosotros nos hubiera ocurrido o no...

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Y hasta aquí la breve pero necesaria entrada sobre Century Park, un diminuto complejo de ocio situado en una de las zonas efervescentes de Shanghai (el distrito de Pudong, donde en apenas un año encontraremos el último Disneyland construido en el mundo a tan solo unos kilómetros de distancia).

La visita a Century Park, si os interesa, la podéis complementar con el mercado de las falsificaciones y el museo de la ciencia de Shanghai, que los encontraréis a tan solo unos centenares de metros de uno de los accesos del parque, con lo que podéis montar una jornada que mezcle turismo puro y duro con la afición que tod@s llevamos dentro: los parques de atracciones.

Visto ya este último detalle de la parte de Shanghai, ahora sí que me quedan por delante únicamente dos parques más, esta vez de Beijing (Pekín): Happy Valley Beijing y Beijing Shijingshan. Espero poderlos analizar lo antes posible y así completar ya el ciclo asiático del blog, que se ha estirado bastante en el tiempo.

Cañonazos desde EEUU

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Es una cita obligada a la que los entusiastas del mundillo no podemos faltar jamás. A finales de verano, cuando septiembre asoma ya el hocico, dos de las empresas más grandes y reconocidas en el mundo de los parques de atracciones y (según ellas mismas) temáticos muestran los dientes, las cartas, las armas o como queráis llamarle. Dicho de otra manera: Cedar Fair y Six Flags ofrecen una visión pública y más o menos detallada del que será su planning en inversiones de cara a la temporada siguiente.

Además a sabiendas de que Internet es una poderosa herramienta de comunicación, desde hace unos años hasta ahora vienen usando cada vez más armas más atractivas de cara al público general como pueden ser espectaculares presentaciones en 3D o completos vídeos recopilatorios donde se nos da la información machacadita y lista para que nuestros ojipláticos rostros la consuman.

Aunque con un ligero desequilibrio, creo que es momento ya de ir hablando de lo que serán los grandes bombazos (o cañonazos) de la temporada 2015, una temporada en la que hay un claro ganador pero que nos puede deparar todavía sustanciales sorpresas en forma de última hora inesperada.

Cedar Fair
Novedades destacadas 2015

La gran empresa con el estandarte de uno de los parques de atracciones más admirados y deseados por los aficionados (Cedar Point) arranca la pretemporada mostrando de manera muy discreta sus cartas más importantes y dando a entender que, o bien no ha presentado todavía todo el armamento que tiene previsto de cara al año siguiente o bien 2015 va a ser un año más bien austero y de consolidación de negocio tras un 2014 bastante rico en novedades e inversiones.

Sea como sea, pues, hay que tener en cuenta que Cedar Fair no ha optado en este 2014 por presentar en bandeja todas y cada una de las novedades como por ejemplo sí ha hecho su directo competidor y veremos más adelante.

Veamos pues los cañonazos más importantes lanzados ya por Cedar Fair hasta el momento:

Carowinds revela su Fury 325

No nos quedaban demasiadas dudas ya en la entrada en la que hablé de ese misterioso proyecto que venía anunciando el parque de North Carolina hace apenas un mes atrás. El día 21 de agosto se desveló el misterio y el parque, de una manera pomposa y espectacular, enseñó a todo el mundo la que probablemente será una de las coasters más esperadas del año en EEUU, Fury 325:


Prometían la octava maravilla del mundo y la verdad es que no se si será equiparable, pero por lo menos en cuanto a espectacularidad el negocio está asegurado:


Más de 2 kilómetros de recorrido (lo cual la convierte no en la octava sino en la 5ª más larga), 153 km/h (lo cual la convierte en la séptima más veloz) y 99,1 metros de altura (lo cual la convierte en la quinta más alta del mundo). Tres medidas que sobran y bastan para darse cuenta de que Fury 325 es un proyecto complejo que no podría estar llevado a cabo por otra que no sea Bolliger&Mabillard, vanagloriada hasta la saciedad por directivos y empresas de parques.


El hito con el que la quieren vender es el hecho de ser la giga-coaster más alta de la historia, pero todos sabemos que este tipo de récords andan ya demasiado quemados, así que quizás para un público general sí que servirá, pero para el exigente público de entusiastas parqueriles quizás haya que trabajar un poco más los récords. De lo que no cabe duda es de la robustez y relevancia del proyecto.

Cedar Point: ¿hacia dónde vas?

Ayer martes día 2 de septiembre Cedar Point sorprendió a absolutamente todo el mundo cuando, mediante una nota de prensa, dejó caer una funesta noticia para todo entusiasta amante de las coasters del norteño parque de Sandusky:


Efectivamente, última oportunidad para todos aquellos que quieran probar Mantis, una de las tantas míticas coasters que pueblan el país de Estados Unidos y que nos ha acompañado durante sus casi 20 años de vida tras batir el récord, en su día, al looping más grande del mundo (36,4 metros de altura).

Octubre es el límite, pero aquí es donde entra el maravilloso mundo de las conjeturas. Aparentemente la coaster dejará de estar en funcionamiento este octubre, efectivamente... pero lo que el parque se ha ocupado bien de dejar en entredicho es si será substituida, derrumbada, recolocada o modificada. Es decir, la estructura podría continuar, pero lo que se podría cambiar sería el nombre, los colores o los trenes (recordemos que Mantis es una stand-up coaster, un modelo que no acabó de funcionar a B&M todo lo bien que hubieran querido en su día).

Así que guardad (de momento) los lamentos, porque puede que efectivamente la Mantis original desaparezca, pero puede que en su lugar tengamos algo así como una renovada Mantis 2.0.

Aún así, Cedar Point sigue dejando en el aire el que fue el rumor estrella para muchos foros durante este verano:


Os hablé ya de la rumorología que corría por los pasillos del parque, así como todas las teorías habidas y por haber que se habían desplegado en comunidades, foros y webs especializadas, donde se explica que la novedad estaría totalmente influenciada por el último añadido de Canada's Wonderland (propiedad también de Cedar Fair) solo que inflada y potenciada a base de pago a mortero por parte de Cedar Fair ya que la intención podría ser lanzar bombazo para llamar la atención de los entusiastas más allá de la poca relevancia que consiguió este 2014 el rediseñado y añadido de rides en la zona de Gemini.

En octubre veremos qué traman las oficinas de Sandusky de cara a sorprendernos...

Kings Island: ¿inspiración en Cedar Point?

Y si antes os he comentado la "inspiración" de Cedar Point en su homólogo canadiense Canada's Wonderland, en esta ocasión es Kings Island quien parece que podría tener en mente copiar la estrategia que se ha llevado a cabo ya en este 2014 en otros dos parques Cedar, que es la de añadir una pequeña área con un mínimo nivel de theming (ya conocemos cómo son los estadounidenses con este tema) e incorporar una flota de entre 1 y 4 rides de distintos calibres pero con una clara inspiración familiar.

Se habla de un añadido de las exitosas flying scooters de Larson International junto a uno de esos famosos packs completos de Zamperla en los que se suele colar alguna flat llamativa y un par de kiddie rides sin importancia, además de algún edificio de restauración y un par de tiendas.

Se hizo este 2014 con el Gemini Midway de Cedar Point, se hizo con el Route 76 de Valleyfair y parece ser que el próximo elegido podría ser Kings Island. Habrá que seguir las novedades que emanan desde el parque de Ohio.

Parches acuáticos por doquier

Por último (y en un nivel de relevancia sensiblemente menor) Cedar Fair refuerza para este 2015 dos de sus parques insignia como son Kings Dominion y Worlds of Fun a través de ampliaciones a los parques acuáticos, apéndices de los parques de atracciones que tod@s conocemos.

En el caso de Kings Dominion la expansión será para Water Works, con el añadido de 3 nuevas atracciones en forma de toboganes y embudos con los sugerentes nombres de Paradise Plunge, Aqua Blast y Thunder Falls:


En el caso de Worlds of Fun focalizan la inversión en Oceans of Fun, el área acuática añadida al parque de atracciones, sumando a su oferta de atracciones un gran complejo de toboganes y piscinas llamado Splash Island, enfocado principalmente para los más pequeños de la casa y los jovencitos.

SixFlags
Novedades destacadas 2015

Se han vuelto unos auténticos expertos. Cada año Six Flags hace marcar en el calendario un día exacto en el cual ya anuncia por adelantado que descargará absolutamente toda la metralla de la que dispone concentrando las inversiones de todas sus filiales en una única presentación espectacular y decorada al más puro y genuino estilo norteamericano.

La espina dorsal de las presentaciones de este año viene marcada por el triste cierre de Colossus en SixFlags Magic Mountain, una icónica woodie dueling racer que recibió, desde un lejano 1978, millones y millones de visitantes que se atrevían a desafiar su recorrido.

Pero guardad los pañuelos y el llanto pues Colossus va a volver y lo hará de una manera nunca vista, aunque antes de adelantarme, vamos a ver todas las novedades que tiene preparado el grupo de las seis banderas de cara a la temporada 2015:

Rocky Mountain sigue al alza

Six Flags sigue insistiendo en uno de los movimientos empresariales más interesantes que hemos podido ver quizás en la última década (equiparable quizás a la compra masiva de Sky Screamers un par de años atrás o a la "adquisición" por completo de las dive machines que hizo Busch Gardens hace ya unos añitos).

A las oficinas de Six Flags llegó en 2010 una decidida Rocky Mountain Construction, una empresa relativamente nueva que hasta entonces se había dedicado exclusivamente al re-tracking de algunas woodies antiguas o a modificaciones sin importancia. Allí presentó el concepto de las vías Topper e IBox y, por lo visto, Six Flags aplaudió la idea tanto que en 2011 se inauguraba la famosa New Texas Giant que tod@s conocemos.

4 años después RMC se ha consolidado ya en el mercado norteamericano con 8 sólidos proyectos, bien valorada tanto por críticos como por entusiastas y con una agenda que, dicen, está completa ya hasta el lejano 2016. Dos de los proyectos que entran en esa apretada agenda pertenecen a parques Six Flags de cara a 2015, se trata de Wicked Cyclone en SixFlags New England y Twisted Colossus en SixFlags Magic Mountain.

Para el parque de New England RMC se ha planteado un lavado de cara por completo a una coaster que cerró esta misma temporada con vistas a ser transformada por completo (algo así como un aviso que se podía oler a kilómetros de distancia), así pues los fanáticos del parque norteño tendrán que decir adiós a la vieja Cyclone pero a la vez saludarán efusivos a la nueva Wicked Cyclone:


En el caso del estandarte de la compañía, la capital mundial de la diversión, el masificado SixFlags Magic Mountain de California RMC muestra sobre la mesa el producto más complejo que posiblemente hayan diseñado y llevado a cabo hasta el momento, trasnformando la querida Colossus en una coaster de un único carril, pero aprovechando el recorrido dueling que guardaba hasta hace bien poco:


Este "ligero" cambio comporta una multiplicación de distancia, medidas, velocidades y elementos tal que convertirá la coaster en un auténtico coloso de más de kilómetro y medio de longitud con dos vertiginosas inversiones (algo a lo que RMC ya nos ha ido acostumbrando a lo largo de estos años).

Sea como sea la jugada es perfecta: se cargan (pero en realidad no) dos coasters que a la empresa ya no les salían rentables, vuelven a encender la máquina de la mercadotecnia y venta masiva de merchandising, se ahorran una suma importante de dinero que comportaría la construcción desde 0 de dos woodies de estas características e instauran la locura entre los fanáticos de la empresa que ven como, poco a poco, todos los parques Six Flags se van nutriendo de woodies de RMC en mayor o menor medida.

Six Flags Great Adventure, recordad lo que os digo, es probablemente el siguiente en esta lista de luz verde...

El regreso de un clásico ochentero

El juego lo empezó en 2013, cuando una herida y hundida empresa de manufacturación de rides (principalmente para ferias y eventos desmontables) con origen texano pero influencias italianas llamada Larson International decidió renovar por completo su pobre estrategia y empezar a ofrecer material no solo para las ferias, sino también de manera fija a los parques. Fue cuando introdujo el concepto de las Flying Scooters para parques, con un notable éxito y una demanda bastante importante que haría reflotar las cuentas de la empresa.


Ahora, dos años después y en los albores de una nueva temporada, Larson International ha recibido el empuje definitivo reinventando y actualizando un modelo de ride que triunfó (y triunfa todavía) en muchas de las ferias que podemos encontrar a lo largo y ancho tanto de EEUU como de Europa: el Giant Loop.

No uno, ni dos, ni tres sino CUATRO son los parques de Six Flags que recibirán en 2015 la novedad con regusto ochentero, una novedad en un formato de 22 metros de altura (ligeramente más grande que su predecesora Fireball, la versión de los 80) y que dependiendo del parque y del lugar donde esté situada tendrá un nombre y una estética diferentes, como por ejemplo en Six Flags Discovery Kingdom, donde el Giant Loop se llamará Dare Devil Chaos Coaster:


Y tal como véis en la imagen, así serán las otras tres copias que SixFlags ha encargado a la empresa texana: The Jocker Coaster para Six Flags Over Georgia, Bourbon Street Fireball para Six Flags America y Looping Dragon Coaster para Six Flags Great Adventure.

Lo que yo veo aquí es una triple estrategia que, la verdad, está muy bien traída: por una parte Larson International vuelve a resurgir utilizando un concepto usado con anterioridad pero reinventándolo y otorgándole el aura que pide cualquier ride del nuevo siglo. Por otra parte Six Flags se adelanta y adquiere un producto más o menos novedoso que puede convencer a las nuevas generaciones de quinceañeros y quinceañeras que se agolpan en sus parques y que, quizás, no han tenido nunca la oportunidad de riddear algo así en alguna feria.


Y por último el hecho de poner de moda algo que es barato, relativamente pequeño, fácil de recolocar en caso de investigar nuevas estrategias de inversión en tiempos de vacas flacas y que puede crecer de una manera espectacular como ya ocurrió en otras ocasiones con los sky screammers o las free falls.

¿Aspectos negativos? Bueno... ¿quién, entre 20 y 100 años, no ha riddeado nunca un artefacto parecido al que nos intenta colar Six Flags ahora como la "super novedad del siglo"? Pues eso, podéis bajar ya las manos.

Reinventando conceptos con S&S

Me fascina poder seguir este mundillo de constructores, empresas y parques y poder descubrir, de vez en cuando, que algunas historias se interconectan entre sí y resultan en auténticos episodios de la historia más reciente. Es el caso de la novedad de Six Flags Fiesta Texas programada por la empresa de las 6 banderas para 2015. Ojo al dato:


Ahora echemos un vistazo al pasado más reciente. ¿Recordáis aquél helado 20 de enero en el que Robb y Elyssa Alvey sorprendían a medio mundo con un genial vídeo sobre el funcionamiento de un nuevo prototipo de S&S en la factoría de la empresa en Utah? Por si no lo tenéis ahora mismo en mente, un ayudita:


Efectivamente, Batman The Ride será este prototipo llevado a un ejemplo real en un parque real y con muchos factores de riesgo reales en juego (capacidad, funcionamiento, posibles fallos), por lo que plantea un auténtico reto que, de salir bien, podría reportar muchos beneficios de cara a la empresa norteamericana y de cara a futuras adquisiciones de Six Flags para el resto de parques.

Solo hace falta recordar cómo sirvió el modelo de Superman Ultimate Flight, en su día un extraño y chocante prototipo, para hacer que Premier Rides extendiera sus encargos con este barato y de fácil construcción modelo de launched coaster.

¿Vuelve la dark ride manía?

No, no os emocionéis, recordad que en todo momento estamos hablando de Estados Unidos, un país en el que las dark rides más espectaculares son propiedad casi exclusiva de Universal's o Disney y en el que el resto de parques se dedican a viajar a la deriva, con ejemplos mediocres o insulsos.

Pero bueno, el hecho es que a alguien de Six Flags Over Texas y Six Flags St. Louis se le ocurrió que una dark ride podría ser una buena opción de cara a ofrecer nuevo material a sus visitantes y así es como ambos parques tendrán una copia, casi clónica, de Justice League: Battle for Metropolis:


Sí, no parece que vaya a ser realmente algo destacable, de hecho mucho miedo me da el resultado final de esta pequeña y discreta incursión en el mundo de los superhéroes, pero por las empresas involucradas en el diseño, construcción y puesta en marcha de estas dos dark rides (capitaneadas por la de sobras conocida Sally Corp).

Por lo visto el concepto involucrará coches de nueva generación con movimiento controlado y giros en 360º, escenografía gigantesca recreando espacios míticos de Metropolis, pantallas con animación CGI y 3D de última generación y una trepidante historia capitaneada por algunos de los iconos más reconocibles de DC Comics tales como Superman, Batman, Flash o Wonder Woman.

Habrá que ver si la flecha lanzada por Cedar Fair y Six Flags en el terreno de las dark rides supone o no una revolución de cara a temporadas próximas.

*****

Como ocurre en tantas otras ocasiones, he de decir que no he contado con absolutamente todas las novedades ni de un bando ni del otro, porque hay algunas que, sinceramente, me parecen una inversión menor, un parche para tapar un hueco o incluso una desfachatez (como tratar de novedad la celebración de un 40º Aniversario, cuando es algo que irremediablemente va a ocurrir sí o sí).

Pero con las principales piezas sobre el tablero (momentáneo) de juego, es fácil ver cierto desequilibrio, por lo menos en cuanto a reclamar la atención del gran público que, al fin y al cabo, va a ser el que alimente las arcas de ambas empresas.

Cierto es que la temporada de presentación de novedades no acaba más que empezar y que septiembre, tradicionalmente, suele ser un mes en el que vemos también mucha fanfarria parqueril, por lo que puede ser que Cedar Fair todavía guarde uno o varios ases en la manga. Habrá que estar atent@s a las siguientes semanas...

SeaWorld Orlando (parte 1)

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Nos habíamos alejado últimamente mucho ya de Orlando. Durante el verano os he hablado de Alemania, de Inglaterra, de Francia o de Finlandia, hemos dado vueltas por toda Europa pero habíamos dejado de lado el gran viaje que pude realizar en invierno del año pasado a la capital mundial del ocio y la diversión en Florida (EEUU).

Vuelvo pues a esas tierras para empezar una pequeña saga en la que me dedicaré a analizar y hablar a fondo de uno de los parques estandarte en dicha capital, uno que no puede ser olvidado en cualquier mochila o maleta de park-freak si se pasa por Orlando y que os puedo asegurar que sin ser un parque temático gigantesco o con demasiadas pretensiones, os ofrecerá seguro una jornada entera de diversión con temática acuática y marina.

Hoy pues, en Bloggercoaster, empiezo el análisis de SeaWorld Orlando, el paraíso de los amantes del mundo marino, del agua y de la flora y fauna que, en Florida, adquieren un sentido realmente tropical y nos ofrecen bonitas postales en uno de esos tantos parques que aúna, en mejor o peor medida, la muestra de animales con las rides y las coasters por igual.

 Aroma marino en plena Orlando

Nos encontramos ante uno de los parques con temática más marcada y concisa de los que podemos encontrar alrededor del mundo. Por todos es sabido ya que SeaWorld (su propio nombre lo aclara) nos hablará de mar, de criaturas marinas, de flora y fauna que podamos localizar en los océanos repartidos por todo el mundo. Un auténtico rincón con toques tropicales, aunque intenta ampliación a ampliación alejarse un poco del estereotipo y mostrar más fauna relacionada directamente con el agua, sí, pero alejada de las costas o las profundidades marinas. En definitiva, si adoras lo azul, el agua y ese olorcito de costa mañanera, SeaWorld Orlando es tu parque y hoy vamos a empezar a visitarlo:


Posiblemente este sea a su vez el parque temático más céntrico de la ciudad (una ciudad que, valga decirlo, ya de por sí tiene una especie de over-booking de parques temáticos y de atracciones, amén de una gran cantidad de opciones para el ocio en general como gigantescos centros comerciales, acuarios o cines).

Llegar a SeaWorld os será muy sencillo, con tomar un taxi e indicar el nombre enseguida os plantaréis a las puertas del recinto, puertas que dicho sea de paso ya nos muestran una clara actitud costera (¡que no coastera!) con un bonito e icónico faro decorado con theming de rocas marinas y foquitas en su base:


El acceso, como ocurre en la gran mayoría de parques norteamericanos, lo haremos previa revisión de nuestras pertenencias por parte de trabajadores de seguridad del parque. Una vez hecha la comprobación, tendremos vía libre para presentar nuestro ticket previamente adquirido on-line (como fue mi caso) o comprado en las taquillas, habilitadas a escasos metros de la zona de tornos de acceso:


¡Ya estamos dentro de SeaWorld! ¿No oléis un poco el salitre en el ambiente? De acuerdo... yo tampoco, pero no es problema, todo lo que pueda tener relación con las costas o el mar está aquí reunido. Barquitas, embarcaderos, casas de madera de uno o dos pisos genialmente pintadas y rincones tropicales con un montón de palmeras. El acceso a SeaWorld Orlando es muy fresco y agradable, casi caribeño diría yo:


Debo advertiros que, como veréis en algunas fotografías, mi visita al parque la realicé a mediados de noviembre, por lo que la decoración navideña, pese a tratarse de una zona con un clima subtropical, también estaba presente ya engalanando alguna de las plazas y calles del parque. Intenté esquivarla al máximo (por aquello de respetar la pureza del parque), pero en ocasiones se colaba algún muñeco de nieve traidor. Es solamente para que lo tengáis en cuenta:


Tras un par de edificios iniciales y algunos recintos dedicados a animales genuinamente marinos como los pelícanos o los flamencos (¡olé!) nos plantamos de lleno en la que fue la flamante y exitosa novedad de SeaWorld Orlando en un ya lejano 2009, la increíblemente fotogénica Manta:


Y aunque hoy no os hablaré a fondo de ella (como ya sabéis, siempre me reservo los análisis de credits para más adelante), si que os puedo decir que es un credit que no defrauda en absoluto. Con el toque típicamente familiar que otorgan los suizos B&M a este tipo de coasters para parques temáticos, pero con la suficiente garra e intensidad que pueden convertirlo en un credit peleón, de los que aceptan riddear un segundo ciclo, pero no un tercero. Por cierto aprovecharé que hice ráfaga de fotografías en algún rincón del parque para introducir un nuevo elemento en el blog, los GIFs animados:


A los pies de Manta, entre sus soportes, encontramos no solamente el enorme edificio de colas en cuyo interior localizamos varios acuarios con mantarrayas de diferentes clases nadando alrededor de nosotros, sino también pequeños edificios de servicios, isletas de palmeras y vegetación evidentemente tropical y pequeños puestos como este ingenioso Sea Spray:


Podéis ver hasta ahora que SeaWorld es un parque que se toma en serio el theming. Quizás no hasta los extremos casi barrocos de parques como Magic Kingdom o Islands of Adventure, pero si de un modo mucho más práctico y accesible, con cierta consonancia cromática y temática (cosa muy loable para un parque que carga a sus espaldas ya con más de 40 años de vida.

Investigando especies exóticas

El parque ya nos ha regalado un pequeño y ligero aperitivo, nada más y nada menos que una flying-coaster de B&M y almenos media docena de especies agrupadas en aves y pequeños mamíferos, pero es momento de que el parque tematizado en las zonas acuáticas del mundo muestre sus auténticos valores y nos enseñe qué contiene en su interior.

Nos acercamos, por ejemplo, a Stingray Lagoon, donde nos veremos cara a cara e incluso podremos tocar auténticas mantarrayas en un ecosistema preparado específicamente para poder recibir tal impacto tanto para nosotros como para esta difícil especie:


Bajo los amplios porches de Stingray Lagoon encontramos grandes piscinas de agua salada de más o menos un metro de profundidad y en cuyo fondo podemos ver discurrir decenas de mantarrayas de distintas clases y tamaños con el consiguiente acto de quedar totalmente boquiabiertos (más todavía cuando tenemos en cuenta que si tenemos la suerte de que una de ellas se acerque a la superfície, podemos llegar a tocarlas):


Dicho sea de paso, el parque hace una gran labor para conservar al máximo posible el entorno salvaje y aislado de este tipo de animales, por lo que recomienda no contribuir demasiado a que el animal se pueda estresar mediante carteles informativos y trabajadores vigilando permanentemente la zona. No, no nos podemos llevar una mantarraya a casa.

Justo enfrente de Stingray Lagoon encontramos un entorno dedicado al 100% a los delfines, bajo el sugerente nombre de Dolphin Cove y, de nuevo, con la posibilidad de acercarnos a los animales hasta tenerlos prácticamente a nuestro lado:


La sorpresa que nos reserva este Dolphin Cove viene dada por un patrón que repite hasta la saciedad el parque, en una extraña obsesión por hacer cercanos todos los espacios donde convivan los animales con nuestro entorno como visitantes. Si nos acercamos a uno de los laterales del enorme estanque donde juegan y saltan los delfines, veremos que un cartel nos invita a una visión subacuática:


Y sí, efectivamente, si seguimos las indicaciones nos plantaremos en un agradable espacio con iluminación mínima y amplios cristales a través de los cuales estaremos viendo las profundidades de esta Dolphin Cove y, por consiguiente, los delfines en su entorno más natural:


Realmente, más allá de las rides y coasters, hay que valorar muchísimo el golpe de efecto que se nota a leguas que SeaWorld sabe dominar a la perfección con espacios como este, aprovechando al máximo el contacto que el visitante puede tener con los animales, yendo más allá de donde puede ir cualquier delfinario que nos encontremos en parques o zoológicos en Europa. La visión panorámica de esta cristalera ofrece unas vistas completas del nado y recorrido de estos animales a través del fondo marino recreado perfectamente para la simpática especie:


Si logramos desprendernos de esta zona acristalada (algo difícil, ya que es realmente adictivo observar estas criaturas y sus gráciles movimientos subacuáticos) podremos localizar a escasos 20 metros del acceso otra entrada, decorada con un precioso arco azulado, recreando una enorme ola marina y anunciándonos TurtleTrek, la que fue la novedad de 2012 del parque y, no os lo negaré, una de esas rides que le dejan a uno un regusto la mar de agradable al salir de ellas:


Como os he dicho antes, volvemos a jugar con las alturas y a entrar en un acceso a través de una pasarela cubierta que, en espiral, nos va bajando de altura cada vez más y más hasta soterrarnos bajo tierra por completo. Mucho ojo con el detalle de 1) Cubrir la zona de futuras colas con una superficie de madera que proteja del sol o de las inclemencias meteorológicas y 2) Ofrecer ventiladores que ayuden a apaciguar las altas temperaturas que puede adquirir la zona en épocas estivales (como siempre, tomen nota...):


Una vez a media docena de metros por debajo de la tierra contemplaremos entornos que recrean el ecosistema básico de este tipo de animales (las gigantescas tortugas marinas), con especies que miden fácilmente el medio metro de envergadura y que se mueven por debajo del agua de manera mucho más dinámica de lo que uno puede pensar viéndolas en la superfície o en la playa. Todo un espectáculo para la vista:


A lo largo de 2 acuarios de unos 15 metros de longitud veremos un entorno con tortugas marinas y otro con manatíes, otra de esas especies que me faltaba en la colección de "animales vistos en la realidad" y que puedo ya tachar de la lista. Estos dos entornos acristalados, a la vez, sirven como antesalas para el acceso a la sala principal de TurtleTrek, y es que dicha ride no es más que un simulador, aunque con unas condiciones un poco especiales. Tomad vuestras gafas 3D:


Se nos invita a adentrarnos en una gran cúpula blanca iluminada ligeramente por luces que imitan el movimiento del agua. En el centro un ride-op del parque nos aplica un par de instrucciones (nada más allá de lo típico) y en apenas un par de minutos toda la sala queda llena de gente. Turtletrek es un espectáculo visual y sensorial, por lo que lo único que hay que hacer es permanecer de pie, ponerse las gafas de visión 3D y disfrutar del espectáculo:


Y creedme si os digo que realmente es un espectáculo. Disfruté muchísimo con la película, en animación 3D fotorealista y con una recreación de espacios muy lograda. Narra la clásica historia de una tortuguita desde su nacimiento hasta el encuentro con toda la flora y fauna que habita el fondo marino durante su crecimiento hasta hacerse adulta. Me transmitió muchísimo sentimiento, mucha emoción y, ante todo, una enorme cantidad de conscienciación ecológica (que viene a ser el trasfondo sobre el que se posa SeaWorld por completo).

Al salir alucinado de la sala, una pequeña rampa espiral y encontramos otra de esas genialidades arquitectónicas. Si antes estábamos bajo tierra observando tortugas y manatíes, ¿qué tal si ahora paseamos por una pasarela de madera y cambiamos el punto de vista?


Tras este fabuloso encuentro con una naturaleza tan lejana (sobretodo para alguien meramente mediterráneo como es mi caso), el parque se ocupa de mostrarnos, de una manera quizás más discreta, un animal del que muchos parques suelen abusar en cuanto a espacio y en este caso es todo lo contrario. Me refiero a los caimanes y cocodrilos, que encuentran aquí un enorme estanque con fértiles y húmedas planícies alrededor que les permiten disfrutar de su merecido descanso en busca de los (escasos ese día) rayos de sol:


El parque nos transporta de lleno de un entorno natural y exótico como pueden ser las costas caribeñas o los oceanos lejanos a un lugar más fantasioso con apenas atravesar un vial de unos 100 metros de longitud. A lado y lado del mismo localizaremos zonas de bonitos jardines, palmeras y diversas especies de reptiles, repartidas en varios recintos debidamente protegidos:


Tan solo habremos recorrido un cuarto del espacio total del parque, pero ya en este punto y tras la prueba de Manta, TurtleTrek o Dolphin Cave, SeaWorld nos habrá metido en su bolsillo particular.

Aunque no nos apresuremos a lanzar juicios, pues lamentablemente allá donde hay gloria y esplendor probablemente encontraremos en breve sombras y resquicios de mediocricidad. ¡Aquí vienen!

Desvarios temáticos irrelevantes

Resulta que llega SeaWorld Orlando, un parque que hasta ahora nos había sorprendido gratamente ya que sin mostrarnos su elemento más conocido a lo largo del mundo (las elegantes orcas), nos había encandilado y hechizado por completo con su belleza tropical y, de repente, nos da un par de bofetadas en la cara, como si nos gritara: "¡Despertad, insensatos!".

Dos bofetadas como dos manchurrones en un blanco mantel, como dos olivas en un plato de arroz, como dos botones en la blanca nieve. Dos bofetadas con nombre propio: Journey to Atlantis y Kraken.

Lamentablemente el parque peca con claridad de no saber gestionar del todo sus atracciones mecánicas, no solamente con el ejemplo que veremos a continuación, sino con el resto del recinto también. Y de repente nos planta la excusa de situarnos en una especie de fantasiosa y colorista Atlantis (demasiado inspirada quizás en el mundo griego) para colarnos un edificio tan tosco y cantoso como es Journey to Atlantis, la water-coaster de Mack Rides que os analizaré ya en su momento pero que os puedo adelantar que es mala no, lo siguiente:


Insustancial, irremediablemente estirada en una historia que no tiene ni pies ni cabeza y con un climax de apenas unos segundos para un ciclo que bien puede llegar a durar 10 minutos (lo cual es una eternidad en este tipo de rides). Ya os la explicaré más adelante.

Cambiamos de tercio y si ya nos habíamos quedado en shock ante la horrenda mancha temática de Journey to Atlantis, ahora el mazazo lo recibimos en forma de azulada criatura mitológica alimentada por la antaño genialidad de los maestros Bolliger&Mabillard. Me refiero como no podría ser de otra manera a la hermana casi gemela de nuestro Dragon Khan, la famosa Kraken:


En un futuro no muy lejano os hablaré un poquito más de ella y, pese a que me pareció ligeramente mejor conservada que Khan, sí que he de decir que como pasa con el caso del dragón de la Costa Daurada los años se notan, las intensidades envejecen, los tramos se endurecen, las transiciones se notan y, en general, la incomodidad está presente en esta floorless que, como apreciaréis a continuación eso sí, no deja indiferente a ningún fotógrafo que se acerque a contemplarla de cerca, con puntos tan bonitos y fotogénicos como este:


No me malinterpretéis, Kraken no me pareció mala en absoluto, al contrario, me dejó bien impregnado de aquella esencia noventera que cargan coasters de la época como Nemesis o Kumba y que tanto maravillaron a millones de personas en su momento. Es solamente que B&M empieza a acusar lo que muchos nos hemos negado a pensar de unos años para acá: las coasters de la marca suiza empiezan a envejecer y a no ser tan brillantes y suaves como lo fueron antaño. Qué hacer o no hacer con ellas, es harina de otro costal.

Hielo y nieve en plena Florida

Corramos un tupido velo por encima de semejantes tumores temáticos y volvamos la vista hacia aquella zona que parece irradiar cierto frescor desconocido. Dejamos atrás los colores cálidos y azulados de la tierra mediterranea para avistar, a no más de 50 metros de distancia, montículos de hielo y nieve cada vez más cercanos a nuestra posición. Y es que nos adentramos poco a poco en el área de Antarctica:


Me parece un prodigio realmente plausible el intento de SeaWorld Orlando con la inversión y construcción de esta sencilla pero a la vez espectacular zona. No solo estamos hablando de recrear uno de los elementos más difíciles en cuanto a theming hablamos como es la fría y húmeda nieve o el desafiante hielo, sino que además se hace en uno de los parques más cálidos del mundo, donde alcanzar los 30 grados centígrados es algo totalmente normal durante los 365 días del año.

¿Cómo lograr esta ilusión? Antarctica es realmente un reino para todos aquellos amantes de los trucos y tejemanejes llevados a cabo por la genialidad de los imagineers, las mentes pensantes que transforman un páramo solitario y vacío en todo aquello que quieran con apenas un toque de color, de theming o de elementos decorativos. El ejemplo más claro empieza desde justo antes de adentrarnos en estas atractivas paredes de blanco y azulado hielo, mirad sino como el mismo suelo se tiñe poco a poco de pálidos colores:


Ahora sí, entramos por completo en Antarctica, una mini-área que cumple estrictamente con la normativa no escrita que define este tipo de instalaciones tan de moda últimamente: una tienda, un restaurante, una major ride y unos servicios. Fin.

Empecemos por nuestra derecha, donde se encasta en el hielo una sencilla fachada del edificio correspondiente a la tienda de souvenirs del lugar, bautizada como Glacial Collections:


En ella localizaremos algo en lo que SeaWorld me demostró ser un auténtico experto (como el 99% de los parques norteamericanos): vender merchandising.

Camisetas, peluches, tazas, vasos, libretas, miniaturas, puzzles, gafas de sol,... todo aquello que podáis imaginar y tener en mente, está en esta Glacial Collections y con un elemento común imprescindible para la zona donde nos encontramos, los pingüinos:


¡Tomen nota de ello, mayoría de parques medianos-pequeños de Europa!

Mil y un pingüinos

Llegamos al punto álgido de la visita, donde ese extraño cosquilleo de probar lo más nuevo e innovador se te mete por la espalda y te recorre de arriba a abajo. Aunque sea algo mediocre, aunque sea una minucia, la reacción es siempre la misma: "no puedo esperar a riddearlo YA".

Se nos presenta ante nosotros Antarctica - Empire of the Penguin, otro de esos intentos por parte de SeaWorld Orlando de ofrecernos un espectáculo visual y sensitivo pero a la vez inculcarnos una moraleja, un propósito, un objetivo claramente ecologista y respetuoso con el medio ambiente de esta especie tan y tan maltratada en los últimos años por el ser humano.

Aquí hay dinero invertido. Mucho dinero. El problema es que habrá puntos de la ride en los que os preguntaréis dónde exactamente está invertido, lo cual denota cierta irregularidad en las inversiones que hacen que haya detalles magistrales en contraposición de pequeños parches faltos de cierta dinámica.

Fijaos sino en la propia entrada de la ride. ¿Soy yo el único que ve el pingüino gigante hecho de roca y nieve observando como entramos por el resquicio de roca? Lo dicho, magistral:


Una vez dentro de la "ride", Empire of the Penguin nos conducirá por varias salas de precarga, habilitadas para grupos de unas 30-40 personas y donde mediante proyecciones y una espectacular maraña de nieve artificial en forma de cavernas nos rodeará por completo:


Allí se nos presentará a Puck, una cría recién nacida de pingüinos gentoo, una especie típica de la zona en la que nos "encontramos". Se nos presenta el entorno, las enormes llanuras de hielo y nieve así como el papel fundamental que juega el mar en esta especie tan desconocida pero a la vez tan enternecedora:


Acto seguido accedemos a la zona de carga, donde se distribuye al público en cabinas de precarga donde se nos pasará un vídeo instructivo a las 8 personas que disfrutaremos de la ride en el coche respectivo, ya que esa es la capacidad por coche que tiene esta especie de simulador/dark-ride.

Ante todo, el hielo y los colores azulados del entorno no dejan jamás de estar presentes bajo bellas y escultóricas formas de tematizado cemento:


Lo dicho, capacidad para 8 personas. Como podéis observar los coches, alimentados 100% con electricidad, tienen forma totalmente circular y un diseño bastante simple aunque efectivo. Los coches tienen movimiento circular de 360º y a su vez se inclinan unos 20º, ofreciendo una experiencia de movimiento total (de ahí que los asientos estén equipados con cinturones de seguridad, para facilitar una sujeción completa y segura:


Los coches son movidos por sensores y sin raíles, por lo que la suavidad del movimiento es total, oscilando de lado a lado a través de varias salas decoradas de manera exquisita con formaciones de hielo, colores LED, pantallas a través de las cuales vemos crecer y desarrollarse al pequeño Puck:


La aventura se resuelve tras un intenso e interesante climax al llegar de nuevo a la luz y la claridad de una última caverna blanca y resplandeciente, correspondiente al final de nuestro trayecto. Un final que viene protagonizado por la presencia de la enorme sala climatizada donde encontraremos medio centenar de pingüinos distribuidos en varios espacios llenos de hielo y nieve (esta vez reales) y que campan a sus anchas como los señores del lugar:


No os lo voy a negar: Empire of Penguin está quizás algo sobrevalorada. De hecho, quizás lo más atractivo y sorprendente no es en sí la ride (que sí, es bonita y bien llevada, pero tampoco llega a dejarte atónito como sí consiguen otras de su especie), sino el hecho de adentrarnos al final en esa helada cavidad repleta de animales perfectamente aclimatados. El hecho de tenerte que adaptar a su entorno, su temperatura y su humedad y no a la inversa, como ocurre en la mayoría de espacios zoológicos, es algo digno de admirar y genialmente llevado por SeaWorld Orlando.

Salgamos ya de esta brillante novedad 2013 y dediquémonos a contemplar lo poquito que nos queda ya de esta mini-área temática llamada Antarctica. Nos queda por ver Expedition Café, un restaurante que bebe directamente de una tendencia que llevan últimamente los parques temáticos norteamericanos ofreciendo un mismo recinto para 3 o 4 mini-restaurantes temáticos donde pagamos por aquello que queramos comer (atención al hielo fracturado que se simula en el suelo, toda una delicia):


Me explico: al entrar nos encontraremos en un mismo ambiente 4 pequeños puestos parecidos a pequeños bares y en cada uno de estos puestos podremos pedir menús o platos sueltos ambientados en temáticas distintas (por ejemplo: pescados, comida asiática, verduras, bocadillos, etc.). En mi caso, por ejemplo, decidí orientalizar un poco mi dieta ese día y comprar un arroz con pollo teriyaki, un rollito de primavera, un refresco y una galletita de la suerte:


En total creo que me salió por unos 18 dólares, que al cambio vendrían a ser unos 12€, un precio realmente razonable y más teniendo en cuenta que la comida estaba ciertamente exquisita. Si visitáis esta zona, es recomendable que carguéis las pilas de vuestro cuerpo aquí ya que Antarctica (y por consiguiente Expedition Café) se encuentran casi en el centro del parque.

Algún que otro detalle como el clásico árbol de flechas con distintas direcciones y longitudes marcadas en él:


E incluso un simpático (y fugaz) encuentro con la botarga dedicada especialmente al lugar, un simpático pingüino que se prestará a hacerse fotografías con los más pequeños que se encuentren en el lugar:


Y con esto y poco más nos encontramos ya en la otra punta de Antarctica, el lado opuesto a aquella entrada en la que se nos mostró un degradado blanquinoso y que ahora nos devuelve de nuevo a la visión marina y tropical de SeaWorld Orlando:


Un parque temático que, como podéis ir observando, se nutre de la belleza indiscutible de los entornos recreados en él, pero que a la vez peca de quererse adentrar en mundos tan inhóspitos y difíciles de gestionar como es la diversión para los más jóvenes de la família.

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De momento dejo aquí el interesante análisis de SeaWorld Orlando, mediante el cual hemos podido ver algunas de sus más importante major rides así como 3 de sus 4 credits (sí, todavía nos queda otro por ver, aunque parezca mentira).

Nos quedamos más o menos a la mitad del parque, a las puertas de conocer el que es el reclamo más importante, conocido y utilizado del parque: las orcas. Animales que hace ya décadas que no vemos en nuestro país y que, sin embargo, sí que se pueden encontrar en varios parques de Norteamérica.

No os alejéis demasiado del blog, porque en bien poquito tiempo os volveré a invitar a sumergirnos en estas turbulentas aguas a bordo del galeón de Bloggercoaster.

La foto de la semana (#66)

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Oyster's Secret en SeaWorld Orlando 

A menudo uno de los temas más debatidos tanto en webs especializadas como en foros u otras manifestaciones con temática de parques es la economía. En concreto me refiero a la manera que tiene un parque (que no olvidemos que es una empresa que busca ganar el máximo beneficio económico posible) de obtener ese dinero del bolsillo del cliente sin que este acabe de ser plenamente consciente o, por lo menos, enfatizando y disfrazando el momento en el que el visitante "ofrece" su dinero a cambio de algo (comida, privilegios, souvenirs, etc.).

Ya en esta misma sección de la foto de la semana hemos visto alguna vez lo intrincados y geniales que llegan a ser algunos parques realizando técnicas de marketing o de venta directa al público que explotan este maquillaje del momento de soltar la guita y hoy me he decidido a mostraros una de estas magistrales técnicas, con la cual quedé bastante sorprendido en SeaWorld Orlando y que, por lo menos hasta el momento,  no había podido presenciar en directo nunca. El invento recibe el nombre de Oyster's Secret y es algo así como una versión magnificada de el clásico souvenir de parque tras una pequeña experiencia única.

Para empezar nos encontramos con la piscina que podéis ver en la fotografía superior, con una pasarela de madera que la cruza por arriba y en cuyo interior localizamos un par de trabajadores especializados en el buceo, aunque también con muy buenas dotes sociales (lo cual convierte un negocio en un espectáculo de reclamo al momento):


Si os fijáis, en un diminuto balcón a la derecha hay un speecher que se encarga de "embaucar" a los visitantes para que accedan (previo pago de unos 15 dólares) a que uno de los dos trabajadores pesque, buceando en el interior de la bonita piscina tematizada, una ostra (sí, una ostra, el típico animal de duro y áspero caparazón en cuyo interior encontramos una perla salvaje).

Cabe aclarar que las ostras utilizadas en este negocio pertenecen a una granja propia del parque, por lo que la carne del animal es utilizada más tarde para alimentar de forma natural a otros animales residentes en el propio SeaWorld.

Podéis observar el procedimiento entero en este interesante vídeo montado para explicar cómo funciona este Oyster's Secret:


Una vez el cliente obtiene su perla, se le facilita un pequeño estuche con forma de concha donde lucirá la perla que habrá podido pescar (de una manera totalmente artificial) en el propio parque.

Aunque me consta que existe este mismo método de marketing en otros parques temáticos (sin ir más lejos, existe exactamente lo mismo en el pabellón japonés de Epcot, a apenas un par de kilómetros de allí), sí que no deja de ser chocante ver todo el entramado de rituales y procedimientos que se llegan a seguir para que el visitante de un parque acabe soltando dinero con el máximo nivel de excelencia en la experiencia vivida.

Tú llegas a la piscina, el buceador te hace un par de gracias bajo el agua, te sacas una foto con él, subes a la pasarela de madera, te sacan la ostra que tu desees, te la abren, te limpian la perla, te la envuelven en un bonito estuche y te la llevas a casa. El parque, a cambio, gana 15 dólares.

Os puedo asegurar que en los 5 minutos que estuve observando semejante invento pude ver por lo menos 4 extracciones de ostras de el fondo de la piscina. 60 dólares en 5 minutos, sacad vosotr@s mism@s vuestras propias conclusiones.

Otra de esas formas de ganar dinero a costa del visitante pero muchísimo más original que ofrecer un producto en una cesta, poner un cartelito con el precio y hacerle creer que le están robando a mano armada. Como siempre me encargo de decir: "tomen nota...".

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Otras fotos de la semana:

SeaWorld Orlando (parte 2)

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Todo vuelve a oler a salitre. Si cerramos por un momento los ojos podemos pensar que nos encontramos a escasos metros de una de las ricas costas que pueblan el continente europeo. Si incluso agudizamos el oído es posible que pensemos que por un momento nos hemos desplazado a las frías costas de los mares del norte o que estamos sentados en el puesto de observación de aves de cualquier reserva natural.

Pero nada más lejos, continuamos aquí, en SeaWorld Orlando, el parque que protege y da cobijo a decenas de especies animales que, en mayor o menor medida, tienen cierto vínculo con la naturaleza correspondiente a los mares y océanos del mundo. En la primera parte de esta aventura pudimos visitar los delfines, la mantarraya, las tortugas marinas y los pingüinos, lugar en el que nos quedamos en el relato de nuestra visita.

Así pues hoy, en Bloggercoaster, volvemos a viajar por el ambiente marino de SeaWorld Orlando a la búsqueda de completar el recorrido por el parque y conocer alguno de sus rincones más pintorescos y famosos.


Espectáculos acuáticos

Nos quedamos justo en la puerta trasera (o delantera, según cómo se mire) de Antarctica, la nueva mini-área temática del parque en la que podemos localizar la espectacular aunque sobrevalorada Empire of the Penguin.

Justo allí se extiende ante nosotros un enorme vial de cemento que nos va conduciendo por la zona central del parque, con un telón de fondo excepcional cuyo protagonista indiscutible es la azulada Kraken:


Conforme nos acercamos a la base de la famosa B&M (sin llegar a poderla observar desde abajo del todo, el clásico caso de observación a distancia) encontraremos un enorme y muy completo recinto donde, de nuevo, podemos localizar varias especies de un mismo ecosistema en un entorno tematizado. Se trata de Pacific Point Preserve, donde encontraremos leones marinos, focas y aves de entornos costeros:


Contiguo a este recinto nos encontraremos con Sea Lion & Otter Theater, un pequeño anfiteatro con un formato muy similar al que podemos localizar con regularidad en muchos delfinarios y con un tamaño mucho más pequeño que los grandes estadios típicos de SeaWorld:


En este recinto se nos ofrece un entretenido show con una historia bastante surrealista y con un evidente toque de humor presente de principio a fin. De hecho ya desde el principio un muy profesional clown se encarga de distribuir y entretener al público con grandes aplausos y carcajadas:


Y durante el show se nos conducirá a lo largo de el día a día en un navío pirata, desde la presentación de la tripulación hasta la interactuación de la misma con las distintas especies presentes en el show. Encontraremos desde los leones marinos que se dedicarán a mojar al personal de las primeras filas hasta una simpática nutria que se encargará de regalarnos momentos estelares de risas debido a su diminuto tamaño con respecto al enorme escenario ambientado en un barco pirata:


Salidos ya de el entretenimiento que ofrece el show de Sea Lion & Otter Theater, apenas tendremos unos minutos para descansar antes de adentrarnos en otro gran edificio, esta vez decorado con una estética mucho más sobria y vanguardista, con un toque futurista y que es conocido con el sugerente nombre de Shark Encounter:


En este caso se trata de un gran acuario repartido en dos grandes salas con tubos de cristal que facilitarán una visión subacuática única de entornos tropicales y entornos marinos (y sí, localizaremos un buen número de especies de tiburón en estas aguas y pasando por encima de nuestras cabezas):


También se nos conducirá por varios salones genialmente señalizados en los que se nos intentará educar acerca de la vida no solo de los escuálidos, sino también de los entornos que les rodean, su flora, su fauna así como los métodos que utilizan generalmente para comer, reproducirse o sobrevivir a las inclemencias presentadas por el ser humano:


Finalizado el extenso recorrido bajo tierra (a través de pasillos y galerías repletas de acuarios de menor tamaño) volveremos a la superfície para poder contemplar una piscina circular a la salida del pabellón, donde veremos una variedad de crías de tiburón acogidas en un programa de conservación liderado por SeaWorld y en el que se crían variedades en peligro de extinción que posteriormente serán acogidas por otros zoológicos o acuarios:


Una faceta esta, la del preservado y conservado de especies, muy inculcada por parte del parque en absolutamente todos los recintos con animales del mismo. El programa de crías en cautividad de SeaWorld se extiende a todas sus especies y facilita, año tras año, la distribución de especies a otros zoológicos del país así como, en las especies que lo permiten, la reintegración en la libertad (como es el caso de las tortugas, los tiburones o las focas).

Rodeando un gran lago

Con la construcción e inauguración de Manta en un ya lejano 2009 SeaWorld Orlando jugó no solo una importante y cara carta con la intención de posicionarse de nuevo en la palestra de calidad en parques sino que escribió un nuevo episodio en la morfología y movimiento natural de las masas de personas en el ciclo natural del parque. ¿Qué es el ciclo natural? A nivel de movilidad de masas, el ciclo natural vendría a ser el flujo de gente (visitantes) que el parque estudia previamente a la apertura de las distintas rutas del mismo y que puede cambiar en función de un montón de factores de esas mismas  rutas: caminos más anchos, mejor pavimento, más tiendas, más carteles, animación, vegetación, agua, elementos fotográficos o rides/coasters llamativas.

En este último caso SeaWorld modificó el ciclo natural del parque obligando, casi por completo, a que el viajero tienda a visitar el parque hacia la izquierda según accede en los tornos de entrada y de manera circular hacia la derecha (que es donde se sitúa el lago que de repente se abre ante nosotros una vez superamos el pabellón de Shark Encounter).

Con esto quiero expresar el concepto de que esta zona del lago ofrece unos viales mucho más descargados de visitantes durante primera hora del día e incluso hasta bien entrada la tarde (cuando los visitantes empiezan a marcharse hacia la salida). A partir de media tarde hasta última hora, este vial es un auténtico hervidero de visitantes. En este lugar, por ejemplo, es donde podemos observar la magia de Oyster's Secret, de la que os hablé hace poco en una foto de la semana de Bloggercoaster:


Esta zona del parque quizás no sea rica en rides o coasters (de hecho no hay prácticamente nada de ambas cosas), pero es una zona mucho más tranquila, de paseo y de relax. Domina quizás el skyline del lugar la majestuosa Sky Tower, una torre de visión de unos nada despreciables 120 metros de altura (110 si nos desprendemos de el enorme mástil abanderado de su cumbre) a través de la cual no solo podremos contemplar por completo el parque, sino que además veremos la práctica totalidad de Orlando entera:


Cabe destacar el hecho de que esta torre de observación, con más de 30 años a sus espaldas, contiene una cabina de visión doble (de dos pisos) que no solo permite ampliar la capacidad horaria de la ride, sino que además reduce considerablemente las vibraciones y oscilaciones de la góndola a semejante altitud:


Continuamos por esta especie de boulevard que acompaña la orilla del lago artificial que se extiende en esta ocasión a nuestra izquierda. En esta calle, como podéis comprobar con las fotografías, el ambiente ha cambiado por completo y todo está compuesto por coquetas y fotogénicas tiendas con productos artesanales o de merchandising del parque o por cafeterías donde poder relajarnos mientras observamos la flora y fauna del parque extendida a los alrededores de esta formación acuática artificial:


El restaurante más destacado del lugar (y quizás uno de los más recomendables del parque) es el Seafire Inn Restaurant, donde podremos comer un tipo de dieta no demasiado extendida en EEUU y que aquí conocemos bien: pasta, ensaladas, fish & chips o enrollados vegetales. Vamos, lo que comunmente denominamos dieta mediterránea (solo que con cierto toque americano, inevitablemente):


Justo en el espacio que podemos localizar entre el Seafire Inn Restaurant y la entrada misma del parque (a escasos metros de las inversiones de Manta) podremos encontrar un lugar altamente entrañable y que, sorprendentemente, no se llena prácticamente a ninguna hora del día. Hablo de la Dolphin Nursery, el lugar donde las crías de delfín que en un futuro poblarán los recintos del parque dedicados a esta especie pueden empezar a tener su primer contacto con las piscinas, el público en general y sus cuidadores. Recomendable visita para los amantes del movimiento "cute":


Como podéis observar a través de esta bonita fotografía, no os miento cuando os digo que el skyline de este lado del lago está completamente dominado por el acero de Manta. Fijáos cómo se extiende de izquierda a derecha todo el layout a través de un espacio de no menos de 200 metros de ancho:


Al llegar al final de esta calle que bordea el lago el parque nos ofrece la oportunidad de cruzar el mismo a través de una larga y cuidada pasarela de madera (al estilo pier inglés) mediante la cual podremos pasar al otro lado del mismo y observar, de lejos, elementos muy icónicos del parque. Y sí, l@s más observador@s se habrán dado cuenta de que a lo largo de todo el lago el parque se encargó de plantar unos terriblemente antiestéticos árboles de navidad new age. Otro de esos motivos por los que estoy totalmente en contra de esa anacrónica decoración navideña que nos tratan de embutir temporada tras temporada:


Según avanzamos por la pasarela de madera y con el Shamu Stadium como telón de fondo, encontraremos a nuestra derecha el Bayside Stadium, una gigantesca gradería que bordea por completo este extremo del lago y ofrece espectáculos relacionados directamente con la música ya que en el centro de la gradería y con el brillo de las calmadas aguas de Florida, se levanta un gran escenario acondicionado para ofrecer veladas musicales de todo tipo y en directo. Un estadio multiusos que se suele engalanar para ocasiones y festividades especiales:


Habiendo cruzado ya la pasarela de madera podemos elegir entre dos direcciones: izquierda o derecha (un clásico en los parques de este tipo). Si optamos por nuestra derecha rápidamente nos encontraremos con otro de esos restaurantes respetados por su antigüedad y tradición en el mismo parque, el Mango Joe's Cafe, donde podremos degustar las ensaladas más frescas junto con un variado menú de hamburguesas:


Pasado el Mango Joe's Cafe nos encontraremos con un sobrio y geométrico edificio en el que se nos ofrecen dos alternativas, una fija y una estacional. La estacional corresponde a la película Polar Express, excelente film de animación traído al mundo años atrás de la mano del genial Robert Zemeckis y que nos explicaba la búsqueda de Santa Claus por parte de un niño de 10 años. En este caso el parque nos invita a acceder a una sala con un (eteeerno) vídeo con fragmentos de la película y una entrada final, tras algunos pasillos ambientados, a una sala en la que podemos encontrar a Papá Noel. Una especie de excusa para justificar la navidad en un parque en el que estamos a 32º de temperatura todo el día:


La otra opción, mucho más instructiva y por la que vale la pena perder un buen rato es Wild Artic, la propuesta de SeaWorld Orlando para adentrarnos de lleno en los fríos y lejanos escenarios árticos, donde el hielo, la nieve y las aguas gélidas son protagonistas (junto a la fauna que allí encontramos). El acceso es prácticamente un estándar ya en el parque, a través de túneles que con un racional uso de rampas larguísimas nos hacen descender poco a poco hasta las profundidades de una planta baja:


Vale la pena resaltar el theming de este microcosmos, realmente interesante y bien llevado. La idea es trasladarnos a las expediciones científicas que han ido poblando esta zona inhóspita de la tierra a través de túneles excavados en roca, galerías repletas de tuberías, cajas de madera y plástico amontonadas en forma de improvisados equipajes y pantallas y paneles de control esparcidos para explicarnos de una manera gráfica y amena los orígenes y ambientes de la fauna que encontramos en cada uno de los recintos (formada básicamente por osos polares, morsas y narvales):


¿Los recintos? Bueno, si bien me he encargado de vanagloriar y aplaudir la iniciativa paisajística llevada a cabo en los otros recintos y para las otras especies, en este Wild Artic he de decir que noté una falta de espacio más que evidente, con recintos bien llevados a nivel estético o decorativo, pero cuyas medidas quizás no se corresponden con lo que uno desearía para animales que, no olvidemos, alcanzan los 3 o 4 metros de envergadura, así pues podíamos observar una pareja de solitarios osos polares:


Y lo mismo ocurrió con el resto de especies. Sé que son especies exóticas, las cuales despiertan cierto interés por parte del público general, pero parece que con este recinto SeaWorld Orlando no tiene un especial cuidado en el mantenimiento y la restauración, no solamente de los espectaculares pasillos que decoran sus accesos, sino también en los espacios dedicados a los propios animales. Pequeño (pequeñísimo, no me malinterpretéis) estirón de orejas para el parque de Orlando.


Eso sí, como ya os he comentado, la escenografía y ambientación de los accesos y viales subterráneos es exquisita, como podéis comprobar en esta otra fotografía de arriba, con un theming muy próximo a la realidad de una caverna cualquiera que os transportará seguro a las expediciones más frías y alejadas del ser humano en la tierra.

El área kiddie pegote

A estas alturas de la jugada uno había quedado ya recuperado del trauma estético ofrecido por el combo Journey to Atlantis + Kraken pero ¡oh, amigos y amigas! Todavía guardaba SeaWorld Orlando otra horrorosa muestra gusto estéticamente nulo y poca riqueza visual en general.

Nos apartamos hacia el extremo más alejado de la entrada del parque, atravesando grandes y espesos bosques de acacias y palmeras, para encontrar ante nosotros un lugar llamado Shamu's Happy Harbor, o cómo encontrar un pedazo del estilo italiano de"""theming""" de parques temáticos:


Un área kiddie que reúne, en apenas un rinconcito de tierra, 7 kiddie rides, una especie de pista americana indoor repleta de colchonetas, redes, piscinas de bolas y toboganes y, cómo no, el último credit que nos queda por encontrar en este SeaWorld.

Pero empecemos con la primera ride que nos encontramos, una clásica venta segura de (redoble de tambores) Zamperla llamada Jazzy Jellies, una balloon tower que en este caso transforma sus góndolas en simpáticas conchas rosadas que descienden de pequeñas torres de burbujas:


A escasos metros nos encontramos con Ocean Commotion, que lejos de ser el título de la próxima superproducción de Hollywood se trata de una rockin' tug de la casi ya víral Zamperla:


Y aquí lo tenéis, el cuarto y oculto credit de SeaWorld Orlando, un olvidado y altamente menospreciado Shamu Express, un credit que en 2006 el parque tuvo la brillante idea de comprarle a Zierer, una empresa que por entonces no intimidaba demasiado con las grandes construcciones y se dedicaba a plantar coasters familiares como esta:


Leeréis más acerca de este simpático credit en la siguiente entrada referente a SeaWorld Orlando, pero la verdad es que he de decir que pese a no ser demasiado relevante, sí que cumple una importante función familiar en un parque donde, de no existir Shamu Express, lo más familiar que habría es una water-coaster de Mack Rides.

Como he indicado, en la zona central de este Shamu's Happy Harbor encontramos una gran zona de pistas americanas cubiertas (pero cuando digo grande es GRANDE), con hasta 4 pisos de altura y un sinfín de pasillos, recorridos, toboganes y demás lugares donde pasárselo en grande (si eres pequeño, claro). Todo ajardinado y decorado con una estética que recuerda a un mundo cartoon inconexo y repleto de tiros al aire, como quiriendo acertar y no lográndolo de ninguna de las maneras:


Repito: hasta 4 pisos de altura para un edificio de pistas americanas... algo muy de ellos pero que no deja de ser realmente espectacular (y de servir de manera excelente para refugiarse por si caen 4 gotas o pega mucho el sol de Florida:


También nos encontramos con Flying Fiddler, que pese a tratarse de la archiconocida junior jump de Zamperla en esta ocasión guardaba una estética bastante más original y colorida de lo que ya de por sí suele ser una kiddie ride no apta para epilépticos:


Esparcidas por entre la espesa vegetación de los alrededores encontramos kiddie rides de menor calibre como esta Swishy Fishies, una versión kiddie de las tazas giratorias facturada, cómo no, en Italia:


Y Seven Seas Railway, un cutre-trenecito de un calibre realmente decepcionante y co una decoración más que discreta a base de pequeñas estatuas temáticas inspiradas en el fondo del mar:


Quizás la ride que más me llamó la atención, no de por sí por su temática (previsible) sino más bien por lo cuidado de su estética fue el Sea Carousel, una ride clásica de todos los parques temáticos y de atracciones habidos y por haber, pero con un toque mucho más marino y caribeño en su finalización, substituyendo los tradicionales caballitos por caballitos de mar y los elementos gráficos restantes por típicas criaturas marinas tales como tortugas, ballenas o caracolas:


Completa la nefasta formación de edificaciones del entorno un puñado de casetas cubiertas pertenecientes al típico rincón de ferias y juegos de habilidad. Aquí es donde podéis ver, por ejemplo, el cariño y el esmero que demuestra el parque en esta zona, la más alejada posible de la entrada. Todo es chapa, colores planos y ni un ápice de theming (algo muy de zona kiddie, irónicamente hablando):


Pese a todo y tras tantas patadas estéticas seguidas, el parque nos ofrece un descanso ante tal combate desigualado y nos presenta un pequeño estanque redondo en el que podemos encontrar una riqueza de flora sin parangón en el resto del recinto. Se trata de Sea Garden, una zona que el parque dedica por completo a las plantas acuáticas, las zonas boscosas que envuelven los acuíferos mundiales y, en general, una zona totalmente olvidada por el visitante estándar que tan y tan poco valora este tipo de lugares:


Es aquí, perdido entre el boscaje y la verdura, donde localizamos el Terrace Garden Buffet, un restaurante que como su propio nombre indica nos ofrecerá una variedad gastronómica enorme repartida en un formato self-service de tipo buffet. Posiblemente el entorno más relajado y alejado de la muchedumbre de todo SeaWorld entero.

¡Ah... orcas!

Salidos ya de esa especie de infierno del theming llamada Shamu's Happy Harbor, es el momento de encontrarnos con la figura principal de reclamo de SeaWorld Orlando y, por extensión, de los tres parques SeaWorld existentes en la actualidad. Aquello que es capaz a día de hoy de maravillarnos por la rareza del concepto y por lo exótico de la situación. Caminamos unos metros frente al estanque de Sea Garden y nos encontraremos esta extraña estructura de cemento que nos confunde, como veréis al fondo, a uno de esos cristales de visión submarina que reflejan un azul brillante e intenso:


Efectivamente, acercándonos hasta el mismo cristal es cuando nos damos cuenta de quién son los habitantes del azulado recinto, un gigantesco tanque del que apenas podemos ver el final y en el que nadan constantemente Shamu (la mayor estrella del parque, figura icónica y mascota en general) y su familia de espectaculares orcas. Realmente este punto me provocó sentimientos encontrados, por una parte la espectacularidad del momento, de ver semejantes animales moviéndose a escasos centímetros de mi presencia, me hizo experimentar el asombro clásico del niño que descubre ante sí un gran secreto siempre deseado. Por otra parte pensé en su cautividad, en su encierro y, sobretodo, en el triste uso que posteriormente vería que le dan a estos animales en el parque:


Más tarde y coincidiendo ya con el cierre del parque, se abrieron por última vez durante esa jornada las puertas del Shamu Stadium, un colosal recinto con una gran piscina central y unas gradas con capacidad para miles de personas y donde, en varias ocasiones durante el día, se nos ofrece la oportunidad de ver danzar, saltar y salpicar a estos enormes animales de piel negra y blanca:


Voy a ser sincero: el espectáculo es enorme. La iluminación, el sonido, el ambiente, la historia y la trama están llevados de manera magistral no solamente por los técnicos del parque sino también por una coreografía perfecta entre los cuidadores de la piscina, aclamados cuales super estrellas del rock en su presentación.

Un show que combina la estética de los océanos del mundo con distintas músicas (nunca me pareció que llegaran a ser tan estridentes y machaconas como había pensado siempre) y que me sorprendió por el uso más bien moderado que se hace de las propias orcas, de lo cual me llevé una grata alegría, dentro de la crudeza del momento:


Confieso que no he visto Blackfish, el polémico y popular documental que ha hecho que medio EEUU odie por completo a esta cadena de parques, pero si algo he de decir a favor del parque es que 1) no me pareció que se exploten los animales hasta los niveles que muchas asociaciones han criticado hasta ahora y 2) son animales nacidos en cautividad, por lo tanto NO conocen la libertad del mar. Nunca han estado en el mar, nunca han sido apresados y, contra voluntad, utilizados como animales de feria. Las orcas de este SeaWorld (y por extensión desde hace décadas las 40 que hay expuestas en distintos parques del mundo) son nacidas así, criadas por el ser humano en gigantescas piscinas y, en absoluto, animales privados de la libertad que deberían tener, porque esa libertad no la han conocido jamás.


Sin ánimo de alimentar más la polémica, no estoy de acuerdo con el uso de este tipo de animales con el propósito de vender más o de generar espectaculares pero tristes shows como el que presencié en los últimos minutos de estancia en el parque, pero tampoco estoy en contra de la muestra, educación y sensibilización hacia los humanos por parte de recintos que se adapten al animal y que, en absoluto, le provoquen ningún tipo de estrés.

Pensad en estas orcas cuando acariciéis el lomo de vuestro perro y recordad los inicios que este tuvo un día, en libertad. Por muy lejos que quede... ¿soltaríais de repente a vuestro perro en mitad de un bosque para proclamarlo "por fin libre"?

*****

Y hasta aquí llega esta segunda parte en la que me he dedicado a poner el broche de oro al análisis largamente estirado de SeaWorld Orlando, un parque temático del que llevaba pendiente hablar desde hacía meses atrás.

Un parque que no deja a nadie indiferente, que sin duda ofrece una variedad de cartas en juego más que respetables y que se posiciona anualmente entre los 20 parques más visitandos del mundo con más de 5 millones de visitantes por temporada, un attendance nada despreciable.

Pero pese a todo, y como hemos podido ver hoy, un parque que también puede cojear en muchas facetas y que necesita mejorar una imagen mermada a lo largo de estas últimas dos o tres temporadas, algo que no puede permitirse jamás un parque temático perteneciente a un país tan consumista y capitalista como son los grandes EEUU.

SeaWorld Orlando (parte 3)

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Ahora que ya tenemos vista y analizada la totalidad del parque temático de SeaWorld Orlando, es momento de que nos pongamos a repasar, en el estilo que va caracterizando poco a poco al blog, la pequeña pero interesante colección de coasters que oculta este parque en su interior.

Por si acaso no estáis al día, os facilito a continuación los enlaces con las 3 entradas (más una extra) en las que os he hablado de SeaWorld en el blog durante este último año, para que podáis estar al día totalmente de cómo es este recinto y cuál es la temática que nos muestran en su interior (estrechamente relacionada con las coasters que veremos a continuación):
Así pues hoy, en Bloggercoaster, me dispongo a sacar de nuevo las herramientas para analizar al completo 3 de sus 4 credits (ya que a la espectacular Manta le dedicaré un análisis en solitario, como merece) y donde veremos una water-coaster de Mack Rides, una floorless de B&M y una kiddie/familiar de Zierer.

Journey to Atlantis
Decepción pasada por agua

A excepción de la nueva y flamante Manta, si las cosas no van demasiado diferentes durante nuestra visita a SeaWorld Orlando el primer credit con el que nos encontraremos será Journey to Atlantis, una especie de mito entre las coasters de la marca SeaWorld pero que pronto veréis que nos encargaremos de desmontar mediante un análisis que espero que os devuelva a la triste realidad.

Antes de empezar a sacar el bisturí y diseccionar parte por parte el layout de esta water-coaster, ¿qué tal si echamos un vistazo a su completo point-of-view? Vamos allá:


Para empezar, accedemos a la coaster a través de unas colas tematizadas en algo que pretende imitar las edificaciones griegas, con inspiración en muros ocres y pinturas al fresco explicando historias mitológicas y de pesca. Decoran las diferentes salas por las que hacemos el clásico zig-zag redes de pesca, cajas de madera e incluso pequeñas maquetas de barcos pesqueros. Un toque muy mediterráneo rematado por la excelente banda sonora típica aderezada con olas de un lejano mar.

Al llegar a la estación de carga lo que más choca es que esta tiene 0 theming. Después de unas colas bastante bien resueltas es algo triste encontrar que una zona tan importante como la de carga/descarga se encuentra vacía y sin apenas referencias más allá de las zonas facilitadas por el parque para dejar las pertenencias (recomendable hacerlo, por si acaso). Acto seguido, instalados ya en la barca (de dos plazas por fila) encaramos un primer tramo de zona dark-ride en el que se nos irá introduciendo en un mundo de elementos fluorescentes, luces LED describiendo un curioso recorrido por encima de nuestras cabezas y pantallas con proyecciones que más bien parecerían del siglo pasado. Sumad a todo ello un fuerte olor a humedad y una temperatura elevada debido a lo cerrado del lugar:


Tras el tramo en el que descubriremos pequeños animatronics consistentes en caballitos de mar y donde la única visión que tendremos de Atlantis es una discreta maqueta mostrada en apenas un par de segundos, nos adentraremos en un primer lift iluminado por los desafiantes ojos de... bueno... la historia no acaba de decir en ningún momento quién es, pero debe ser Medusa, por su transformación en una de las proyecciones. Haceros la idea, echadle un poquito de imaginación ya que por lo viesto en su día SeaWorld parece que no pudo hacerlo por vosotr@s:


Salimos al exterior, trazamos una cerrada curva a izquierda a través de una pasarela sin agua (tracción por ruedas) y volvemos a encararnos en un segundo lift, esta vez desprovisto por completo de cualquier esencia de theming. De hecho es uno de los lifts de rides "supuestamente tematizadas" más triste que he recorrido en mi vida. Nos alzamos a 18 metros de altura, accedemos a un espacio construido totalmente con chapa y con el color del frío acero (ni siquiera pintura ocre ya) y de repente:


¡Splash! Caemos a través del primer drop, el más grande de todos y el que nos calará (o no) durante el resto del trayecto que nos queda por recorrer.

Las barcas de Mack Rides, conocidas ya por much@s a través de Poseidon en Europa Park, pueden mojaros o no, dependiendo del reparto de peso y la distribución de los viajeros en la barca, pero generalmente están diseñadas para dispersar las salpicaduras hacia fuera, como podéis observar en la fotografía superior, por lo que no os preocupéis, como mucho se os humedecerá un poco la camiseta y poco más.

Tras una alargada zona de splash, una curva panorámica pasando muy cerca de los expectantes visitantes del parque (alejados del alboroto de la coaster) y un recorrido bajo varios cañonazos activados mediante sensores (cuidado que estos SÍ mojan) encaramos un segundo lift ligeramente más tematizado que el primero, debido principalmente a que este lo pueden ver los visitantes desde la base de la coaster. Puro artificio:


Último y breve tramo de la coaster consistente en otro par de curvas rápidas a través de una zona indoor mucho más oscura y sobria que la que se nos presentó al principio del layout y de repente la barca adquiere más y más velocidad. Pequeño drop consistente en curva peraltada hacia la izquierda que se twistea hacia la derecha a medio camino y adquiere un ligero ascenso para "aterrizar" sobre la fría capa de una piscina final donde recibiremos las últimas gotas de agua que Journey to Atlantis tiene que regalarnos antes de llegar de nuevo a una insulsa estación de carga y descarga.

Vale la pena indicar que el complejo de edificios que contienen la coaster alberga en su interior una tienda (tematizada exquisitamente, esto sí) y una pequeña colección de acuarios de tamaño mediano, nada que ver con los grandes recintos que encontramos en el resto del parque.

Este lugar es llamado Jewels of the Sea y es un excelente rincón de tranquilidad y relajación, de no ser por los gritos ahogados de los que riddean la coaster o de los que salen alborotados en dirección a la salida de la misma. Pero la intención del lugar, música relajante mediante, es proporcionar al visitante un rincón donde sacar un par de buenas fotografías y disfrutar de la paz después de haberse atrevido a desafiar a la mismísima Medusa en esta water-coaster:


¿Mi conclusión personal? Echando un vistazo a los 3 Journey to Atlantis existentes hoy en día, creo que he conseguido desmitificar los tres habiendo riddeado el más "complejo" de los tres. Pese a que el de San Diego puede presentar zonas interesantes más apegadas al concepto coaster, el de San Antonio es una copia casi calcada y venida a menos de Atlantica SuperSplash (Europa Park) y éste, el de Orlando, vendría a ser como un quiero y no puedo intentando magnificar todo el invento en forma de dark ride.

El problema es cuando no llega a la suficiente calidad que te podría ofrecer una dark ride al uso (porque habría que ir teniendo en cuenta ya que el truco de la luz negra y los colores fluorescentes ya no sorprende a nadie) y como water-coaster deja bastante que desear, con el único elemento destacable del twistie con drop que, por otra parte, podemos localizar con medidas mucho más generosas en Poseidon (Europa Park).

El concepto podía ser interesante hace 12 o 15 años (su edad exacta es de 16), pero hoy en día resulta en una mezcla algo decepcionante y desinflada. La edad le pesa y mucho.

Shamu Express
¡Agárrame esas orcas!

No voy a andarme con demasiada descripción (o intentaré no hacerlo) para hablar de una kiddie que puede otorgarnos placenteras sensaciones, pero nada más allá de lo que posiblemente encontremos con cualquier otra kiddie. Aún así, esta pequeña bien merece que hablemos de ella y veamos, point-of-view mediante, cómo nos puede tratar si queremos riddearla:


El layout de esta coaster de Zierer es terriblemente sencillo, pero considero que teniendo en cuenta el terreno y el espacio de la misma está bastante bien llevado, con un uso muy razonable de la sobredimensión en las medidas del tren (para facilitar una carga generosa en días de gran attendance en el parque).

A la salida de la estación entramos en una curva cerrada a derecha que nos presenta por completo el lift, alimentado por tracción a ruedas motorizadas y que con una sorprendente velocidad nos elevará hasta una altura generosa de unos 8 metros, punto en el que empezaremos a encarar la curva peraltada hacia la izquierda que acelerará progresivamente el tren.


Tras esa primera curva, en la que descenderemos hacia un fondo de valle de un metro de altura aproximadamente, enlazaremos con una recta ascendente que nos colocará en el segundo punto más elevado del layout, justo antes de peraltar a derecha y descender de nuevo a través de una hélice que nos conducirá bajo la recta ascendente que acabamos de pasar. El track ahora pasa por encima nuestro y encontramos aquí un curioso punto de choque mínimo.


Amplia y panorámica curva peraltada a la izquierda con distintos desniveles y una elevación bastante considerable que hace bajar la velocidad del tren poco a poco hasta ser frenados en una larga recta final de brakes donde, tras una ligera curva cerrada a derecha entraremos de nuevo en la estación de carga y descarga.


Credit muy sencillo y testimonial, existente debido a la demanda que en la pasada década tuvo el parque de añadir rides y coasters que facilitasen el disfrute tanto de mayores como de pequeños y, en resultado, el encargo de un proyecto a una empresa realmente experta en este tipo de credits. Pese a todo, esencialmente funcional y con una conservación y operativa más que correcta.

Kraken
Nada por allí, todo por acá

Y por último llegamos a la que fue la gallina de los huevos de oro de SeaWorld Orlando durante la friolera de 14 largos años. Añadida tras la construcción de Journey to Atlantis y con la idea de posicionar de una vez por todas la porción floridense de la marca SeaWorld, Kraken fue concebida como uno de esos proyectos en los que B&M suele vender muy bien el pastel y que, posteriormente, se desinflan conforme los vemos desde todos los ángulos y, cómo no, los probamos a conciencia.

Pero antes de sacar conclusiones, veamos este interesante point-of-view desde un punto de vista mucho más realista para un modelo de coaster como es el famoso floorless:


Parece que siempre ha habido una cierta tendencia a comparar el coloso de colores azules y amarillos con un credit que tenemos bien aprendido y probado por estas tierras: Dragon Khan (y que contrasta por completo en pigmentación). Pero sin embargo tras poder probar ambas coasters, sí que he de decir que son similares en un trayecto del layout prácticamente calcado, pero que a partir de cierto punto pierden totalmente la similitud hasta ser totalmente distitnas.


Kraken se nos presenta con un ostentoso theming en la parte delantera, bastante fotogénica y resultona, pero cae en el error (potenciado por el parque) de alejarse tremendamente del espectador conforme su layout se vuelve interesante y llamativo, hasta el punto de que hay elementos que quedan totalmente apartados del vistazo, la mires por donde la mires.


El layout es completamente igual al de Dragon Khan hasta que llegamos a la zona de MCBR (en el vídeo superior aproximadamente el minuto 1:46) por lo que os sugiero que echéis un vistazo a la entrada que dediqué en su día al dragón rojo de PortAventura, donde encontraréis una detallada descripción hasta ese momento.


A partir de la salida de esos MCBR la B&M estadounidense emprende una ruta propia en la que disfrutaremos, en mayor o menor medida, de un discreto pero entretenido viaje a una altura mucho más cercana al nivel del suelo, convirtiendo el trayecto en toda una experiencia terrain.

Viramos a la izquierda en un estirado peralte que nos hará descender rápidamente a un foso de cemento rodeado de setos en el cual descubriremos un elemento encastado con aparatosa virtud (algo que desde mediados de los 90 la empresa de origen suizo se ha encargado de hacer en multitud de ocasiones). En esta ocasión el elemento es un loop de medidas más bien discretas y perfección en su definición, con un punto bajo repleto de fuerzas G positivas a unos 5 metros por debajo del nivel del lago que está situado justo al lado de la coaster.


Encaramos acto seguido una pequeña y larguísima colina (y es que si de algo peca Kraken es de el excesivo estiramiento de las transiciones neutras entre elementos). Podría parecer que esta colina guardaría un pelín de airtime, algo así como ocurre con la speed-hill de Shambhala, pero nada más lejos, en el punto álgido de las posibles fuerzas negativas las vías peraltan a izquierda de nuevo adentrándonos en otro mini drop fotográfico justo antes de meternos de lleno en la cueva del Kraken:


Dicha cueva, es justo decirlo, apenas dura un par de segundos y realmente no es que un paso para salvar la zona por la que accedemos a las colas de Kraken. En ella encararéis una curva peraltada con bastante fuerza G positiva y una pequeña media hélice ascendente que enlaza directamente con el segundo elemento fotográfico del credit, un corkscrew que "nace" de las rocas fracturadas que el poderoso brazo del Kraken ha repartido por la zona, se eleva por encima de un pequeño estanque junto a un cuidado jardín y se pierde de nuevo en la espesa vegetación de la base. Algo tal que así:


Tras este repetitivo pero estéticamente impecable elemento no nos quedará más que el pase por un alargadísimo valle que hará de enlace directo con una apartada recta de final brakes, tras la que encontraremos una curva cerrada a derecha que ya nos encarará hacia la recta de transfer y una posterior estación de carga y descarga de aspecto, porqué no decirlo, algo desolador.

Y ese será el ciclo que Kraken nos regalará, una coaster que no cabe duda que en su día tuvo que armar mucho revuelo dadas sus características especiales (número de inversiones, excavaciones por debajo del nivel del lago colindante, theming espectacular en varios puntos, relleno de arena en raíles para evitar sonoridad extrema, etc.) pero que hoy en día viste triste, desmenuzada por el paso del tiempo y la crueldad del clima de Orlando.


Sus medidas son espectaculares y sorprenderían a much@s de vosotr@s en un primer ciclo, ciertamente. Además el hecho de ser floorless, especialmente en primera fila, le otorga una sensación única que solamente este modelo de coaster es capaz de facilitar a sus viajeros (esa placentera sensación de que casi tocas los raíles con la punta de tus zapatillas).

Pero ya. A partir de ahí las zonas de elevadas fuerzas G se clavan directamente en tu maltrecho cuerpo, la velocidad produce excesivas vibraciones y traqueteos, los trenes acusan el paso de revisiones y más revisiones año tras año, la pintura muestra puntos de oxidación en diversos tramos (generalmente los escondidos al público, como es natural) y, en un vistazo muy amplio, da la sensación que Kraken es un juguete que brilló con mucha potencia antaño, pero que en estos momentos acusa un desgaste cada vez más pronunciado en su layout.

Como ya dije en el caso de Dragon Khan, es una generación de coasters sobre las cuales B&M debería enfocar su sabia y de sobras conocida experiencia, de cara a otorgarles un extra de vida, una alternativa al final más trágico de todos: el desmantelamiento. Mantis es la elegida este año por parte de Cedar Point. ¿Será Kraken la próxima?

*****

Hasta aquí esta necesaria y completa entrada con un repaso amplio a 3 de los 4 credits que tiene por ofrecer a sus visitantes el oceánico parque de SeaWorld Orlando.

Tres credits en los que hemos visto reflejadas las distintas necesidades de un parque estándar (agua, familia e intensidad) y resueltas de una manera bastante práctica en su momento, únicamente quebradas por una estrategia con renovada sangre (la flying-coaster Manta) que desequilibró ligeramente la tipología de credits pero sentó un precedente para la compañía sin igual.

Y ya que la he nombrado sí, la siguiente entrada del blog irá completamente dedicada a Manta, cuyo layout y elementos hemos visto muy tímidamente en estas últimas entradas y cuyo análisis colmará por completo una entrada que pasará directamente a formar parte de la galería de Bloggercoaster Classics.

Y a vosotr@s... ¿qué os ha parecido SeaWorld Orlando?¿Planearíais una visita en caso de estar en la capital del ocio y el turismo de Florida?

Proyecto Vloggercoaster

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Tenía muchas, muchísimas ganas de poderos presentar de una vez por todas este nuevo proyecto que llevo entre manos y tras una breve consulta (totalmente legal, lo juro) ayer mismo pude saber que lo que queríais era que compartiera la novedad con vosotros y vosotras, así que vamos allá.
Hoy os presento Vloggercoaster. No, no hay ningún error ortográfico, Vloggercoaster con V de Valencia, es un juego de letras y palabras adecuado para describir la mezcla del concepto Bloggercoaster (que es este blog) con las tecnologías de los vlogs, o vídeo-blogs, que vienen a ser blogs grabados y montados en plan multimedia donde el vloguero se dirige a su público cara a cara con el uso del habla.

En definitiva, durante muchos años he escrito entradas y más entradas sobre parques o sobre todo lo que los rodea (y seguirá siendo así, no os preocupéis), pero desde que cierta tecnología de cámara de vídeo llegó a mis manos decidí emprender la idea de, porqué no, compartir mis vivencias en los parques en forma de vídeo, explicándoos todo lo que me encuentro en ellos al momento para que lo veáis de una manera más directa y amena, más allá de los análisis tradicionales del blog.

Lo que hoy os presento aquí es el primer episodio "piloto" de Vloggercoaster dedicado por completo al parque finlandés de Linnanmäki (Helsinki). En él he pretendido mostraros el parque desde una perspectiva diferente, algo más animada y desenfadada (nada de bonitas panorámicas con trípode, Vloggercoaster será cámara en mano y comentario in situ, sin radiofónicas voces en off).

No me alargo más, amigos y amigas del blog, con vosotros el primer episodio de VLOGGERCOASTER:


De paso así aprovecho para presentaros el renovado canal de Youtube, que ya existía con anterioridad pero al que le he dado un ligero toque de estilo para adaptarlo a un uso más exhaustivo de ahora en adelante. Intentaré colgar en él otro tipo de vídeos como reflexiones, point-of-views o fragmentos de vídeo sueltos que no haya incluído en estos episodios de Vloggercoaster.

Sabéis de sobra que siempre os pido cierto feedback en forma de comentarios o participación en los concursos, pero en esta ocasión sí que me sería muy MUY necesario y útil saber vuestra opinión respecto a esta idea. Cualquier comentario que podáis dejar en la sección de comentarios del vídeo sobre la realización, consejos, opiniones o simplemente sobre si os parece bien o no que dedique una porción de tiempo a editar y colgar este tipo de vídeos me será de gran ayuda así como, si os ha gustado y queréis estar al día de las novedades del canal y tenéis cuenta en Youtube, podéis suscribiros al mismo.

Así mismo os pido que si podéis difundáis el vídeo por las distintas redes sociales para que pueda llegar al máximo número de público posible y ver así el máximo número de opiniones al respecto. Al fin y al cabo creo que es un tipo de vídeos que puede interesar mucho a gente viajera o amante de los parques, sin grandes argumentos técnicos ni pretensiones educativas.

También, por último, os pido disculpas si quizás la edición no es de una excelencia máxima, es la primera ocasión en la que trabajo con este formato, con esta cámara y con el programa de retoque que he usado. Prometo mejorar poco a poco (si la cosa funciona) e intentar videoanalizar el máximo número de parques posibles siguiendo vuestros consejos y comentarios.

Como siempre: MIL GRACIAS por apoyar el proyecto y por regalarme vuestro tiempo, trataré de luchar por mejorar vídeo a vídeo y ofreceros interesante material para vuestro disfrute.

¡Vámonos a Holanda!

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¡Menudo año llevo! Como si fueran cromos de una pequeña colección voy tachando uno a uno los destinos que he pisado durante este prolífico 2014 y la verdad es que el vistazo hacia atrás es casi mareante: Alemania, Inglaterra, Francia, Finlandia... pero como ya me encargué de explicaros hace 4 años en este mismo blog, el espíritu viajero no descansa jamás y septiembre es, tradicionalmente, uno de los meses más agradecidos para el park freak.

Con esa premisa por bandera hemos decidido juntarnos tres enfermos de esto de los parques (Lluís, Fon y un servidor) y unir fuerzas para organizar una pequeña rutita a través de dos países de sobras conocidos en el mundillo de los parques por su calidad, variedad y estilo: Alemania y Holanda.

Por lo tanto hoy, en Bloggercoaster, vengo a presentaros la que será la aventura que nos tendrá ocupados durante esta semanita que entra, una escapada tímida y fugaz que nos permitirá plantar bandera en un mínimo de 4 parques y que nos ayudará a sacar la cabeza, de nuevo, por nuestra querida Europa del norte.

4 días, 4 parques

Como os he dicho, el viaje empezará mañana mismo (lunes 22) y se extenderá durante 4 jornadas hasta el jueves 25. Partiremos de Barcelona los 3 con el objetivo de pasar por Colonia y trazar una línea prácticamente recta en diagonal con destino Amsterdam. Un hachazo por completo a los Países Bajos y un recuento de credits y parques la mar de interesante. Pero como siempre hago, vamos a repasar el planning general del viaje día a día:

Día 1: llegada "phantástica"

El amigo Fon, al que conoceréis por haber compartido conmigo el primer y completísimo viaje de este año a través de el tridente mágico de Alemania (y que me encargué de explicaros en forma de bitácoras) viajará por media España para llegar a Barcelona durante el domingo y así tener el tiempo suficiente de planificar al completo los últimos detalles del viaje antes de partir el mismo lunes a primera hora de la mañana en dirección a Koln (Colonia), al oeste de Alemania.

Raudos y sin descanso desde allí tomaremos coche de alquiler y nos desplazaremos al archiconocido Phantasialand:


¿Qué podemos decir de un parque temático que enamora por completo a sus visitantes? Black Mamba, Colorado Adventure, Winja's, Talocan... la lista de rides y coasters apetecibles que ofrece el parque es inmensa pese a lo diminuto de su tamaño (es un parque que se puede recorrer de punta a punta en menos de 10 minutos).

Estoy seguro que el disfrute en este caso será máximo y podremos riddear y probar absolutamente todo, aunque si os he de ser sincero en mi caso el ojo analítico estará centrado en la que ha sido la cacareada novedad durante estos últimos 2 años, me refiero cómo no a Chiapas:


Un flume de ultimísima generación, un juguete demasiado caro que le costó al parque la prolongación de la inauguración durante más de una temporada (estaba prevista para 2013 y finalmente fue a mediados de este 2014 cuando se produjo). Uno de esos pasos en falso de Intamin que habrá que ver qué resultados ofreció finalmente al público alemán.

Al final de la jornada nos desplazaremos hacia el norte en diagonal para hospedarnos en un complejo turístico y temático con curiosos bungalows familiares. No sabemos muy bien todavía con qué nos encontraremos, pero promete mucho.

Día 2: Troy vuelve a ser nuestra

Lejos queda ya aquél mítico RCT de 2010 en el que nos atrevimos a entrar por primera ocasión a Toverland, el parque mitad indoor/mitad outdoor situado en el extremo este de Holanda (muy cerca de la localidad fronteriza con Alemania de Venlo):


Desde entonces muchas novedades han sido añadidas, el parque invirtió una porción generosa de millones hace apenas un par de años para construir De Magische Vallei, un área completamente nueva con una coaster (Dwervelwind) y unos rápidos (Djengu River) como protagonistas de una nueva vuelta de tuerca que complementa, temática y estéticamente, la magia y fantasía que ya contenía el parque hasta ahora:


Sinceramente, le tengo muchísimas ganas a este nuevo reclamo. Toverland ya de por sí me ofrecía antes suficientes motivos para volverlo a visitar (la inimitable Troy, el entretenidísimo flume, la añorada WoodRacer,...) y ahora no hace más que llamarme más la atención, pese a que tengo hecho ya LeTwist, en LePal (Francia), una coaster clónica de la spinning de Mack Rides. Es un modelo tan divertido y bueno que estoy seguro que en su versión holandesa resultará entretenidísimo de riddear y añadir a la lista de credits.

Ese mismo día nos desplazaremos de nuevo en dirección al oeste de Holanda para alojarnos en un hotel a medio camino de absolutamente todo.

Día 3: vuelta al cuento de hadas

Efteling no falla. Si nos proponemos cruzar o visitar Holanda este parque es casi un "must do" que se topa con nosotros en pleno centro del país, un gigante del mundo de los parques temáticos que es casi cita obligatoria para cualquier entusiasta europeo y que, como no podía ser de otra manera, ocupará toda una jornada en este viaje.


En él encontraremos distintas joyas dignas de mención como la incombustible Vliegende Hollander, la carismática Joris en de Draak o la mítica Droomvlucht (que sigue siendo, sin lugar a dudas, una de las mejores dark rides del mundo).

Pero lo que centrará sobretodo mi atención en particular son los trabajos que se estén haciendo entorno a Hoogmoed, nombre que parece que recibirá la dive-machine que B&M está preparando estos días para construir y estrenar en la primavera de 2015 en el parque:


La construcción empezó a principios de mes, por lo que me imagino que como mucho veremos trabajos sobre el terreno y enormes zonas valladas, pero menos es nada, así que ahí estaremos para ver, sobre el terreno, qué se trae entre manos Efteling.

Una vez finalizada nuestra visita al parque (del cual son primerizos tanto Fon como Lluís) procederemos a viajar en dirección a la cosmopolita Amsterdam, lugar de peregrinaje tanto para turistas de todo tipo como para, porqué no, entusiastas de parques como nosotros. Allí recorreremos sus calles y entornos de la vida nocturna de la famosa Venecia holandesa.

Día 4: ¡Todo por Schwarzkopf!

Originalmente este viaje a Holanda tenía como intención el hecho de asistir a la EAS 2014 que este año tiene lugar en la capital holandesa. La intención era poder visitar los stands, grabar y fotografiar todo lo grabable y fotografiable, pero finalmente no será este el uso que le daremos a la jornada.

Ya sabéis que, como se suele decir, "la cabra siempre tira al monte", así que buscando e indagando sobre los parques holandeses y la disponibilidad de calendarios (recordad que estamos a finales de septiembre y hablamos de un jueves) cruzó nuestros caminos un parque llamado Attractiepark Slagharen:


¿Qué tiene este parque que tanto nos haya llamado la atención? Sencillo: un credit llamado Thunder Loop, con fecha de 1979 y con este espectacular aspecto:


Efectivamente, se trata de una joya oculta del siempre querido y respetado Anton Schwarzkopf. Una looping star, para ser más exactos, que vendría a ser exactamente igual a la que estuvo en Parque de Atracciones de Madrid años atrás y que, por suerte, pude probar hace apenas unos años en Italia (Zoomarine).

La calidad de Schwarzkopf una vez más reina por encima de cualquier evento que se celebre, incluso si se trata de la EAS (que por otra parte, si el año que viene quiero ir a la que se celebre, se que podré volver a tener la opción de asistir... less drama!).

Tras la visita a Attractiepark Slagharen es posible que nos decantemos por varias opciones dependiendo del tiempo que nos lleve completar este (a priori) pequeño parque. Por una parte podemos volver a Amsterdam para esperar y tomar nuestro vuelo a media tarde o, como buenos park-freaks que somos, podemos desplazarnos 15 míseros kilómetros hasta llegar a Plopsa Indoor Coevorden, un diminutísimo parque temático perteneciente a Plopsa (como su propio nombre indica) y que bien podría convertirse en el parque temático más pequeño visitado hasta el momento por un servidor:


Una pequeña joya temática que merece una visitita y que, para más inri, puede regalarnos un credit extra, que nunca viene mal.

Sea como sea (y como el tiempo nos deje que sea) a media tarde estaremos de vuelta en Amsterdam, en dirección a Schipol y con la intención de tomar el avión de vuelta a Barcelona, de regreso a nuestras casitas y con la sensación de, si todo sale bien, haber puesto el broche de oro a una escapadita completa y repleta de parques y más parques.

*****

Hecho el repaso a estos 4 días de vértigo, me dispongo ya a preparar la maleta clásica de todas las escapadas y a preparar lo indispensable para llevar en este viaje ya que mañana, a estas horas, probablemente esté ya por Alemania disfrutando de todo lo que me pueda ofrecer Phantasialand.

Como ahora ya es de dominio público, es probable que para este viaje me equipe con la cámara GoPro (además de la reflex y toda esa retahila de productos tecnológicos del demonio). Así pues, es también posible que en futuros episodios de Vloggercoaster os ofrezca un punto de vista distinto sobre parques como el propio Phantasialand o Efteling o Toverland...

¡Cómo! ¿Que no conoces todavía qué es el Proyecto Vloggercoaster? Pásate por esta entrada y descúbrelo mientras yo me dispongo a ordenar camisetas, ropa interior, tarjetas SD y cables de recarga. ¡Todo a la vez y con un solo brazo! (bueno esto último no es así, pero le da épica al momento).

Manta (SeaWorld Orlando)

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Está ya todo visto, analizado y revisado: tenemos el parque recorrido por completo, de punta a punta, tenemos todas sus rides visitadas y reconocidas, además tenemos tres de sus credits o incluso una curiosa manera de obtener un souvenir genuino del recinto. Pero nos queda quizás la pieza del engranaje definitiva, aquella que dé un sentido pleno al porqué debemos o no visitar SeaWorld Orlando, el parque al que he estado dedicando varias semanas de entradas en Bloggercoaster.

Con más de 40 años a sus espaldas el buque insignia de SeaWorld en la capital del ocio en Florida necesitaba cumplir hace 5 años con el famoso dicho de "renovarse o morir" y demostrar al mundo que Kraken, su hasta el momento joya de la corona, podía ser relevada e incluso mejorada. Y qué mejor manera para ello que contar con el mismo constructor, casi 10 años después de erigir el gigante azulado.

Por lo tanto hoy, en Bloggercoaster, observamos la grandeza de Manta, uno de los credits más aclamados y reverenciados en un ya lejano 2009 y que dejó a todos boquiabiertos tanto en su presentación como en su construcción o, lo que es más importante, en su funcionamiento.

Como os he dicho en la pequeña entradilla con la que acompaño a cada entrada, SeaWorld necesitaba en 2009 dar un golpe sobre la mesa de las novedades en EEUU, aquella mesa que año tras año marca las pautas y tendencias y que puede hacer que un mismo parque pierda centenares de miles de visitantes en un abrir y cerrar de ojo.

La pretemporada de 2009 será recordada por muchos y muchas entusiastas por ser aquella en la que se pudo ver uno de los trailers más espectaculares y geniales jamás usados para presentar un proyecto futuro. Y es que incluso el concept art lo dejaba claro, Manta iba a ser un proyecto que daría un giro radical a la sobriedad con la que hasta entonces B&M había tratado a todos sus proyectos:


El proyecto estaba rodeado de un aura y resultaba ser un goloso caramelo esperando a ser comprado en un bonito escaparate debido a que los rumores de construcción de una nueva coaster rondaban los alrededores del lugar desde un lejanísimo 2005.

En abril de 2008 se supo que los directivos del parque habían presentado a un reducido grupo de ejecutivos e inversores el gran proyecto para 2009 y mostraron para ello artworks y bocetos que, pocas semanas después, se filtraron en la red colapsando por completo las distintas redes sociales y webs especializadas.


Y es que no era para menos, se volvía a usar un modelo en auge por entonces como eran las flying coasters de B&M (a las wing-coasters les quedaría todavía un par de años para romper la oferta de los suizos de cara a sus futuras construcciones y encargos) aunque en esta ocasión otorgándole algo que hasta entonces apenas se había logrado en uno o dos proyectos: una enorme inmersión en el ambiente y el paisaje temático del parque. Y qué mejor parque para lograr dicha inmersión que un SeaWorld.

El proyecto arrancó con un coste inicial de más de 30 millones de dólares, la inversión más cara hasta el momento en el parque (superada poco después con Antarctica: Empire of the Penguin e incluso recientemente con el añadido de reforma a la zona de las orcas, conocido como Blue World Project).

En septiembre de 2008 se iniciaron unas largas obras que ocupaban una espectacular extensión de terreno de 16 mil metros cuadrados, donde cabrían dos grandes acuarios, 3 acuarios de reducidas dimensiones, el edificio de colas, unas diminutas oficinas y, como es lógico, la estructura de acero de vivos colores azules por la que discurriría meses después uno de los trenes de B&M más bonitos y aplaudidos hasta el momento:


En 4 meses finalizó el montado de la estructura y desde entonces hasta principios de mayo de 2009 se completaron los trabajos de theming y adecuación de espacios para empezar las primeras pruebas con público en pequeñas dosis hasta que el 22 de mayo de 2009 SeaWorld Orlando volvió a estar en boca de todos, el día que estrenaba su flamante nueva adquisición y que volvía a dejar claro que el parque de Florida volvía a jugar a captar el máximo número de visitantes posibles (inflando el attendance anual hasta casi 700 mil personas más en esa misma temporada).

L@s que soléis ser público fiel de las entradas de análisis a coasters sabéis que suelo empezar esta sección mostrándoos un vídeo point-of-view de la coaster desde sus inicios en la estación hasta finalizar el layout. Pero en esta ocasión merece la pena hacer una excepción pues Manta no solo nos ofrece la oportunidad de sobrevolar a 90 km/h los alrededores de la coaster, sino que nos permite conocer mucho más el entorno de las mantarrayas y su ecosistema a través de una pequeña visita que complementará nuestra espera en colas (en el caso de que existan) o nuestro asombro por tanta belleza.

Todo empieza pasando por debajo del montículo en el que encontramos el logotipo de la coaster, una sólida roca atravesada por un corredor en forma de gruta que nos ofrece la idílica imagen que nos puede recordar, levemente, al magistral acceso a Sea Odissey (PortAventura):


Tras pasar por esta pequeña cavidad, un sendero serpentea por puentes y caminos empedrados atravesando pequeños espacios de agua hasta adentrarse por completo en un edificio colonial, dando la sensación de que entramos poco a poco en las entrañas de la Tierra:


Y así nos ofrece la sensación en todo momento, cuando el camino está rodeado por completo por grandes rocas, excacadas y sostenidas por pilares de madera y troncos. Podría parecer que nos adentramos en una mina abandonada, pero el suelo va mostrándonos poco a poco mosaicos que nos devuelven a una realidad mucho más fantasiosa, con formas azuladas y onduladas que recuerdan a la cultura de mosaicos griegos:


Hasta que la arquitectura se adueña del lugar, empezamos a ver columnas, techos sostenidos por grandes renglones de madera, suelos cubiertos por completo de mosaicos de porcelana y una extraña iluminación artificial a nuestra izquierda. Podría parecer el exterior, pero no, se trata de las primeras ventanas que nos dejan entrever la gran atracción de estas colas y el valor por el que en su día se llevaron grandes elogios, porque no son ventanas sino acuarios llenos, entre otras especies, de mantarrayas:


La interacción del público con el entorno es prácticamente total, oscureciendo por completo los caminos de acceso y pasillos y dejando la iluminación principal a los azulados acuarios que vamos encontrándonos por el recorrido. Realmente es una manera increíble de crear un ambiente único, casi mágico, que nos permita observar de la manera más relajante posible el grácil movimiento de este tipo de animales, tal que así:


Durante las colas nos encontraremos con varios acuarios de distinto tamaño, siendo este el principal y donde más especies distintas podemos encontrar:


Personalmente, me parece todo un acierto y una mezcla de ingenio y genialidad difícil de ver hoy en día en muchos de los parques que, obsesionados por la capacidad o por ofrecer un big boom en su inauguración, un romperécords o un gran bicho de acero, olvidan por completo algo tan básico como es la inmersión temática del visitante o la narración de la historia. Con apenas 150 metros de recorrido de colas SeaWorld ha pasado de mostrarnos una gran roca con cascadas a introducirnos por completo en un mundo azulado y marino, rodeados por completo de mantarrayas. El entretenimiento aquí es primordial.

Dicho esto, es la hora de recordar para qué estamos aquí (porque os aseguro que un par de minutos mirando los acuarios y se os olvidará el mastodonte de acero que tenéis justo sobre vuestras cabezas en ese momento) y la vuelta a la "realidad" la hacemos accediendo mediante unas escaleras señalizadas a la que es la estación de carga y descarga doble de Manta:


Porque sí, es doble (como en la mayoría de los proyectos de flying-coasters de B&M). El parque decide, mediante la apertura o cierre de accesos, si la carga se realiza a través de una o varias estaciones. En mi caso elegí bien el día de visita al parque, ya que la carga se hacía únicamente a través de una estación y las colas no eran realmente relevantes (quizás esperé 5 minutos para cada uno de los ciclos que hice). Como ocurre en la mayoría de parques civilizados, acceso desde colas a tornos individuales por fila en los que uno mismo puede elegir la fila que quiere probar (con las numeraciones debidamente colocadas sobre cada fila en bonitos paneles tematizados en las diferentes variantes de mantarrayas existentes):


Una vez llegados a este punto podemos dejar nuestras pertenencias en los armarios facilitados para ello al otro lado de la plataforma de carga y descarga, nos sentamos en el asiento elegido, nos colocamos los arneses de sujección (que quien haya probado una flying-coaster sabrá que sujetan el cuerpo de manera casi total) y en apenas medio minuto los pistones hidráulicos nos colocan en posición horizontal, encarados a volar a bordo de una auténtica criatura nadadora:


Ahora sí, para proseguir con el análisis, os será muy útil echar un vistazo al point-of-view de Manta que en su día colgó de manera oficial ThemePark Review y donde no os perderéis absolutamente ningún detalle del layout (para ello si queréis podéis avanzar el vídeo hasta el minuto 1:15):


Empezamos el recorrido salvando la típica curva en S que forma el transfer delantero que ordena la salida de trenes en el caso de que esté activado el modo de carga por doble estación. Encaramos rápidamente un lift que tras poco más de 20 segundos nos elevará hasta la nada despreciable altura de 42 metros. Como comprenderéis, en este punto es donde empezamos a ver la grandeza de la posición horizontal de este tipo de trenes ya que más allá de el arnés no encontramos más que el vacío:


Salida a drop por curva peraltada descendiente a derecha y una velocidad que va ganando aceleración metro a metro, con una recepción en el valle final con alta dosis de fuerzas G. Pese a todo no es este el punto más bajo del recorrido ni tampoco en el que conseguiremos más velocidad:


Habrá que esperar unos metros más adelante, concretamente al elemento visual más llamativo y hermoso de este modelo de coaster: el pretzel loop. Un nudo en el que la velocidad descenderá poco a poco hasta encarar una curva similar al dive-loop que nos irá girando y acelerando de manera endiablada hasta colocarnos en posición horizontal mirando hacia el cielo (un fly-to-lie en versión magnificada).

Es en el valle formado entre el fly-to-lie y el lie-to-fly en el punto donde nuestro cuerpo asimilará la máxima cantidad de fuerzas G positivas y sí, la mayor velocidad (90 km/h). Imaginad por un momento correr a esa velocidad, de espaldas y soportando una fuerza gravitatoria sobre vuestro cuerpo que multiplica varias veces vuestro peso. Por suerte la pericia técnica de B&M se demuestra una vez más en el hecho de que ese punto de "sufrimiento" apenas dura un par de segundos, lo justo como para haceros contener la respiración y pensar que durante un momento Manta se adueña de vosotros:


Hasta este punto, si no hubiera dicho que hablaba de Manta, podríamos estar hablando de prácticamente cualquier proyecto de flying-coaster de los suizos, pero Manta demostró ser diferente, entre otras cosas, por momentos como este. Y es que usando la ventaja de que los trenes de flying discurren por debajo de los raíles, a B&M se le ocurrió que para encarar curvas podían prescindir del peralte clásico y pasar directamente a un giro similar al de un in-line twist.

De hecho técnicamente son in-line twist los que usa la coaster para dar un giro al recorrido, pero yo los bautizaría como inverted twisties ya que el tren juega por completo con nuestro heart-line (el punto de equilibrio de nuestros cuerpos respecto al recorrido). Por la experiencia que tenemos previamente en otras coasters la mente nos dice que si queremos girar hacia la derecha el peralte se inclinará hacia la derecha, pero de repente el giro se pronuncia hacia el lado contrario (la izquierda) y giramos más y más hasta que nos colocamos, efectivamente, hacia la derecha. Hemos girado de izquierda a derecha en apenas unos segundos y, de propina, Manta nos regala una inversión casi sin darnos cuenta:


Algo parecido ocurre con el único corkscrew que presenta el layout, tras superar una amplia curva panorámica hacia la derecha (paso previo por in-line twist). Un corkscrew muy estirado, muy apaisado y con una suavidad casi celestial que además está deformado ligeramente para convertirse en una mezcla entre un corkscrew, un zero-g roll y un twistie invertido. Volvemos a girar a la izquierda para acabar virando a la derecha:


Entramos en zona de MCBR (imprescindibles si B&M quería multiplicar la capacidad de la coaster) y en este punto el recorrido, como ocurre con otras B&M habidas y por haber, rebaja un par de niveles la intensidad y se convierte en un plácido paseo, aliñado con elementos que lo harán mucho más atractivo visualmente. Insustituible totalmente el signature-element que SeaWorld regaló a todos los visitantes del parque (tanto los que riddean Manta como los que observan tras la barrera), un genial splash artificial (no, el tren jamás toca el agua) situado tras un pequeño drop de salida de los MCBR:


Tras ese splash nos adentramos en una cerrada curva peraltada a derecha que sobrevuela la parte más cercana al lift de la coaster y que parece situada expresamente para aquellos o aquellas indecisos sobre si riddear o no esta maravilla azul:


Tras esa curva (en la que también sobrevolaremos la cavidad de roca artificial con cascadas que atravesamos al acceder a las colas) entramos en otro enlace de inverted-twistie que en esta ocasión nos girará hacia la derecha para acabar encarando una curva panorámica a la izquierda, un giro magistral que daremos en apenas 20 metros de recorrido:


Tercera oportunidad clarísima de atraer a los espectadores indecisos, el tren vuelve a sobrevolar cerca de las vallas de observación y esta vez roza muy de cerca el suelo y las vallas de limitación de la coaster. Regalo de puntos de choque por doquier, avisados quedan vuestros brazos:


Pasado ya este último elemento sólo nos quedará encarar la recta final de brakes, una curva a izquierda, la curva en S que nos distribuye en una u otra estación de carga y la llegada a la estación, donde el tren volverá a posicionarse de manera vertical y nuestros cuerpos (algo atacados por las fuerzas G, todo hay que decirlo) se dirigirán poco a poco hacia la salida, previo paso por la clásica tienda vende-peluches.


  • Nombre: Manta
  • Fabricante: Bolliger & Mabillard
  • Parque: SeaWorld Orlando (EEUU)
  • Modelo: flying-coaster
  • Longitud: 1023 metros.
  • Altura máxima: 42,7 metros.
  • Velocidad máxima: 90 km/h.
  • Máximas G's: 4G
  • Presupuesto: 20 millones de dólares (unos 15 millones de euros)
  • Recolocada: no.
  • Año de construcción: 2008
  • Colores: soportes azul cian, raíles azul marino, footers tematizados en roca artificial.
  • Capacidad: 1500 personas por hora.
  • Inauguración oficial: 22 de mayo de 2009
A menudo cuando la archiconocida B&M aparece en los debates que solemos fomentar los entusiastas de parques en nuestras reuniones, el tema suele virar la mayoría de veces hacia la monotonía y el excesivo cuidado por la suavidad y la estabilidad del layout que, tradicionalmente, han ido presentando en cada proyecto los suizos. Podríamos decir que un 80% de los proyectos que han construido hasta ahora se basan en esos principios: estabilidad, fiabilidad, alto nivel de familiaridad (incluso hablando de modelos tan ostentosos como hypers o inverteds) y sobretodo un nivel generalmente bajo de creatividad en el layout.


Para Bolliger & Mabillard el diseño final de un layout no es tema baladí. Todos los parques que han trabajado con ellos han hablado de las 5, 8 o incluso 10 versiones del layout que tuvieron sobre la mesa antes de elegir el definitivo (asesorados por la propia constructora, claro). Y es que a B&M le preocupa que sus coasters ofrezcan un servicio óptimo el máximo tiempo posible y, puestos ya a desear, que la coaster duela lo menos posible durante décadas y décadas.

En muy pocas ocasiones se habla de proyectos en los que B&M se haya salido de la tangente o haya decidido tontear un poco con las fuerzas G extremas o la intensidad llevada a niveles de casi locura. Y no, Manta no es uno de estos proyectos (por muy intenso que sea el pretzel-loop), pero sí que se sale de la tangente a la hora de presentar por primera vez el uso de un elemento tan bien traído como es el in-line para cambio de peralte (que he bautizado en esta misma entrada como inverted-twistie):


Obviamente hay que riddearla para comprender totalmente la sensación, pero si hablamos de que B&M juega siempre a favor de la solidez, esta posiblemente sea la primera ocasión en que esa solidez se consigue con algo más complejo que un simple giro o peralte. Lejos de conseguir dibujar una curva amplia que nos permita una vista panorámica, a los suizos se les ocurrió girar las vías y ofrecernos un reinvento de un elemento, un golpe de aire fresco a la clásica curva insustancial vista mil y una veces en otras coasters:


Pocas veces defiendo la originalidad en una B&M pero, amigos y amigas, en esta ocasión estamos ante uno de los proyectos más pintorescos, cuidados y lucidos de la empresa de origen suizo. Todo, absolutamente todo, encaja a la perfección desde que accedemos por la puerta hasta que salimos por la tienda. Todo sigue un perfecto hilo conductor, una temática bien definida, una intencionalidad marcada y, por último pero no menos importante, un aporte de creatividad magistral.


Manta no es quizás la coaster perfecta (de hecho, no lo es), carece de muchas más cosas que las que ofrece, pero juega perfectamente en esa extraña linde que muy pocos proyectos consiguen durante su periodo de vida útil y es la de no ser una coaster extrema y dura, pero tampoco ser una coaster familiar y ñoña.

Manta nos regalará de todo en una dosis generosa y con una dinámica increíble. Nos ofrecerá velocidad, intensidad, fuerzas G, inversiones, theming, puntos de choque e incluso elementos nunca antes vividos en ese formato tales como el splash del lago o las colas a través de brillantes acuarios azules repletos de mantarrayas.


Quizás pueda parecer en fotos y vídeos que es un proyecto más de B&M, uno más que añadir a la cola de proyectos sin carisma que, tristemente, la empresa se ha encargado de plantar en la última década alrededor del mundo. Pero no, estamos ante un proyecto muy sólido, muy efectivo y que toca ligeramente con la punta de los dedos lo magistral.

Acierto total de SeaWorld Orlando en su día, Manta podría sentar precedente para prácticamente cualquier proyecto a gran escala de parques temáticos europeos que quisieran invertir en ese target tan complicado de acontentar como es el de los adultos que jamás quisieron jugársela con loops o inversiones extremas, pero que de repente quieren coquetear con cierta dosis de peligro.

Manta es esa guindillita (azul) que de vez en cuando no va mal poner a algún plato ligero, para otorgarle originalidad y explosión de sabor en nuestro paladar.

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Y hasta aquí el análisis de un credit que pasará a engrosar la ya larga lista de BGC Classics pero que lo hará con todos los honores y como una grande que es. Manta puede perfectamente adentrarse en el TOP 20 de cualquier entusiasta con una facilidad pasmosa y permanecer ahí durante mucho tiempo ya que ofrece puntos que pueden gustar mucho si se riddea con predisposición a ello.

Sus cifras quizás no marean, sus medidas quizás no sorprenden y su aspecto posiblemente pase desapercibido para la mayoría, pero Manta es ese típico credit que persiste en tu memoria para recordar la sensación general que en su día se otorgó la visita a un parque y, en este caso, Manta actúa de perfecto estandarte de SeaWorld Orlando.

Recordad por último que si queréis leer otros análisis detallados como este podéis hacerlo accediendo a la sección BGC Classics y eligiendo el credit que más os llame la atención. ¡Hay ya un montón para elegir!

La foto de la semana (#67)

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Toverhuis en Toverland
Recién llegados ya del viaje de Holanda que hicimos durante esta semana, traigo el capazo de anécdotas y curiosidades bien lleno, así que hoy me dispongo a presentaros una curiosa ride que no tuve el honor de probar en su día en la primera visita a Toverland (allá por 2010) y que en esta ocasión sí probé con cierto asombro.

Se trata de Toverhuis, un pequeño walkthrough a través de una coqueta casita que nos llevará por alguna de sus estancias y nos invitará a pasear por los diminutos jardines exteriores de una estructura que se encuentra totalmente indoor (esto es una casa dentro de un pabellón).
El concepto de la ride es sencillo: una vez nos situamos en la puerta, se nos presenta un canasto sobre un barril y en dicho recipiente encontramos una docena de varitas de plástico imitando la textura de la madera. Estas varitas tienen incluído un botoncito que deberemos presionar cada vez que queramos que nuestro palo "dispare" a unas dianas dispuestas a lo largo del recorrido y que activan, si acertamos, curiosos efectos de movimiento, sonido o iluminación.

Apuntamos, presionamos, hacemos diana y acto seguido la ranita escupe agua. Así de sencillo.

Se nos invita también a que con cada disparo digamos animadamente Bami Salami (aunque esto es realmente prescindible, es un ingrediente más de fantasía para los más pequeños).

La casa presenta una salita pequeña donde se nos enseña un par de puntos de práctica y luego ya accedemos a una estancia entera dividida en 4 rincones tematizados y con multitud de dianas (incluso en el techo o a ras de suelo). Con dirigir nuestra varita hacia la diana, iluminada con lucecitas moradas, se activará el efecto correspondiente.

Podemos encontrar arañas que caen del techo, cortinas que se mueven, luces que empiezan a tintilear o cajones que se abren y se cierran misteriosamente.

Si salimos al exterior, como os he dicho, hay un pequeño jardín en el que también podremos activar distintos efectos (por lo que la puntería con la varita no viene condicionada por la oscuridad de la estancia) entre los cuales podemos alterar las sábanas colgadas con aire, mover una mecedora o hacer que un extraño personaje escondido suelte una sonora flatulencia.

Implementada en 2008 de la mano de Lagotronics (compañía local situada en la misma Venlo, a apenas unos kilómetros del parque), Toverhuis fue en su día una novedad muy discutida por el hecho de que cabía la posibilidad de que la futura The Wizarding World of Harry Potter, en Islands of Adventure, usara un tipo de tecnología similar a la vista a través de este sencillo y discreto proyecto (idea que años después se confirmó como descartada).
Pero nos da una idea algo diferente del concepto tradicional de shooter dark-ride, donde sí que disparamos a través de pistolas a dianas iluminadas, pero lo hacemos sentados, con un movimiento automatizado y generalmente mediante objetos unidos al tren por un engorroso cable. Y todo ello llevado a cabo por la simple colaboración de una empresa local con un parque inquieto y despierto respecto a la creación de cada una de sus novedades.

Toverhuis me llamó mucho la atención por su sencillez en el concepto pero por el genial y enorme sentido de la magia llevada al extremo, algo que por supuesto los más pequeños de la familia ven y disfrutan con tan solo agitar sus varitas mágicas.

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Otras fotos de la semana:

Bloggercoaster Museum (#9)

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9# Primer mapa y guía de parque
(Parque de Atracciones de Vizcaya, 1974)


A menudo cuando pensamos en parques que existieron en el país pero que hace tiempo que dejaron de abrir sus puertas al público pensamos enseguida en Madrid o en Barcelona como núcleos principales de población. Y es cierto que ambas ciudades han tenido, a lo largo de su vida, no pocos recintos de este tipo que han ido abriendo y cerrando conforme han pasado las épocas (aquí mismo en el Museo Bloggercoaster así lo hemos comprobado).

Pero la pieza que os muestro hoy no pertenece a ningún parque de estas dos ciudades, aunque sí fue uno de los más representativos del cambio social, político y económico que empezó a vivirse en este país a principios de los 70, cuando un agonizante franquismo se desvanecía para dar paso a una floreciente democracia. Me refiero al Parque de Atracciones de Vizcaya (conocido también como Parque de Atracciones de Artxanda o de Bilbao), situado en la prolífica capital bilbaína y alejado del bullicio de la urbe.


Lo que tenemos aquí es la guía oficial que el parque facilitaba a sus visitantes durante los primeros años de vida del parque, consistente en un enorme desplegable tamaño DIN A2 de papel couché y en el que podíamos encontrarnos multitud de elementos visuales que reclamarían nuestra atención.


Por una parte tenemos el frontal, decorado con 7 geniales fotografías promocionales del parque, el logotipo y nombre del mismo y el eslogan que funcionó en el mismo durante muchas de sus temporadas: "A divertirse tocan!"


En la parte trasera tenemos otras 7 fotografías no menos relevantes de distintas dependencias y detalles del parque y en la parte de abajo se nos regala una invitación gratuita para el parque y 4 tickets para poder probar 4 de las atracciones del parque, además de (otra vez) el logo del parque con el nombre del mismo, pero en esta ocasión un segundo eslógan que reza "El mundo más divertido del mundo":


Si abrimos el enorme desplegable se nos ilumina de repente la cara ya que se nos muestra en la zona superior, en forma alargada y ocupando algo más de la mitad del espacio un mapa ilustrado con la representación de todas las rides y coasters del parque. He intentado escanearlo al completo para que podáis disfrutar de todo su esplendor y detalle (como por ejemplo el mapa en miniatura de arriba a la izquierda que nos indica la ubicación geográfica con respecto a Bilbao):


Si os interesa echar un vistazo con una resolución superior podéis hacerlo a través de este enlace.

Así mismo bajo el propio mapa nos aparece el listado de rides, coasters y edificios de servicio que tenía el parque en 1974, año del que data esta guía y en el que se inauguró el recinto. La relación de elementos que podemos avistar en el mapa es la siguiente:
  1. Carretera de acceso
  2. Aparcamientos (capacidad 1000 turismos)
  3. Aparcamientos autobuses
  4. Entrada principal.
  5. Oficinas y talleres.
  6. Restaurante
  7. Mini-Golf
  8. Mini-Zoo
  9. Casetas del Mini-Zoo
  10. Viveros de plantas
  11. Fuentes luminosas
  12. Kiosko
  13. Máquinas automáticas
  14. Laberinto de espejos
  15. Espejos grotescos
  16. Autos de choque
  17. Cafetería. Anfiteatro.
  18. Cabina de cine
  19. Anfiteatro.
  20. Carrejo deportes rurales.
  21. Casa magnética
  22. Churrería
  23. Tómbola.
  24. Casetas de tiro.
  25. Casa encantada.
  26. Cascadas acuáticas.
  27. Merendero.
  28. Máquinas automáticas.
  29. Fuerte americano.
  30. Campamento indio.
  31. Laverinto.
  32. Parque infantil.
  33. Camas elásticas.
  34. Tren fantasma.
  35. Pista de Fórmula 8.
  36. Terrazas campestres.
  37. Ford T.
  38. Casita de la Fantasía.
  39. Baby acuático.
  40. Baby mixto.
  41. Motos.
  42. Kiosko.
  43. Colchón neumático.
  44. Pulpo.
  45. Noria Visión.
  46. Tele-Combate.
  47. Cafetería.
  48. Jaulas.
  49. Montaña rusa.
  50. Apolo.
  51. Estación ferrocarril.
  52. Gusano loco.
  53. Karts adultos.
  54. Karts infantil.
  55. Tren turista.
En la parte inferior de la zona interior de la guía localizamos un texto explicativo en el que se nos invita a visitar el parque en repetidas ocasiones, alegando que es un parque para todas las edades y etapas familiares, que su tamaño es el correcto, que su oferta variada en rides es inmejorable y que incluso su arquitectura es digna de admirar.


El problema (quizás) es que el propio texto es tan general como el que podría tener cualquier otro parque de atracciones de la época, es decir, no se centra en un rasgo significativo y único del parque, sino que trata de abarcar absolutamente todo de la manera más maquillada posible (usando adjetivos como "felices", "fantástico" o "bellísimos"). Algo en lo que, por otra parte, demostraron fallar todos los parques de la época a lo largo y ancho de la geografía española.

En el centro de esta zona inferior de la guía encontramos una enorme construcción con tipografía de color rojo en la que reza un enérgico "¡¡Viva el parque de Atracciones de Vizcaya!!" y de nuevo se acompaña del logotipo representativo del recinto.

Por último, en el rincón derecho inferior localizamos los datos que normalmente acompañan la mayoría de guías y que, a nivel compositivo o de diseño, suelen traer quebraderos de cabeza en su concepción. En este caso hablamos de los horarios de apertura del parque y del transporte hasta el parque (un servicio de autobuses que el propio parque mantuvo en flota durante años).


Finalmente encontramos el espacio que generalmente se suele dedicar a los sponsors, patrocinadores y marcas asociadas, pero que en este caso servía un poco como espacio de promoción y regocijo de Bankunión (Caja de Ahorros Municipal de Bilbao) principal promotora e inversora del proyecto, además de la Diputación de Vizcaya.

Desconozco exactamente si esta guía se facilitaba de manera gratuita a los visitantes, si se distribuía por los lugares de interés turístico de la región o si, como pasaba en el caso de Parc d'Atraccions de Montjuic (Barcelona) se cobraba por su obtención.

Lo que sí podemos intuir echando un vistazo general a la guía es que Parque de Atracciones de Vizcaya nacía con una idea muy similar a la que alimentó el nacimiento de los parques temáticos en España durante la década de los 90: demostración de portento económico, sí, pero con una falta enorme de experiencia y profesionalidad en la gestión.

Parque de Atracciones de Vizcaya vivió durante 15 años en los que un descendiente nivel de attendance anual y un arrastre excesivo de deudas hizo que el parque agonizara durante las últimas temporadas hasta cerrar definitivamente en 1990, pese al intento de varias instituciones y empresas públicas de reflotar su fama y portento mediante inversiones que jamás llegaron a ensalzar su valor como parque del norte del país.

Aspectos técnicos/estéticos

  • Tipo de archivo: guía en formato DIN A2 a todo color
  • Edición: Alas Norte
  • Medidas: 56 cm (ancho) por 40 cm (largo)
  • Fecha: circa 1974
  • Motivo: Parque de Atracciones de Vizcaya (Bilbao, Vizcaya)


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Dale al PLAY (#1)

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Directamente. Así es como he decidido bautizar a algo que ya os comenté que haría, complementando a la subida de episodios de Vloggercoaster.

Algun@s de vosotr@s me comentasteis por diferentes medios que echabais de menos el hecho de que en el primer episodio de Linnanmäki no se vieran los point-of-views completos de distintas tomas, una reclamación de la cual tomé nota y decidí que los colgaría aparte, para no llenar de minutos el vídeo y poder diversificar la oferta del canal de Youtube (que desde aquí mismo os invito a visitar).

Así que cada vez que cuelgue un point-of-view o un vídeo relevante en el canal usaré esta sección para presentároslo vía blog. No será una sección regular (como el Bloggercoaster Museum o la foto de la semana), sino que iré colgando puntualmente según vaya grabando y editando.

Dicho esto, hoy os presento el point-of-view (junto con alguna toma off-ride al final del mismo) de Kingi, la free-fall de Moser Rides que inauguró esta misma temporada 2014 el parque y que se siente tan espectacular como luce:


Espero que esta vez hayáis disfrutado del vídeo en su total integridad, duración y velocidad, así como también espero cualquier comentario, consejo u opinión en forma de comentario en el mismo Youtube o aquí en el blog.

Ya sabéis, si os ha gustado podéis regalarme un LIKE y si queréis disfrutar de los vídeos que vaya colgando en el canal de Youtube, la mejor manera es suscribirse al canal (es gratis, es bien).

Muchas gracias por vuestro apoyo, yo intentaré aportar siempre material de este tipo para vuestro uso y disfrute :)

Joyas inesperadas (parte 1)

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Nos encontramos en cualquier parque de atracciones o temático, por fin hemos llegado. Por fin pisamos el suelo que nos conducirá hacia las más magníficas y geniales rides y coasters que hayamos podido ver o probar antes. Llevamos días, meses o incluso años soñando con poder hacer realidad este momento y para ello hemos visualizado decenas de vídeos y fotos sobre aquella coaster tan espectacular y genial que empezamos a amar desde el mismo momento en que supimos su nombre.

Pero en algunas ocasiones, como por arte de magia, sucede un hecho que nos deja atónitos. De repente surge una ride o una coaster que nadie esperaba, una de la cual ni siquiera nos habíamos puesto a leer sobre ella porque nos hacíamos a la idea de que no era ni siquiera relevante. Y de repente nos gusta. De repente nos enamora. Es posible incluso que en ese mismo instante se convierta incluso en nuestra favorita (por encima de aquella que en un principio supuso el motivo de visita del parque).

Así pues hoy, en Bloggercoaster, os mostraré los primeros 8 elementos (de un total de 25 divididos en 3 entradas) de mi particular colección de joyas inesperadas (hidden gems, como se suelen llamar en inglés), pequeñas o grandes coasters y rides que en su día, por algún motivo en especial, pasaron a ser absolutamente imprescindibles en futuras visitas.

Racing
(Bakken)

Os hablé de ella meses atrás, cuando me dediqué a analizar al detalle el hermoso y completo parque de Bakken, que recordaréis por ser el más antiguo del mundo todavía en funcionamiento. Las miradas en esa visita estaban puestas en Rutschebanen pero, sobretodo, en la loquísima Tornado de Intamin, pero sin embargo surgió de la nada una coaster ultracompacta de Zierer que resultó ser una auténtica delicia de la diversión:


¿Por qué es imprescindible?

Por su entramado de curvas peraltadas y hélices sin fin y por el hecho de poder repetir ciclo tras ciclo sin apenas sufrir efecto secundario alguno (más allá de el entretenimiento puro), esta divertida familiar merece ser un punto de obligada visita si pisáis el antiquísimo parque danés.

Space Trip
(Beijing Shijingshan Amusement Park)

El desconocimiento de la mayoría de credits "menores" durante el viaje del RCT a China en 2013 hacía que existiera una alta probabilidad de que surgieran sorpresas inesperadas a mitad de camino. Durante la visita de este desgastado y decrépito parque en la capital Beijing nos topamos con una coaster difícil de entender pero que resultó ser prácticamente la estrella de la jornada. Space Trip consiguió arrancarnos una sonrisa de oreja a oreja en un día gris y repleto de polución industrial asiática:


¿Por qué es imprescindible?

Por tener un layout más bien pintoresco que hace que podamos disfrutar a partes iguales de la velocidad endiablada, de los puntos de choque y de las curvas (sin excesivo peralte pero bien reguladas). El hecho de viajar a bordo de un tren tipo "caja de cereales" le da un aliciente extra que la convierte, sin duda, en toda una must go.

Wildmouse
(Blackpool Pleasure Beach)

De sobras conocida, con reputación más que merecida y con una amplia historia a sus espaldas, Wildmouse en Blackpool Pleasure Beach se ha ido ganando año tras año el beneplácito de todos los entusiastas que la adoran y la temen a partes iguales. Uno podría pensar en Big One, Infussion o Big Dipper a la hora de dejar volar la mente en dirección a la costa del norte de Inglaterra, pero cuando visita por primera ocasión este parque británico es inevitable acabar prendado de una coaster muy compacta, aparatosa en su acabado y con un trato respecto al viajero más bien... ehrmmm... peculiar:


¿Por qué es imprescindible?

Porque si no existiese Wildmouse habría que inventarla. Desde el nostálgico sonido de su lift (del cual salió el sample original de los lifts de madera de RollerCoaster Tycoon) hasta la oscilación preocupantemente segura de sus diminutos trenes, el camelback intermedio que nos hará volar por los aires o la temida curva en S donde nuestra cabeza pasará apenas rozando uno de los soportes más malintencionados de la historia. Wildmouse ofrece un buen puñado de ingreditentes que le conceden un puesto en el reino de las reliquias que encontramos en Blackpool Pleasure Beach.

REvolution
(Bobbejaanland)

Mereció en su momento una entrada completa a través de una de las fotos de la semana en el blog y no es para menos. De todo el gran catálogo de credits del que presume este parque belga sin duda alguna el más característico y recordado por los aficionados es Revolution, no por una excesiva genialidad en su layout, no por una velocidad realmente apabullante, sino más bien por un contenedor y unos toques temáticos que la convierten en una joya única:


¿Por qué es imprescindible?

Su banda sonora, aderezada por una estación de carga cercana a la eternidad, sumada a un ciclo powered en un edificio indoor y con una especie de historia acerca de viajes astrales y demás parafernalias. Juntemos todo esto en una coctelera y obtendremos uno de los combinados más resultones jamás vistos. Por desgracia, la amenaza de una desmantelación o erradicación total del mapa planea temporada tras temporada por encima de este valioso credit.

Juvelen
(Djurs Sommerland)

Eclipsada por completo por la omnipresente Piraten, la megalite de Intamin, esta launched coaster de Djurs Sommerland estrenada hace apenas un par de años tiene truco y os puedo asegurar que el truco que tiene os sacará por completo del asiento a una velocidad de vértigo. Viene disfrazada de familiar, con un theming y unos colores más bien agradables y acordes con el lugar, pero en realidad esconde un tramo de layout que es pura bestia (llevada a cabo también por la empresa suiza):


¿Por qué es imprescindible?

La segunda recta launched y todo lo que viene a partir de ahí, incluyendo una zona de twisties digna de la tormenta de fuerzas más potente que vuestro cuerpo pueda soportar, elementos de choque peligrosamente encarados hacia el track y un par de estiradas speed-hills que nos proporcionarán sendos respiros y calma momentánea hasta que aterricemos de lleno en la recta de brakes finales. Medio minuto que es pura gloria en forma de moto-coaster danesa.

Talon
(Dorney Park)

Incierto parque norteamericano el de Dorney Park. Tildado por la mayoría de entusiastas norteamericanos como el "vertedero de Cedar Fair", cierto es que la mayoría de credits que han aterrizado en este parque han pasado anteriormente por otros parques de la franquicia. Pero este no es el caso de Talon, una espectacular B&M inverted que se erige en los terrenos cercanos a la entrada de este parque y que nos da la bienvenida a pocos metros del parking. Diseñada en su día como la alternativa a las inverted coasters clónicas de los suizos, sorprende su velocidad, su layout compacto y sus espectaculares medidas:


¿Por qué es imprescindible?

Por la suavidad de su track, con unas transiciones genialmente diseñadas y un recorrido que te hará disfrutar de la misma intensidad de las grandes inverteds de B&M (como Nemesis, Katun, Alpengeist, etc.) pero a una escala sensiblemente menor y con un recorrido de colas y salida de coaster que te permitirá disfrutar del entorno de la misma al máximo. Un caramelito suizo.

Eurosat
(Europa Park)

A día de hoy ya no es tan extraño fijarse en esta coaster, ya no es una completa desconocida y, realmente, se ha convertido en un credit admirado y querido a partes iguales. Pero lo cierto es que si alguien es primerizo en el mayor parque temático del continente puede pasar ciertamente desapercibida debido a la naturaleza de su particular "envoltorio", una bola geodésica de unos 40 metros de altura que se alza por encima de la plaza central perteneciente al área de Francia del parque alemán:


¿Por qué es imprescindible?

Porque es genialidad pura. Diversión a niveles insanos, una intensidad descarada que nos hará alucinar por completo con cada cambio de peralte, nos desorientará conforme vayamos adquiriendo velocidad y, sobretodo, nos hará plantear cómo puede ser que en un espacio tan aparentemente reducido quepa un credit de dimensiones considerables. Inolvidable e irremplazable banda sonora, afinad los oídos.

Eurospeed
(Europark)

No es de por sí un parque que llame mucho la atención en general, quizás porque sus pretensiones en cuanto a credits no son demasiado llamativas pero Europark, un parque muy cercano a la frontera entre Francia y Catalunya, ofrece una colección de sorpresas dignas del más sibarita de los entusiastas.

Quizás no es la mayor, quizás es la más oculta, pero el hecho es que Eurospeed os puedo asegurar que es una golosina apetecible y realmente impresionante. Es quizás (y no exagero) la powered coaster de Mack Rides (sí sí, Mack Rides) más intensa, larga y veloz que podáis encontrar... me atrevería a decir que incluso en el mundo entero:


¿Por qué es imprescindible?

Por la ingente cantidad de hélices, peraltes, twisties y (aquí viene lo relevante) rectas de aceleración desmesurada que contiene y que os harán vibrar y disfrutar a raudales. La coaster, si no recuerdo mal, completa 3 o 4 vueltas por ciclo, así que tampoco en ese sentido es una powered al uso (como las de parques más comunes que completan una o varias solamente). Ya os puedo decir que vuestra idea de una aburrida, sosa y lenta powered va a cambiar si añadís Eurospeed a vuestra lista de credits personal.

*****
Y hasta aquí esta primera y particular lista de joyas inesperadas. Por suerte es una lista que se amplía y se amplía conforme se visitan parques distintos y nunca, jamás, se puede preveer aquello que os puede sorprender de sobremanera, incluso superando expectativas previas.

Os puedo asegurar que todos los credits y rides de los que os hablaré mediante estas entradas os proporcionarán, cuando las riddeéis, sensaciones únicas e intensas que incluso os llevarán a cambiar la opinión de un modelo concreto.

Obviamente también me gustaría dejar claro que, como en el resto del blog, la opinión es totalmente subjetiva y puede que algunos de los elementos de los que hable aquí puedan no haber conseguido las mismas sensaciones en diferentes personas (factores como la lluvia, la temperatura o incluso el estado físico o anímico del entusiasta influyen muchas veces en el porcentaje final de satisfacción).
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